
Él ya fallecido escritor, y, periodista uruguayo, Eduardo Galeano quien es conocido por sus obras publicadas leídas y traducidas a muchos idiomas. Para 1995, escribió el libro “ El fútbol a sol y sombras”. Es una obra prodigiosa que nos da una radiografía de la belleza de unos de los deportes más vistos, seguidos y aplaudidos en el mundo entero. Galeano, expone el sol del fútbol en cuanto a la creatividad, pasión y la emoción que produce una jugada individual o colectiva en un equipo. Por otro lado, se refiere a la sombra, a esos pasajes oscuros y cuestionables, por la soberbia, altivez, industria, comercialización y negocio en que ha caído el fútbol, tal vez, sea la mercancía en que han convertido la creatividad de los jugadores que prestan sus habilidades, cuerpo, técnica y preparación atlética que sirven, cuando salen a un coliseo a mostrar fuerza, coraje, compromiso y determinación. Hay cuentos, historias heroicas, prodigios, genios, fantasías, alegrías, tristezas, derrotas, rupturas, decepciones, revulsivos, descalificaciones, lesiones graves, expulsiones y castigos en el fútbol. Todo lo anterior, es parte del juego, sin embargo, lo reprochable son las actitudes, las incoherencias e inconsistencias demostradas por este último combinado de Honduras participando y quedando fuera del Mundial 2026, a celebrarse en Mexico, Estados Unidos y Canadá.
Eduardo Galeano usa diversas metáforas que comparan al fútbol con el mundo de la política, religión y la vida misma. Entre las metáforas más notables está: “el futbol como espejo del mundo”. “El arquero como mártir”. “La figura del fútbol como un opio de los pueblos” “El fútbol como música del cuerpo”. “El fútbol como fiesta para los ojos”. “El fútbol como aventura prohibida de la libertad”. “El jugador que gambetea es un descarado cara sucia”. “Seguir la pelota como mendigo de buen fútbol”. “La victoria como la gloria y la derrota como el abismo de la ruina” y “El gol como la fiesta del fútbol”. Estas figuras metafóricas son vistas desde lo social, política y economía de lo que pasa tanto en el vestuario como en el campo de una selección o en un equipo de fútbol. Sin duda, es una riqueza, que los que somos aficionados, directivos y jugadores deberían conocer.
En Honduras, desde siempre y ahora más, los niños al nacer gritan gol, eso hace que crezcan soñando en ser futbolistas tanto hombres como mujeres. En este sentido, somos un pueblo futbolero, furibundos ya sea motaguenses, olimpistas, españas, maratones, vidas, victorias, potros, juticalpas, génesis, y, otros clubes de Europa, como ser Liverpool, Barcelona o Real Madrid. Bueno, se me olvidaba un detallazo, que es la razón por la cual se escribe este artículo, se trata de la Selección Nacional de Honduras, la cual nos ha dejado mudos, a los que ya gritamos gol, y a aquellos que nacerán en los próximos cuatro años, en qué volvamos a soñar con ir a un Mundial de Fútbol, en donde participan 48 equipos que representan a 48 países. Una de las cosas que duele a los hondureños, es no haber clasificado con tanta oportunidad, ya que al menos 3 de Concacaf, clasificados automáticamente por ser sede del Mundial y los otros 3 cupos estaban en disputa, de los cuales Honduras no logró ninguno. No tendremos bandera ondeando en los estrados más altos de la justa mundialista, todos los clasificados jugarán, defenderán y se coronarán otros, menos nosotros. Qué papel más indecoroso el que hemos hecho, que poca sangre catracha, que grado de conformismo, coraje y hambre se demostró por esta generación, salvo raras excepciones en el equipo nacional.
