Tegucigalpa – “Aún es medianoche en el cielo de Centroamérica. La gran utopía Morazánica ilumina, con su sola evocación, a los corazones magníficos. Ha de volver Morazán, vencedor para siempre, más hermoso que en el mármol y más invencible que en el bronce, y los hombres dirán en su homenaje que hace más de un siglo, en el silencio de las montañas de Honduras, un día nació la luz”, si se lee en un cuadro colgado en la entrada a la histórica Casa Morazán, escrito por el poeta y escritor hondureño Rafael Heliodoro Valle.
– En las 12 salas de Casa Morazán se exhiben al menos 600 obras pictóricas, museísticas e históricas, relacionadas con la vida del prócer.
– Francisco Morazán fue presidente de Honduras y de El Salvador en tres ocasiones, dos veces de la República de Centroamérica, y una vez de Costa Rica.
– Unos 10 millones de lempiras se han invertido en la remodelación de la Casa Morazán en los últimos años.
– Morazán no ha sido tratado como debería honrarlo el país que lo vio nacer.
Esta y otras obras se encuentran en la Casa Morazán, convertida hoy en día, en todo un monumento y patrimonio que rememora la historia de la lucha por la independencia y la justicia en Honduras. En ese preciso recinto nació un 3 de octubre de 1792; hace ya 228 años, el prócer hondureño José Francisco Morazán Quezada.
“Fue un abanderado por la independencia y la unión centroamericana, su lucha emprendida desde Honduras y expandida todo Centroamérica lo convirtieron en un líder en la región; es por eso por lo que hoy defendemos su legado”, comentó a Proceso Digital, en una amplia conversación, Carlos Turcios, director de la Casa Morazán desde su fundación en 2010.
La Casa Morazán, está situada en la avenida Cristóbal Colón, en el corazón del centro histórico de Tegucigalpa, fue construida en 1761, cuenta con casi 260 años de historia, sus dueñas fueron Gregoria y Mariana Morataya, ellas eran originarias de Cataluña, España; fallecieron nueve años después y heredaron la casa a Antonio Josep Lozano.
Posteriormente, en 1792 la familia Morazán se mudó a vivir al inmueble y permaneció ahí por más de 50 años, se conoce que después el inmueble tuvo distintos dueños; pero fue hasta 1954 cuando el Estado de Honduras, decidió comprar la vivienda, para convertirla en Biblioteca y Archivo Nacional.
En 2008, las autoridades hondureñas decidieron nombrar al inmueble Casa Morazán, como un homenaje a unos de sus más grandes y prominentes ciudadanos, para mantener en las nuevas generaciones vivos sus ideales de soñar con una Centroamérica unida, libre y próspera. “Aquí tenemos todo lo que se pueda saber de Morazán”, comentó Turcios.
La Casa Morazán tiene 12 salas museográficas, consta de dos etapas, la primera es un edificio clásico e histórico y la segunda de un edificio moderno situado en la parte de atrás, donde se exponen pinturas, objetos y poemas, entre otras pertenencias de Francisco Morazán.
Es así como en un corto pero entretenido recorrido por las salas que conforman el histórico recinto, se rinde tributo a Morazán, pues allí se encuentran las obras: La Independencia, Los Poetas, Federación Centroamericana, Descubrimiento de Honduras, La Reforma Liberal, Los Homenajes, biblioteca virtual y un archivo histórico.
Entre los documentos que se pueden disfrutar durante la visita, se encuentran el Testamento de Morazán, entre otros. “Todo es gratis no se paga absolutamente nada por conocer la historia del hombre que más brillo le ha dado a Honduras”, apuntó.
Según comentó Turcios, se conservan a la fecha unos 20 mil documentos, algunos de ellos escritos de puño y letra del prócer, otros relacionados a su legado histórico. Además, unas 200 pinturas originales, conservadas de hace más de 100 años, y unas 400 alusivas de importantes pintores que se han inspirado en la vida de Morazán.
El director de esta casa histórica de Honduras y Centroamérica refirió que el museo recibe más de 300 visitas diarias, especialmente estudiantes, turistas, investigadores, nacionales e internacionales. “Todo el que viene, sabe lo importante que fue el legado de Morazán en Mesoamérica”, aseveró.
