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Ya hay papeleta electoral, pero la incertidumbre acecha

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Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – Por fin las autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE) lograron realizar el sorteo para ubicar las posiciones de los candidatos presidenciales en las papeletas electorales de cara a las elecciones generales del próximo 28 de noviembre de este año.

A medida que se acercan las elecciones, el país vive sometido a un cóctel de conflictividad y la violencia cada vez repunta como una amenaza mayor.

La papeleta aprobada mediante una rifa quedó en el siguiente orden: Partido Anticorrupción 1, Faperh, Partido Nueva Ruta 3, Alianza Patriótica Hondureña 4, candidato independiente Santos Rodríguez 5, Partido Vamos 6, Libre 7, Alianza UNOH 8, Partido Liberación Democrático de Honduras (Liderh) 9, Unificación Democrática 10, Democracia Cristian 11, Todos Somos Honduras 12, Honduras Humana (candidatura independiente) 13, Partido Liberal 14, Partido Nacional 15.  

La jornada electoral para sortear la ubicación que le corresponde en la papeleta a cada partido político en sus diferentes niveles electivos, solo ha sido una muestra de la crispación y conflictividad que se vive en el país. Aunque por fin se logró realizar la jornada, después de por lo menos ocho intentos entre el sábado y el domingo, la violencia y el caos ha quedado penetrado en una sociedad de por sí incierta y desconfiada.

Por fin se logró realizar la jornada, después de por lo menos ocho intentos entre el sábado y el domingo, la violencia y el caos ha quedado penetrado en una sociedad de por sí incierta y desconfiada.

Este domingo alrededor de las 5:10 minutos de la tarde, la jefa de prensa Maribel Rosales, dirigió la ceremonia pasando lista para comprobar la asistencia de los representantes de todos los partidos políticos, alianzas y candidaturas independientes. Se comprobó que únicamente el representante del partido Nueva Ruta no se presentó y el secretario general Alejandro Martínez delegó a un miembro del CNE, sacar en su lugar la papeleta correspondiente.

Posteriormente la consejera presidenta Ana Paola Hall, abrió formalmente el evento destacando la dificultad para realizar el sorteo. “Con este paso continuamos nuestro camino hacia la próxima elección general” dijo.

Hall, se refirió a los hechos de violencia ocurridos el sábado en torno al proceso de sorteo y dijo que fue una jornada inexcusable, al tiempo que llamó a la reflexión y pidió a todos los protagonistas a actuar con civilidad, usando la palabra y no la violencia contra las personas, las autoridades y los periodistas.

La presidenta Hall, llamó a los miembros de los partidos políticos a cuidar el proceso electoral. Finalmente reafirmó la voluntad del CNE a conducir “de forma inclaudicable y no permitir el boicot de este”.

Seguidamente fue el secretario del CNE, Alejandro Martínez quien explicó el mecanismo para realizar el sorteo.

Martínez dijo que la jornada se realizaría en dos eventos, en una tómbola los representantes de los partidos sacarían el sobre con un número y de acuerdo con ese número cada partido acudiría a otra tómbola donde en el sorteo les proveería del lugar asignado en la papeleta.

Todo comenzó por orden de la fecha de fundación de cada partido político, iniciando por el más antiguo y concluyendo con el más reciente.

Fue la candidata a designada liberal Yadira Bendaña la que inicialmente extrajo el primer sobre en el que se le adjudicó la posición 10 para buscar el número definitivo en una siguiente urna.

Lugo Leónidas Rosa Bautista en representación del partido Nacional sacó la papeleta número nueve; seguidamente el Pinu-SD al que se le adjudicó el número 14 y en ese orden desfilaron y sacaron sus respectivos sobres los representantes de cada instituto político. A Libre, por ejemplo, le correspondió el turno número 13 de la mano de la candidata a diputada Julissa Villanueva.

Un preludio violento

El preludio del sorteo transcurrió en un ambiente polarizado y marcado por discursos confrontativos.

Tras la juramentación del Consejo Consultivo, integrado por representantes de todos los partidos políticos, el sábado la consejera presidenta por ley, Rixi Moncada anunció las reglas para el sorteo, destacando la preferencia para los partidos Liberal, Libre y Nacional, que serían los primeros en optar a sacar de la tómbola el tiquete de su suerte.