Honduras orgullosamente ha clasificado para tres mundiales de futbol organizados por la FIFA, 1982, en España, 2010, en Sudafrica, y el 2014 en Brasil. Honduras salió eliminado en la primera fase de grupos, no obstante, es importante resaltar que en España 82, estuvo cerca de pasar a la siguiente fase, es donde Honduras hecho un excelente papel en comparación con los dos mundiales posteriores que participó. Para decir verdad, tanto en el 2010 como el 2014, Honduras no llegó de la mejor manera, fue siempre con calculadora en mano y dependiendo de los resultados de más de alguna selección del área. Escuché un comentario muy fuerte, que como hondureño duele oír, decían que: “Así como está y juega la selección nacional de fútbol, ese mismo, es el reflejo de lo que somos como país”. Si bien es cierto, no podemos estar esperando que aparezcan “flores de barranco”, es decir, que en los lugares menos pensado y hasta remotos, aparezcan jóvenes con talento para jugar al fútbol, cosa que se puede dar, pero es muy difícil de encontrar, pues se deberían tener entrenadores de menores que formen niños con potencial para la practica del fútbol, de lo contrario, vamos a tener muchachos con baja escolaridad, con grandes deseos de triunfar y ser seleccionados nacionales, pero que llegan con grandes deficiencias técnicas, mentales, éticas y probablemente con escolaridad demasiado baja, demostrando serios problemas para la toma de decisiones,
competencia necesaria en el momento de definir un resultado clasificatorio. Los jugadores de la selección nacional de Honduras, juegan un día bien, más para el siguiente partido y aún a veces en el mismo encuentro, pareciera que les quitan el chip bueno, y les ponen un chip malo. El rendimiento de los
futbolistas hondureños es demasiado inconstante, la energía que muestran en cada partido es diferente. ¿A qué se debe?. ¿Pareciera que no creen en ellos mismos, ni mucho menos, en la camiseta que medio sudan?. ¿Con qué mentalidad entran a enfrentar selecciones que tienen proceso y juegan los 90 minutos, sin recurrir a la falta, o, a la maldita forma de perder el tiempo de manera torpe, en la que no pueden disimularlo?. ¿Cuál es el siguiente paso que debemos dar como hondureños?. Cuando alguien dice que el fútbol no lo es todo en la vida, demuestra una actitud deplorable, conformista y reduccionista. No se vale esto que hemos vivido, por más lágrimas, que son válidas, más no suficientes. Debemos de repensar, planificar, organizar, entrenar y salir al campo de juego, como si fuera el último partido de la vida. Basta ya de no aprovechar las inversiones millonarias, mejor invirtamos en escuelas de fútbol y entrenadores nacionales y extranjeros exitosos, que enseñen desde lo básico hasta lo más actualizado del fútbol mundial.
Hay muchas lecciones aprendidas de la experiencia de la selección nacional, de sus jugadores, cuerpo técnico, y directiva de la Federación de Fútbol de Honduras: Por ejemplo, que no hay equipo chico, ha quedado demostrado en estas eliminatorias para el Mundial del 2026, que los jugadores deben jugar y dejarlo todo en el campo, retomar algunas formas de juego, de tal manera que se vuelva a recobrar la confianza en Honduras y en ellos mismos que son los que juegan y defienden la selección. La preparación física y técnica son indispensables, pero, la parte psicológica que ubica a cada jugador, mejorar el autoestima, dejar la soberbia, los orgullos y las divisiones internas, usar los pies sin dejar ir la pelota, pero sobretodo, ser inteligentes emocionalmente y sensatos.
¿Cuál será el sol que está alumbrando a los jugadores de la Selección Nacional de Fútbol de Honduras? ¿Cuál será la sombra que enturbia la clasificación y el buen desempeño de los jugadores?. Debemos mejorar el grado de escolaridad de nuestros futbolistas hondureños. Enseñarles la belleza, la pasión y el dominio que requiere una esférica, a efecto de que no crezcan y se note que no tienen ninguna técnica, ni mucho menos el ABC del fútbol. Esperemos algún día, volver a vivir los mejores tiempos, ya que el fútbol sino es, casi estamos seguros que es una de las pocas alegrías que tenemos en Honduras. Descubramos el sol y la sombra en el fútbol de Honduras, que nos permita salir de cualquier agujero y levantarnos de la postración futbolística en que nos encontramos.







