Por Alberto García Marrder
Para Proceso Digital, La Tribuna, El País y Contexto
No entiendo ni escribo sobre el fútbol. Pero sí sé reconocer la elegancia del alemán Toni Kroos de retirarse a tiempo del Real Madrid para dedicar más tiempo a su familia y a sus academias de fútbol para niños, tanto en Alemania como en España.
Kroos, que se jubila del fútbol con apenas 34 años, ha estado 15 años en el Real Madrid y ha levantado un total de 23 trofeos (entre copas europeas, súper copas, y cuatro de la cinco “Champions” del equipo madrileño).
Y, posiblemente, podría ayudar a que el Real Madrid logre este 1 de junio su sexta “Champions” ante el alemán Dortmund, en el estadio Wembley de Londres, en lo que será su último partido con el Real Madrid. Luego disputará la Eurocopa con su país Alemania y ahí será su retiro definitivo de las canchas.
Como contundente, pero limpio, centrocampista, Kroos deja una huella en el Real Madrid. De juego limpio y elegante. No dado a peleas y discusiones inútiles con los jugadores rivales.
Me hago eco de una buena columna de José F. Peláez en el diario ABC de Madrid que lo dice todo, bajo el título de “Kroos: el arte de cortarse la coleta”:
“Es el acto de mayor elegancia posible: justo en el momento en que comienzas a sospechar que un minuto más sería intolerable”.
“Arrastrarse en Arabia, inflarse a ganar dinero en Qatar, perder dignidad en China, o peor aún, irse a Miami, como una hortera a pegar pases de 40 metros que nadie recibirá, porque para que comprendan tu dedito, necesitan un anuncio previo, una traducción a yardas y un burofax”, que sin mencionar nombres, está claro que se refiere a ex jugadores del Real Madrid.
Kroos vive en Madrid con su esposa alemana Jessica Farbe Kroos y sus tres hijos: Leon, Amelie y Fin.
«Si se vuelve a poner un uniforme…será con el de la Selección de Fútbol de Alemania».