Por: Otto Martín Wolf
“Ya que el mal sólo puede mantenerse por medio de la violencia, hay que evitar todo tipo de violencia.
Si respondemos a la violencia con violencia, nuestros futuros líderes se habrán formado en una escuela de terror y venganza. Si tomamos ojo por ojo lo único que conseguiremos será un país de ciegos”- palabras de Gandhi.
En el Medio Oriente, por diferencias religiosas, idiológicas y de simple ambición de poder, están en guerras interminables desde hace +- cuatro mil años… cero tolerancia.
La tolerancia es la mejor arma de la paz.
Pero, hasta dónde se puede tolerar algo?
En Venezuela quisieron eliminar la corrupción política apoyando a Chávez, el resultado fue un mal de proporciones mucho mayores. La medicina se convirtió en una enfermedad peor. Trece años después de haber iniciado “la salvación” el país está quebrado, al igual que toda su gente y la sociedad más dividida que nunca.
Quizá hubiera sido mejor para ese pobre pueblo haber tolerado el sistema que tenían – que de alguna manera funcionaba más o menos- ya que éste fue reemplazado por uno mucho peor.
En los Estados Unidos a principios del siglo pasado quisieron terminar con el problema del consumo del alcoholismo; lo que se logró fue desatar una ola de crimen y corrupción como no se había conocido en esa nación y -de todas maneras- la gente siguió tomando licor esta vez ilegal, sin ninguna regulación sanitaria y cuyos fabricantes y contrabandistas, no pagaban impuestos.
Por eso la tolerancia tiene un límite: hay que tener cuidado que aquello que se tolera no conduzca a un mal mayor.
Se pueden permitir transgresiones menores para evitar las mayores. La aplicación de este criterio no es nada fácil; hay que ejercer la tolerancia pero, a la vez, no todo puede tolerarse.
Si hubieran eliminado Bin Laden antes del atentado a las Torres Gemelas en New York se hubieran salvado casi cuatro mil vidas, lo mismo con Hitler; si lo hubieran detenido antes de que tomara el poder o cuando empezó a abusar de él, se hubiera evitado la Segunda Guerra Mundial con sus cincuenta millones de seres muertos.
Tolerancia también es respeto a la diversidad. Se puede tomar como una actitud de disposición a admitir una manera de ser distinta a la propia, tolerancia es la aceptación del pluralismo.
En el deporte la falta de tolerancia puede conducir a la violencia extrema, tal y como las diferencias políticas, económicas y religiosas han producido todas las guerras en la historia de la humanidad.
La tolerancia activa viene a significar solidaridad, una actitud que Séneca llamó benevolencia porque “el hombre debe ser cosa sagrada para el hombre. Las manos deben estar dispuestas a ayudar, pues el hombre sólo puede vivr en sociedad, al igual que las piedras se apoyan unas en las otras para sostener toda la edificación”.
Debemos comprender que no siempre tenemos razón en todo, aunque lo creamos así y entender que los otros tienen su propio punto de vista. Debemos aceptar que existen inteligencias e ideas mayores, así como también debemos tolerar inteligencias menores y hasta las ideas pobres o tontas.
Para vivir en paz debemos aprender a tolerar.