Pero eso no gustó a los representantes de los partidos nuevos, los llamados bonsái, los de maletín y a las alianzas que de inmediato protagonizaron una jornada de protestas que más tarde se convirtió en una confrontación violenta en la que pudieron verse dirigentes del mas alto nivel de los partidos Nacional y Libre involucrados entre otros, generando episodios de mayor caos, golpes, violencia y desorden.

Alianzas municipales

Tras definir posiciones presidenciales, se procedió a realizar las ubicaciones de las alianzas en las corporaciones municipales. Se inició con el municipio de Corquín, Copán, departamento de la zona occidental de Honduras. La alianza Partido Liberal y Libre quedó en la posición 6.

De esta manera en las ciudades donde se generaron alianzas municipales se procedió a realizar un nuevo sorteo para definir las posiciones de los candidatos a acaldes, en los municipios sin alianzas se ubicarán siguiendo el orden logrado a nivel presidencial.

También se realizó sorteo para el Distrito Central, por la alianza municipal entre el Partido Nacional y Unificación Democrática. La misma quedó ubicada en la posición número 10. En Yusguare, Choluteca, Libre y el Partido Liberal concretaron alianza y en la posición número 4.

Además hicieron sorteos por las alianzas entre Libre y Partido Liberal en Erandique, la Unión, Gracias, departamento de Lempira; Concepción del Norte, Concepción del Sur, San José de Colinas, El Níspero, departamento de Santa Bárbara, Concepción de María, departamento de Choluteca.

Los factores de riesgo para Honduras de cara a las elecciones

A medida que se acercan las elecciones, el país vive sometido a un cóctel de conflictividad manifiesto por el coronavirus y sus nuevas variantes, la inestabilidad política  y el crimen  a causa de la violencia e inseguridad, al cual se suma un nuevo elemento: el cambio climático.

Estos factores—denominados de riesgo—han sido identificados por el sector empresarial en uno de sus últimos análisis de coyuntura, al aseverar que de cara al 2022, cuando se instale un nuevo gobierno, el país tendrá que convivir con estos hechos, pues todo indica que la pandemia y sus diversas variantes seguirán el próximo año, la violencia y la inseguridad muestran repuntes preocupantes y el cambio climático es la amenaza latente con la cual se deberá aprender a convivir.

A medida que se acercan las elecciones, el país vive sometido a un cóctel de conflictividad manifiesto por la inestabilidad política.

A estos elementos, se suman los comicios electorales de noviembre próximo, los cuales van precedidos de una agitación de aguas que pasa por el tema de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDEs), el problema de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) que nunca arrancó su plan de rescate y ahora en confrontación con la Empresa Energía Honduras (EEH) por incumplimiento, amenaza con intervenir a la firma colombiana y, de concretarse, desatar una millonaria demanda internacional contra el Estado de Honduras, si no se logran acuerdos satisfactorios para ambos lados.

A esa nebulosa se suma el rubro del transporte público demandando cumplimiento de demandas, el reclamo salarial de algunas instituciones burócratas, la agonía que atraviesa la estatal telefónica Hondutel cuyas cifras en rojo no da más y tiene a sus empleados con salarios atrasados y deudas con otras instituciones públicas, como la ENEE, a quien adeuda cerca de 450 millones de lempiras, llevando a EEH a cortarles la energía por varias horas hasta lograr compromisos de pago a plazos.

Coronavirus, crimen, inseguridad política

El Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) prevé una situación de debilitamiento empresarial para afrontar lo que estiman un futuro incierto, “alimentado por un clima político polarizado y un proceso de vacunación lento y poco efectivo”.

De acuerdo con el reporte del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), el Diagnóstico de Sistemas de Mercado señala que para el 2020, los factores que más afectaron las actividades empresariales fueron el coronavirus (90.24%), el crimen (52.4%), la inseguridad política (45.7%) y el costo del transporte (33.29%). Estos efectos ocasionaron, en mayor o menor medida, que el 80.1% de las empresas por ellos consultadas reportaron disminuciones en sus ventas y ante esta situación, el 655 de las empresas se vieran obligadas a suspender o despedir a su personal como una medida extrema de adaptación.

