Tegucigalpa – La intolerancia entre los conductores capitalinos y sampedranos ha aflorado nuevamente en las últimas semanas. Las escenas de peleas a mitad de la calle, en medio del caos vehicular de estas ciudades, se volvieron a apoderar de las redes sociales, las que son captadas por los pobladores con sus teléfonos celulares.
Aunque la mayoría de las peleas han tenido como protagonistas a conductores del transporte público que se disputan los pasajeros, también los ciudadanos comunes se han ido a los puños para resolver cualquier diferencia.
Incluso hay casos en los que los agentes del orden se han ido a los golpes con choferes de buses, como lo ocurrido en San Pedro Sula, entre dos agentes policiales femeninas y un conductor de bus rapidito.
En Choluteca destaca el caso en que dos hombres de edad media, se enfrentaron a media calle, con machete en mano.
Al Juzgado de Conciliación
En ocasiones anteriores, la Policía Nacional ha anunciado que los protagonistas de los enfrentamientos callejeros son buscados para ser enviados al Juzgado de Conciliación.
Los pleitos, discusiones verbales y peleas entre conductores de vehículos están tipificados como faltas graves en La Ley de Tránsito.
Tanto la Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNVT) como la Policía Nacional han exhortado a los conductores a respetar las normas de tránsito y a evitar cualquier tipo de confrontación.
Ante el surgimiento de las peleas callejeras entre conductores, las autoridades piden prudencia y la tolerancia al momento de conducir.
(Leer Discusiones entre conductores en las calles son tipificadas como faltas graves, según DNVT
¿Qué hay detrás de las peleas?
El profesional de la psicología, Cristofer Rodríguez, señaló que es importante comprender que la violencia y las peleas son manifestaciones extremas de conflictos interpersonales que pueden ser causados por una variedad de factores.
“En Honduras, como en muchas sociedades en todo el mundo, la falta de oportunidades económicas, la desigualdad social, la discriminación, la exclusión y la polarización política pueden generar tensiones y resentimientos que se acumulan con el tiempo y se desatan en las peleas y la violencia”, dijo.
Rodríguez explicó que desde una perspectiva psicológica, es importante entender que las peleas entre conductores también pueden tener raíces emocionales y psicológicas profundas, como la rabia, la ansiedad, la frustración y la impotencia.
En ese sentido, afirmó que estas emociones pueden ser desencadenadas por eventos específicos, como un corte en el tráfico o una maniobra peligrosa, pero a menudo son el resultado de experiencias de vida previas, como la violencia en el hogar, el acoso o la inseguridad.
Al documentar este lado de la realidad de las calles del Distrito Central, los capitalinos han aprovechado para reclamar la presencia de agentes de la DNVT.
Rodríguez también apunta hacia la importancia de promover la educación vial y la empatía hacia otros conductores.
“Esto puede incluir la promoción de la paciencia y el respeto en el tráfico, la educación sobre las normas de tráfico y la prevención de la normalización de la violencia y la agresividad en la conducción”, afirmó.
Así mismo agregó que es importante proporcionar servicios de salud mental y apoyo emocional a las personas afectadas por las peleas y la violencia en el tráfico, para ayudarles a superar las experiencias traumáticas y prevenir la escalada de la violencia.
Infernal tráfico
Las calles de Tegucigalpa y San Pedro Sula, las principales del país, han colapsado ante la irrupción de decenas de miles de unidades motoras, vehículos y motocicletas, ya que a la llegada de nuevas unidades las urbes no cuentan con nuevas vías que permitan la fluidez del sistema vial.
En Tegucigalpa, las autoridades se quejan que el sistema vial estaba diseñado para soportar un rodaje de más de 250 mil unidades, pero a la actualidad unos de 800 mil vehículos motores ruedan por calles, avenidas y bulevares,
A lo anterior se suma que el sistema de transporte público no ha sido eficiente, ni seguro, para que los ciudadanos abandonen sus autos y motos y opten por movilizarse por transporte masivo. VC