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Dirigencia trabajadora propugna por una central unificada y puja por Constituyente

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Tegucigalpa – La clase obrera hondureña representada por las tres centrales y encabezada nuevamente por dirigentes del Partido Libertad y Refundación (Libre), propugnaron este jueves por la creación de una central única como paso ineludible para afrontar los retos de la realidad hondureña.
 

– Pidieron derogar la Ley de Empleo por Hora, las Zonas Especiales de Desarrollo y los proyectos impulsados por Coalianza.

– En su mensaje, Manuel Zelaya volvió a arremeter contra la prensa hondureña.

– En Tegucigalpa y El Progreso aparecieron pancartas en contra de la extradición de hondureños. “Con la extradición, otro golpe a la nación” y “No a la extradición”, señalaban.

Durante la marcha del Día Internacional del Trabajo, expresaron en su manifiesto que el país necesita ser refundado por medio de una Asamblea Nacional Constituyente, al tiempo que exigieron desmilitarizar la sociedad. Mientras con pancartas, los manifestantes reafirmaban un “no a la extradición”.

El acto en Tegucigalpa perdió la fuerza de otros años. El programa fue evacuado con premura y los manifestantes se apostaron en el bulevar Juan Pablo Segundo, donde permanecieron luego de leído el manifiesto.

Simultáneamente, más de una veintena de ciudades en todo el país, marcharon para conmemorar el 60 aniversario de la huelga de 1954.

El manifiesto del 1 de Mayo fue leído en buena parte por dirigentes obreros como Miguel Aguilar y Juan Barahona, éste último alto dirigente del izquierdista Partido Libre.

Sindicatos como el de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), Patronato Nacional de la Infancia (Pani), Instituto Nacional de Formación Profesional (Infop), Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), dirigencia y colegios magisteriales, y las tres centrales obreras, acuerparon la marcha de este jueves.

Entre sus principales demandan destacan: la refundación del Estado a través de una Constituyente, desmilitarización de la sociedad y del Estado, sustitución del modelo neoliberal por un modelo social, aprobación del proyecto de ley de transformación agraria integral, derogación de las leyes que atentan contra las conquistas sociales, respeto a la vida y los derechos humanos, acceso al empleo permanente y bien remunerado y renacionalización de los servicios públicos privatizados.

En la norteña San Pedro Sula la marcha fue similar a todos los años: Las protestas a los problemas estructurales que padecen los obreros y Xiomara Castro, esposa del ex presidente Manuel Zelaya, les acompañó en la jornada que se volvió política cuando un grupo de activistas de Libre quemó un monigote que simbolizaba al diputado de este instituto político Eduardo Coto.

En El Progreso, Yoro, fue notaría la protesta por la potencial extradición de un presunto capo de la droga, que se gestiona en los tribunales hondureños. Los manifestantes portaron una senda manta para mostrar su repudio por la expatriación.

En Santa Bárbara, al occidente del país, la presencia de Libre fue materializada durante la marcha, en la persona del diputado y dirigente magisterial Edgardo Casaña.

En el resto de las ciudades hondureñas la marcha también fue pacífica y tradicional.

El discurso

Al momento del discurso se criticó que el “Estado oligárquico hondureño, concentrado y controlado por unos pocos grupos económicos, está sumido en una profunda crisis que tratan de ocultar instrumentalizando los grandes medios de comunicación, las jerarquías religiosas, las Fuerzas Armadas y la Policía; crisis que es estructural y no mediática, agudizada por la penetración del crimen organizado y el narcotráfico”.

Calificaron al Estado como “estructuralmente debilitado”, mismo que perdió soberanía y se somete cada vez más a la injerencia de la Embajada de Estados Unidos. “Así lo demuestran las visitas de altos funcionarios para dictar pautas y durante las elecciones pasadas, con la presencia permanente de la Embajadora de Estados Unidos en el Tribunal Supremo Electoral”, fustigaron.

Denunciaron que el próximo año el gobierno hondureño emitirá otros 1 mil millones de dólares en bonos soberanos para financiar el presupuesto de la nación.

“Con todos esos préstamos vamos a alcanzar niveles de deuda interna y externa nunca antes vistos, por lo que seremos presas de nuevo del chantaje de los Organismos Financieros Internacionales y más impuestos para el pueblo. Por otra parte, se sigue entregando el país, sus recursos y servicios públicos a través de Coalianza y las Zonas Especiales de Desarrollo que quedarían blindadas por la Corte Suprema de Justicia, si declara sin lugar los recursos de inconstitucionalidad presentados”, reprocharon.

Demandaron parar la constante represión contra los campesinos y argumentaron que el continuo aumento del sector informal es producto del desempleo, generado por la aplicación de las políticas neoliberales, lo que ha creado un fuerte sector de cuentapropistas sin derecho social alguno, que contribuyen a desregular el mercado laboral precarizando el trabajo, y exhibiendo al sistema y su modelo como generador de miseria.

En otro apartado, mencionaron que la migración forzada de hondureños, principalmente jóvenes, continúa siendo un fenómeno social grave originado por la falta de oportunidades de empleo y educación así como las precarias condiciones de vida de sus familias. “Esto es una de las tantas causas de la desintegración familiar que no le importa al régimen, porque le permite recibir las remesas en dólares que sirven de sustento a la economía del país”, afirmaron en la lectura del manifiesto.

Puntualizaron que “las centrales obreras hemos acordado entrar en un proceso para construir una central única como garantía de fuerza para enfrentar los retos, hoy más grandes y más complejos”.

Mel arremete contra la prensa

En un aparte de la manifestación de los trabajadores, el ex presidente Manuel Zelaya, quien junto a la dirigencia del Partido Libertad y Refundación (Libre), se apropió de espacios en la jornada, subió a la tribuna para atacar a la prensa hondureña a la que señaló de estar coludida con el poder.

Zelaya dijo que pocos periodistas hondureños quedan al margen de las descalificaciones que profirió.

Igualmente calificó de “aprendiz de dictador” al presidente hondureño Juan Orlando Hernández y en un discurso poco coherente se preguntó – ¿Dónde está la Policía Militar? – refiriéndose a la unidad élite creada por la actual administración y que tiene presencia en las principales ciudades hondureñas. Posteriormente habló de la existencia de escuadrones de la muerte.

Luego inquirió: ¿Dónde están los empleos?, para contestarse que en Honduras hay 200 mil desempleados, en un claro desconocimiento de la realidad ya que la cifra de desocupados en el país supera el 40 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA).

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