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Cien años de O Globo, el diario más influyente de Brasil y núcleo de un imperio mediático

Río de Janeiro.- El diario O Globo, uno de los más influyentes de Brasil, conmemoró este martes sus primeros cien años de circulación como uno de los pilares del periodismo brasileño y semilla de un poderoso conglomerado mediático que ha influido en la política, la economía y el entretenimiento del país.

Creado en 1925 por el periodista Irineu Marinho, el diario «trascendió las fronteras del papel» y dio origen a lo que hoy se conoce como el Grupo Globo, un emporio conformado por el canal de televisión más visto del país, emisoras de radio, productoras, plataformas digitales y una relevante participación en los mercados editorial y publicitario.

Solo el diario, hoy en día, es leído mensualmente por más de 50 millones de personas en el mundo, según cifras del grupo. Ya la red tiene presencia internacional en más de 130 países a través de su canal por suscripción y su servicio de ‘streaming’.

El centenario fue ampliamente destacado por el grupo y recordado con una serie documental, una exposición artística y el libro ´Um Século em Cem Crônicas – Cronistas que Fizeram História no Globo´, así como por ediciones especiales del diario tanto el domingo como este martes.

La historia del periódico, sin embargo, está cargada de controversias y sus críticos citan desde el respaldo a la dictadura que imperó en Brasil entre 1964 y 1985, hasta influir en procesos electorales, en la destitución de mandatarios y en el manejo de la opinión pública para favorecer intereses políticos y económicos.

Los orígenes

El 29 de julio de 1925, las rotativas de O Globo imprimieron su primera edición en Río de Janeiro, entonces capital de Brasil, con un titular a seis columnas que hablaba del interés extranjero por el caucho brasileño y las posibilidades de que el empresario Henry Ford abriera una fábrica en el país.

El diario, inicialmente vespertino, nació con la ambición de su fundador de informar sobre los grandes acontecimientos, pero sobre todo por atender las necesidades cotidianas de sus lectores.

En sus inicios no tenía la fuerza periodística que logró años después y que entonces ejercía el diario O Estado de São Paulo.

Según el documental sobre el centenario del diario, esa fue la obsesión de Eurycles de Mattos, quien reemplazó en la dirección a Irineu Marinho -fallecido un mes después de haber fundado el periódico- y que terminó de consolidar su hijo, Roberto Marinho, cuando asumió la dirección en 1931, con apenas 26 años.

Bajo su liderazgo, O Globo no solo sobrevivió, sino que se adaptó y redefinió el concepto de periodismo en Brasil.

La dirección del grupo permaneció desde entonces con la familia Marinho. Según el actual presidente del Grupo Globo, João Roberto Marinho, uno de sus tres hijos, la permanencia activa del periódico se debe a su «capacidad de adaptarse sin renunciar a sus valores de independencia, profesionalismo e innovación».

El poder de la información

El emporio hizo del Grupo Globo un poderoso conglomerado mediático, sin rival de talla parecida en el país. De orientación conservadora, es fuertemente criticado por los sectores progresistas, que siempre lo han tachado de apoyar a la derecha.

De hecho, es conocido el espaldarazo que le dio a la dictadura brasileña, un error que el diario reconocería públicamente en 2013, casi tres décadas después del fin del régimen militar.

«La cobertura informativa de O Globo durante la dictadura está marcada por la ambivalencia, algo común en los periódicos durante los períodos de represión», afirmó el periodista Leonencio Nossa en uno de los artículos del especial de O Globo por su centenario.

Autor de ‘La Globo en la dictadura’, el periodista explica que Marinho solía aparecer «con frecuencia junto a dictadores para proteger su negocio de represalias», pero, a la vez, «albergó a una generación de profesionales muy talentosos que hicieron un trabajo fenomenal denunciando el régimen».

Una frase atribuida a Tancredo Neves, el primer presidente electo tras la dictadura y que murió en 1985 sin tomar posesión, definió el poder que entonces tenía O Globo: «En Brasil uno puede enfadarse con el ministro del Ejército, pero nunca con Roberto Marinho».

Y es que el periódico también es tildado de utilizar su ‘monopolio’ en favor de intereses políticos y económicos.

Su apoyo para favorecer al candidato Fernando Collor en el proceso electoral de 1989 terminó de evidenciarse, cuando la cadena televisiva editó un debate del candidato con su entonces principal rival, Luiz Inácio Lula da Silva, quien no llegó al poder hasta 2003.

La izquierda también lo acusó de impulsar la destitución de Dilma Rousseff, en 2016, y de incentivar el encarcelamiento de Lula, en 2018, en medio de las investigaciones por la operación anticorrupción ‘Lava jato’. EFE/ir

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