«Nos preocupa bastante», declaró la subsecretaria de Estado adjunta para el Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Bisa Williams, en una entrevista con el canal 21 de la televisión salvadoreña.
La funcionaria, que cumple una corta visita a El Salvador, se refirió al anuncio formulado recientemente por el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien argumentó que el armamento que adquirirá será para incrementar su «capacidad de defensa».
«No vemos ningún motivo (…) El presidente Chávez dijo que él estaba preocupado por lo que es un arreglo bilateral entre nosotros y Colombia» para la utilización de siete bases colombianas por parte de EE.UU., dijo Williams, que insistió en que las bases no son estadounidenses sino «colombianas».
Indicó que la colaboración entre Bogotá y Washington es «estrecha, larga, muy pública, transparente».
Williams, que llegó a El Salvador para analizar con delegados del Gobierno y del sector privado la crisis en Honduras, aludió así al acuerdo entre Bogotá y Washington, cuyo objetivo es la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.
Varios Gobiernos de Suramérica han mostrado su inquietud ante ese convenio, especialmente Chávez, quien reaccionó congelando las relaciones con Colombia.
Venezuela ha concretado en los últimos años compras importantes de armas a Rusia, entre ellas 24 cazabombarderos Sukoi-30, medio centenar de helicópteros MI-17, M-26 y M-35 y 100.000 fusiles AK, todo ello por más de 3.000 millones de dólares, según fuentes rusas.
La nueva adquisición incluye 92 tanques T-72 y «un poderoso sistema antiaéreo» con un número no revelado de cohetes «reactivos», anticipó recientemente Chávez.







