Tegucigalpa – La vicepresidenta de la máxima Asociación Moskitia Asla Takanka (MASTA), Mirna Wood Flores, advirtió a los fiscales y cuerpos de seguridad del Estado, que no abusen en cuanto a las decisiones que tiene que tomar respecto a la construcción de la carretera entre Krausirpi y Wampusirpi en la Biosfera del Río Plátano.
– La vicepresidenta de MASTA, dijo que otra carretera “alterna” se construye dentro de la Biosfera del Río de Plátano.
Wood Flores, una de las impulsoras de la carretera que se construye, dañando de acuerdo a los ambientalistas y a líderes étnicos, profundamente la biosfera del Río Plátano. Ha comparecido reideramente ante los medios de comunicación para defender el proyecto vial, pero en ninguno de los casos ha podido explicar quienes financian la obra y únicamente lo atribuido a esfuerzos de las empobrecidas comunidades.
Igualmente se sabe que la carretera se está construyendo sin ninguno de los permisos ambientales que se requieren para su edificación, Wood Flores confirmó que en la zona ya encuentran fiscales y otras autoridades que hacen las investigaciones respecto a la construcción de la vía.
En ese sentido, dijo que si los funcionarios intentan detener el proyecto, los defensores de la construcción de la carretera, acudirán de ser preciso a instancias internacionales. Cabe recordar que la carretera ha sido cuestionada y se le ha calificado de una “narco carretera”.
Por lo que ella ha exigido los nombres de los presuntos narcotraficantes que financian el proyecto y aduce que la misma es necesaria para comunicar la región de La Mosquitia con el departamento de Olancho.
Igualmente, Wood Flores, afirmó que otro grupo del que ella desconoce su origen, también está construyendo otra carretera en la zona, que es una vía alterna, ubicada dentro de la Biosfera del Río Plátano, un patrimonio natural para la humanidad en Honduras.
De confirmarse el dato ofrecido por la vicepresidenta de MASTA, sobre esa construcción en el referido patrimonio de la humanidad, los daños serian aún superiores a los denunciados ante las autoridades competentes.
En La Mosquitia hondureña, los fenómenos del tráfico de drogas y la tala de bosques, se profundizaron aún más desde marzo de 2020, cuando la pandemia se instaló en Honduras. JP