A esta acción se suma el cambio climático que tras el paso de las tormentas tropicales Eta y Iota, no sólo devastó importantes rubros de la actividad productiva del país, sino que es el preámbulo de futuras acciones climáticas a las cuales se verá abocado el país por su fragilidad y vulnerabilidad, de acuerdo con los expertos.

Y si bien para lo que va del 2021, el 59% de las empresas han manifestado una recuperación parcial, un 10% ha cerrado operaciones por completo y únicamente el 31% manifestó que, a pesar de la situación adversa, han logrado recuperarse de las perturbaciones externas.

No obstante, los factores antes citados, prevén una situación de debilitamiento empresarial para afrontar lo que estiman un futuro incierto, “alimentado por un clima político polarizado y un proceso de vacunación lento y poco efectivo”, señala el Cohep en su informe de coyuntura.

De ahí que visualicen como “riesgos” que incidirán en las proyecciones del programa monetario: mayor incertidumbre en los agentes generada por los comicios de noviembre de 2021; la situación financiera de la ENEE, que podría generar mayores necesidades de financiamiento.

La inseguridad y violencia

El sector privado, señala que Honduras sigue teniendo la quinta tasa de homicidios más alta del mundo, y el país enfrenta desafíos relacionados con delitos diversos, entre ellos robos y extorsiones.

Se suman a ello, la mayor propagación de las nuevas mutaciones del coronavirus y menor avance en el proceso de vacunación, mayor crecimiento en los precios internacionales de las materias primas importadas, principalmente en los combustibles y el cambio climático.

En materia de seguridad, el tema de la violencia y la criminalidad sigue siendo la segunda variante de preocupación que afecta al sector empresarial, pero también a la sociedad, al registrarse en lo que va del año un poco más de 25 masacres o muertes múltiples, en un país sobre el cual pende desde hace más de año y medio un toque de queda. El confinamiento no ha podido frenar la inseguridad.

En su informe Diagnóstico de Crecimiento Inclusivo en Honduras 2021, el sector privado, señala que Honduras sigue teniendo la quinta tasa de homicidios más alta del mundo, y el país enfrenta desafíos relacionados con delitos diversos, entre ellos robos, hurtos, atracos, chantajes, fraudes, extorsiones y amenazas violentas.

Ahí se indica que los altos niveles de delincuencia e inseguridad obligan a las empresas hondureñas a utilizar la seguridad privada para proteger sus negocios. El número de personal empleado de seguridad privada es elevado, especialmente en comparación con el número total de agentes de policía.

Incertidumbre electoral

El crimen organizado infiltrado en la política. La lista de los 21 hondureños señalados por corrupción en todas las escalas.

Honduras tiene uno de los mayores índices de seguridad privada por policía en el mundo, con siete guardias de seguridad privada empleados por cada agente de policía. Este uso de la seguridad privada también se ha disparado con el tiempo, multiplicándose por diez entre 2007 y 2017, añade el documento del sector privado.

El panorama político electoral, el tercer factor de riesgo identificado, vive sus propios contratiempos: el Consejo Nacional Electoral (CNE) está contrarreloj queriendo dar certidumbre a un proceso para contratar de forma directa a una firma responsable del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares, TREP, el uso de un sistema de identificación biométrica, la resolución de inhabilitaciones políticas pendientes, entre otros asuntos de interés público.

Mientras el cronograma electoral avanza tortuosamente, la polarización política se instala, el ente rector del proceso, sigue sin disimular las contradicciones entre sus integrantes, la oposición política empieza a atacarse entre sí, mientras se evaden dos factores también de inestabilidad y gobernabilidad: la imparable corrupción pública y el crimen organizado infiltrado en la política.

Estos dos últimos factores, generadores de exclusión y desigualdad, propician, a su vez, la migración irregular, ya sea bajo la modalidad de caravanas o de “goteo”, pequeños grupos de personas que buscan pasar más desapercibidos de los retenes de control en la frontera en ruta al sueño americano.

Las elecciones del bicentenario, que, para los analistas políticos, serían el parteaguas para dar paso al país a un cambio de gobierno más certero y transparente, corren el riesgo de convertirse en un escenario en donde la violencia política y los escenarios de 2017 podrían reeditarse. Son los factores de riesgo, por ahora, instalados. (PD)

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