Tegucigalpa/Washington – Estados Unidos y China trasladaron su campo de batalla por la hegemonía mundial a la lucha contra el COVID, luego que ambas potencias anunciarán ayudas por miles de millones de dólares y la entrega de millones de dosis de las vacunas aprobadas a las naciones pobres, urgidas del inoculante para hacer frente a la pandemia del coronavirus.
– El acceso a las vacunas contra el COVID se ha convertido en una herramienta de la geopolítica global.
– Honduras ha hecho los contactos por medio de El Salvador para comprar la vacuna a China.
Pekín anunció este viernes, por medio de su máxima figura Xi Jinping, que invertirá 3 mil millones de dólares en el próximo trienio para asistir a las naciones en desarrollo a que afronten las consecuencias de la pandemia.
“Continuando con nuestro apoyo a la solidaridad global contra la COVID-19 anuncio que China aportará otros 3,000 millones de dólares en ayuda internacional en los próximos tres años en ayudas a la crisis social y económica en países en desarrollo”, dijo por videoconferencia Xi durante su intervención en la cumbre virtual del G-20, el grupo de las naciones más desarrolladas del planeta.
China ya repartió 300 millones de dosis de vacuna a los países aliados.
“Debemos mantenernos unidos y promover la coordinación y la solidaridad», así como «rechazar los intentos de politizar el virus”, añadió el dirigente chino.
Pekín reacciona así a la decisión de Washington, que por medio del presidente Joe Biden, informó que ampliará de 60 a 80 millones de dosis de vacunas que distribuirá en los países más necesitados.
En febrero pasado el presidente Biden había anunciado que Estados Unidos donará 2 mil millones de dólares de forma inmediata para el desarrollo y distribución equitativa de las vacunas contra el COVID-19 y que llegará a 4 mil millones de dólares el 2022.
Dichos recursos se destinarán a la plataforma Covax, el mecanismo creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la distribución de los inoculantes a las naciones pobres que no pueden adquirir las vacunas.
Tanto Pekín como Washington reclaman que el tema del COVID-19 no sea politizado y se acusan mutuamente de aprovechar la pandemia para ganar influencia.
Es lo que los expertos llaman la “diplomacia de las vacunas”, ya que tanto China, con sus tres vacunas, y Rusia han enviado millones, tanto en venta como donaciones, a la mayoría de las naciones pobres que no tenían acceso a las medicinas.
Pero la lucha es evidente entre Washington y Pekín para ganar espacios de influencia entre los dos titanes de la economía global.
Muchos países pobres se quejaron que las naciones ricas occidentales se apropiaron de las vacunas y solo dejaron unas pocas para las naciones de ingreso mediano, mientras los pobres pasaron meses sin poder tener acceso a las mismas.
Igualmente amenazaron con acudir a Pekín y Rusia para que les proporcionará las mismas, lo que desató los recelos de los funcionarios de la administración Biden quienes señalaron que dichos países no ayudan sin propósito alguno.
Mil millones para compartir
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este viernes que es posible que su país produzca 1,000 millones de dosis adicionales de la vacuna contra la COVID-19 entre la segunda mitad de 2021 y entrado ya 2022 para «ofrecer protección a todo el mundo».
Además, «creemos que entre la segunda mitad de 2021 y ya en 2022 podemos producir otros mil millones de dosis de la vacuna, porque no es que solo hablemos de EEUU o Corea del Sur, estamos hablando sobre el Indo-Pacífico, estamos hablando sobre el mundo», dijo Biden.
Así lo anunció en una rueda conjunta en la Casa Blanca con su homólogo surcoreano, Moon Jae-In, al que recibió este viernes en Washington.
El mandatario destacó que con las capacidades que tiene su país es su obligación «hacer todo lo posible para ofrecer protección al mundo».
En esa línea, Biden y Moon informaron de un acuerdo bilateral para aumentar la fabricación de vacunas contra la covid-19 «que se haya probado que son seguras y efectivas».
Caso hondureño
Honduras, un aliado de larga data de Estados Unidos y Taiwán, dijo que haría gestiones con China para lograr acceder a las vacunas que fabricaron las farmacéuticas chinas, ya que ha tenido pocos inoculantes para atender a su población.
Y el primer gran contrato firmado por Tegucigalpa lo hizo con la rusa Sputnik V, al firmar la compra de 4.2 millones de dosis con el Instituto Gamaleya, a cargo del laboratorio que produjo la referida vacuna.
Asimismo, alcaldes hondureños enviaron una misiva al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, para que les sirva como intermediario ante una eventual relación comercial con China para la compra del inoculante.
Honduras ha aplicado 221 mil dosis de la vacuna antiCovid, lo que presenta un poco más del 1 por ciento de la población desde que comenzó la inoculación a finales de febrero.
De acuerdo con las perspectivas del gobierno se esperan 14 millones 001 mil 370 de dosis, para inocular a un poco más de 7 millones de habitantes que es la meta. De esta cantidad, se recibieron 305 mil dosis para vacunar a 152 mil 500 personas.