Tegucigalpa– Un proyecto para brindar mejor atención y cuidar los derechos humanos de los migrantes se ha impulsado a fin de atender la preocupación que genera la movilización irregular en tiempo del COVID-19.
-Un promedio de 300 personas salen diariamente por Honduras en busca del sueño americano.
-Unas 40 carpas serán instaladas en puntos fronterizos para brindar una mejor atención sanitaria.
– Las acciones planteadas con este proyecto están orientadas a contribuir a ampliar el acceso a atención de salud; alcanzar acuerdos políticos para un trabajo intersectorial en zonas fronterizas.
Igualmente preocupa la movilidad humana en las zonas fronterizas entre Guatemala con México, Belice, El Salvador y Honduras.
El Proyecto denominado “Salud de los migrantes: Contribuyendo a la reducción de las vulnerabilidades en salud de la población migrante. Frontera Tecún Umán, Guatemala -México”, es una iniciativa dirigida a la población migrante en ruta por la región SICA (Sistema de Integración Centroamericana).
Dicho proyecto enfatiza en mujeres embarazadas, niñez y personas de la tercera edad en condición irregular, debido a que este segmento de la población se encuentra expuesto a una diversidad de factores que determinan su estado de salud.
Tres componentes
El proyecto articula tres componentes para abordar el proceso de atención a la migración irregular y retornada-deportada desde la perspectiva de la Determinación Social de la Salud: Acceso a Atención de Salud, Promoción de la Salud y Visibilidad y Coordinación.
Según el estudio, el primer componente pretende brindar atención médica y psicológica a la población migrante, con énfasis en niños, mujeres embarazadas y personas de la tercera edad, por medio de chequeos clínicos que permitan conocer el estado de salud.
Para ello, se ha contemplado el equipamiento de unas 40 carpas en zonas fronterizas de control migratorio oficial y puntos ciegos que serán definidos junto con las autoridades del Ministerio de Salud.
El segundo componente pretende disminuir la desinformación sobre los riesgos y las vulnerabilidades en salud que presenta la población migrante durante su tránsito migratorio, por medio de la Promoción de la Salud y campañas de comunicación social basadas en los derechos humanos.
En ese sentido, se contempla la entrega de productos necesarios para su higiene personal.
Mientras que el tercer componente fortalecerá la visibilidad institucional y la coordinación de acciones de protección y prevención de salud a nivel ejecutor del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) y el Instituto Guatemalteco de Migración.
Las acciones planteadas con este proyecto están orientadas a contribuir a ampliar el acceso a atención de salud; alcanzar acuerdos políticos para un trabajo intersectorial en zonas fronterizas en el marco de la gobernanza y la gestión del conocimiento; diseñar y ejecutar acciones intersectoriales a nivel operativo con valor público frente a la migración irregular fundamentadas en la promoción de la salud.
Compleja atención sanitaria
Según el estudio, la respuesta local en salud del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) de Guatemala a la migración irregular se inserta en un entorno y contextos sumamente complejos, donde operan en red diversos actores con intereses territoriales, incluidos los servicios alrededor del proceso migratorio.
Esta situación explica, en buena medida, el por qué el Ministerio de Salud difícilmente puede dar cuenta de la construcción de un perfil de salud sustantivo y sistemático sobre la migración irregular en tránsito. De la población migrante retornada-deportada, sin embargo, sí logra construir uno, pero no se dispone de mecanismos administrativos que den seguimiento a los casos detectados, especialmente aquellos con alguna morbilidad crónica.
Según el documento, se pueden identificar, a grandes rasgos, dos trayectorias de la movilidad de personas migrantes nacionales, subregionales y no nacionales en condición irregular.
Una parte de esa movilidad humana en condición irregular proviene de Honduras y El Salvador trasiega siguiendo la franja transversal del norte hasta alcanzar el norte y occidente del departamento de Petén, la región del Ixcán en el norte del Quiché, y el norte de Huehuetenango.
Otra parte importante de personas migrantes, igualmente proveniente de El Salvador, lo hace siguiendo la ruta del Pacífico hasta alcanzar los departamentos de Quetzaltenango para luego dirigirse hacia los departamentos de San Marcos (desde la zona marítima de Ocós hasta la zona montañosa de Tacaná), y Huehuetenango, especialmente hacia la zona norte (La Democracia y Nentón) frontera con México.
En ese sentido, las personas que realizaron el estudio se preguntaron: ¿por qué los servicios de salud no reportan una mayor cantidad de casos de morbilidad en población migrantes en tránsito?
Asimismo, ¿por qué la búsqueda de atención de salud en los servicios de salud gubernamentales no es una prioridad en la migración irregular en tránsito?
Dar una respuesta a ambas preguntas exige replantear el asunto de la migración irregular fuera de la lógica de la cobertura y demanda de atención de salud, y posicionarse en el campo de los mercados que operan y se benefician de la misma, tal y como ya se había advertido en un informe sobre la salud en la migración irregular.
También figuran otros actores sociales, configurándose flujos de migración de menor calibre vinculados al coyotaje semiindependientes y flujos de pequeños grupos de personas migrantes independientes. La estructuración diferenciada de la migración irregular en tránsito por Guatemala se manifiesta a grosso modo.
La respuesta de salud ante la COVID-19
Las acciones de salud frente a la COVID-19 y la ejecución del resto de los programas de salud está suponiendo un esfuerzo extraordinario para el personal de salud local de las areas de salud (AS) visitadas, y un reto de gestión importante para sus autoridades, incluidos los distritos y unidades de atención de salud donde se ubica el personal que brega en zonas fronterizas.
Pese a esta situación de estrés de los servicios de atención de salud del nivel operativo, debe de considerarse que la respuesta a la migración en tránsito tiene un carácter diferenciado según sea el comportamiento de los flujos en las zonas fronterizas.
En ese sentido, detalla el informe, algunas personas que viajan en grupos de migrantes no son detectadas por el personal de los servicios de atención de salud, debido a que los trasladan de manera asegurada.
Asimismo, otras personas o grupos de migrantes en tránsito o previo a cruzar la frontera terrestre o fluvial con México se estacionan y pernoctan al aire libre (parques) en comunidades de frontera. Estos grupos son detectables, pero excepcionalmente demandan atención de salud.
Igualmente, algunas personas migrantes acuden a instalaciones de apoyo y seguridad (Casas del Migrante o Cruz Roja) en búsqueda de alimento y albergue temporal, y es ahí donde se detectan algunos casos que ameritan la intervención de los servicios de atención de salud gubernamentales.
Mientras que otras personas o grupos de migrantes demandan atención solamente cuando se presenta un caso de morbilidad durante su trayecto, especialmente si en el grupo viaja alguna familia con niños/as, embarazada o persona con alguna dolencia que le impide continuar caminando.
40 Carpas
La donación de 40 tiendas o carpas multipropósito responde a una petición expresa del MSPAS para fortalecer su respuesta institucional a la migración irregular.
El objetivo del proyecto fue modificado con anuencia del financiador con la finalidad de ampliar la cobertura de salud en 16 zonas fronterizas de Guatemala.
El Proyecto contempla, ahora, cinco acciones operativas que responden al componente “Acceso a Atención de Salud”, que incluye y articula actividades de salud pública y gerenciales a favor de la gobernanza de la movilidad humana, incluyendo la migración irregular en tránsito por el país y la migración de retorno por deportación.
(ir)