Esto ya ocurrió con el hondureño Manuel Ulloa Murillo, que, acusado de violación, fue deportado el pasado diciembre sin enfrentar el juicio.
La Fiscalía quiere evitar que ocurra lo mismo con el caso del también hondureño Manuel Fajardo Santos, acusado de haber violado a una niña de nueve años en agosto pasado y quien quedó en libertad condicionada tras pagar una fianza de 75.000 dólares.
Bianchi había pedido que a Santos Fajardo se le aumentara la caución a 300.000 dólares, pero, tras una apelación, el abogado de la defensa logró que se denegara este reclamo.
En una carrera contra el tiempo, el fiscal logró detener la semana pasada la deportación del hondureño, quien está detenido en una cárcel del condado mientras se resuelve el asunto de la jurisdicción del acusado.
En sus argumentos, la fiscalía alegó a la corte que la víctima de Santos Fajardo y su familia sufrirían un «daño irreparable» si éste fuese entregado a las autoridades de Inmigración y posteriormente deportado, ya que «hay posibilidades muy remotas de que pueda volver a Morris».