
Es muy importante no dejarse impresionar por las apariencias. Hemos escuchado muchas veces,
esta expresión, “las apariencias engañan”. Puede ser cierto o no, es bueno prestar atención a lo que el “conocimiento vulgar” nos enseña. Puede ser, que “sean más hojas que tamal”, o “ es más ruido que otra cosa”. Lo interesante de los dichos anteriores,
es lo que escuchamos o vemos que no siempre es la generalidad, pues juzgamos, por las apariencias, para el caso, el título de un libro, puede ser muy rimbombante, más cuando se lee, se da cuenta que solo es marketing, pero que de esencia no tiene nada. También está el que apenas leyó la contraportada de un libro, y por eso ya tiene un comentario no necesariamente acertado o apegado a la realidad que expone el texto o la idea expuesta en toda la obra. Otra forma muy común,
es lo que presentan algunas redes sociales, cuando vemos los títulos escandalosos y uno comienza pensando en lo que han titulado, pasa un minuto del video, dos y hasta 15 y nos damos cuenta que lo que dicen no es nada de lo que titularon, lo que al final nos damos cuenta es que fuimos seducidos y engañados por el morbo que compramos y que nos lo vendieron muy bien. En otras palabras, las apariencias engañan. En la actualidad, casi siempre nos dejamos llevar por lo que vemos y oímos, pues ya sabemos que la mercadotecnia nos estudia bien, saben los colores que nos atraen, los gustos, necesidades y carencias que tenemos, de eso se valen y son expertos para que consumamos aún lo que no necesitamos. En fin, hay un mundo de fantasías y de apariencias. No obstante, está lo real, que no necesariamente está en su envoltura, no tiene un gran diseño, no está tan bien en los detalles, sin embargo, la esencia de eso que no es tan agradable, resulta ser lo mejor, duradero y real.
Es el filósofo clásico Platón cuatro siglos antes de Cristo, que explica estos dos mundos y a la vez, conceptos fundamentales filosóficos, por un lado, nos habla de lo sensible que son las opiniones que tenemos acerca de las cosas y lo inteligible que son propiamente las ideas, es decir, la trascendencia hacia la verdad. Es decir esa búsqueda de la verdad que implica sabiduría, paciencia, perseverancia y algo superlativo como es la reflexión crítica, que es, de lo que carecemos muchas veces. Platón, de manera magistral lo expone en su Obra “ La República” Libro VII, cuando se refiere al “mito de la caverna”, donde pone de relieve los que viven con los ojos puestos en el interior de las paredes de la caverna, en una completa ignorancia y obscuridad, que es, lo que los prisioneros creen es la única realidad que hay. Luego, hay un prisionero, que sale de la caverna y accede al mundo de la luz, dándose cuenta que las sombras y apariencias que ha visto todo el tiempo, se disipan cuando irrumpe la luz de la realidad y las nuevas ideas que son la verdad, que el prisionero encuentra. Cómo sabemos, el relato se vuelve más interesante cuando el prisionero regresa a la caverna y trata de convencer a los demás prisioneros que viven en las sombras y obscuridad, y, estos en vez de salir a la luz y a la verdad, ridiculizan y rechazan al prisionero que les trata de liberar acusándolo de loco.
No cabe duda, que debe haber una transformación y una liberación mental. Si y solo si, es a través de la educación. Podemos vivir en la ignorancia pensando que estamos bien. Debemos copiar lo bueno que hacen los mejores sistemas educativos del mundo y aplicarlos sin ignorar nuestros contextos limitados, para transformarlos. Hagamos espionaje intelectual, pero bien hecho, de tal manera que el acceso que tenemos hoy a esta sociedad de la información y del conocimiento, se pueda implementar las mejores prácticas de otros y adecuar a las necesidades locales, regionales y nacionales, educando a nuestros niños y jóvenes para un mundo que vive y permanecerá por mucho tiempo en la Cuarta Revolución que es la Inteligencia Artificial. No hay otra forma de salir de las sombras y desvaríos, es a través de una educación, que prepare para la vida, con las herramientas y competencias Genéricas, aquellas que adquiere en la consecución del pensum de estudios de su carrera. Las Disciplinares, que en este caso, las específicas de su especialidad. Las Diferenciadoras, aquellas que se adquieren para desempeñarse mejor a la par de las que tienen la misma preparación. Y, las
Cardinales, es decir, aquellas que preparan para adaptarse, el compromiso y la ética.
No lejos, esta una sociedad como la hondureña, dónde hay personas que les es difícil salir o dejar creencias, leyendas y tradiciones y no hablo de aquello que forma parte de la cultura como tal, sino más bien,
de posiciones ya sean religiosas, políticas e ideológicas que los llevan a fanatismos y fundamentalismos, que lindan con grados muy bajos de ignorancia. Una sociedad o cualquier grupo social, que defiende lo indefendible, que arrastra lacras del pasado, que eleva adefesios incompetentes, tarde o temprano, pero más temprano que tarde, perderá sus principios, basamentos morales y éticos que son los que sostienen la institucionalidad de cualquier democracia.
Finalmente, debemos trabajar por salir de la caverna y ayudar a otros para que sean liberados, desatados y apuntalados a ver la luz y la verdad que es la realidad de las ideas,
lo inteligible y no lo sensible, que se queda en las opiniones, apariencias y banales percepciones irreales.