“Cuando nos enteramos de que no habría presupuesto para la operatividad de la Casa de Morazán, sentimos que nos dieron una puñalada en el corazón, porque cuando vemos ejemplos como Guatemala, El Salvador y Costa Rica, donde el Estado es el principal interesado en que esos recintos de cultura e historia se mantengan adentro”, agregó Turcios.
Y es que la Secretaría de Finanzas, comunicó en enero pasado al director de Casa Morazán que no habría presupuesto para este año. La Casa Morazán, tiene un presupuesto asignado de unos cuatro millones de lempiras anuales. “Nosotros creemos que es un presupuesto simbólico y no entendíamos porque no lo querían mantener, pero después nos aclararon que deriva de un error”, señaló Turcios.
“Aquí está viva y presente la historia de Honduras, debemos mantenerla, solo así sabremos de dónde venimos, es aquí donde los hondureños se dan cuenta de quién era Morazán y sus luchas, cuando se conoce esa historia, todos nos sentimos más hondureños que nunca. Con la historia de Morazán se fortalece la identidad hondureña”, apuntó.
“Declaro que mi amor a Centroamérica muere conmigo. Excito a la juventud, que es llamada a dar vida a este país que dejo con sentimiento por quedar anarquizado, y deseo que imiten mi ejemplo de morir con firmeza antes que dejarlo abandonado al desorden en que desgraciadamente hoy se encuentra”, expresa uno de los párrafos del testamento de Francisco Morazán, fusilado en Costa Rica un 15 de septiembre de 1842.
En este rincón de Tegucigalpa, se encuentra la última carta escrita por Morazán y es que el 12 de septiembre, tres días antes de su ejecución en San José, le envió una carta al presbítero Castro, en ese escrito le pedía al líder religioso, que interviniera en el conflicto por la invasión de la provincia de Guanacaste, la guerra se fortaleció porque Morazán, defendía la soberanía del país, sin embargo, los costarricense no renunciaron a sus intenciones por asesinarlo, recordó el historiador.
Turcios, un apasionado morazánico, veía como una pesadilla, la posibilidad de cerrar el lugar donde se encuentra la historia de uno de los hombres más importante en la independencia de Honduras y Centroamérica. “Aquí trabajamos apenas 12 personas, quienes se ajustan al presupuesto, dos aseadoras, tres vigilantes, dos secretarias, un contador, un administrador, un historiador y el director.
“No es posible que, a un año del bicentenario de la independencia de Centroamérica, nos quedáramos sin la Casa Morazán. Creo que se tienen que ir viendo otras opciones para el futuro, eso, en caso de que el gobierno ya no quiera invertir en la cultura de Honduras”, señaló.
Además, este nutrido espacio de riqueza histórica también rinde homenaje a otros próceres que coinciden con los ideales progresistas de Morazán como don José Cecilio del Valle, José Trinidad Cabañas, José Trinidad Reyes y el Indio Lempira. Asimismo, los escritores destacados, Rubén Darío, Pablo Neruda, José Martín, Raúl Gonzales, Froilán Turcios, entre otros.
La Casa de Morazán fue creada mediante el decreto ejecutivo 080-2008, del 20 de octubre de 2008, para el fomento, promoción, difusión, y desarrollo de la vida, obra y pensamiento del prócer hondureño. Sin embargo, Turcios explicó que existen tres decretos más que asignan al inmueble como un museo, un archivo nacional y una biblioteca.
“El inmueble luce impecable, muy aseado, todo está en orden, así lo tenemos que mantener”, es parte de los requisitos que pide el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH), para que un edificio pueda considerarse como patrimonio nacional.
Finalmente, Turcios agradeció a la población que “nos ha demostrado su apoyo, gracias a ustedes, esta casa sigue abierta, no dejemos que muera el amor por la historia de unos de los más grandes héroes de Honduras; ha habido una reacción oportuna de todos nosotros como también del gobierno” dijo reflexivo, pero con un manifiesto sentimiento por conservar un legado único en la historia de Honduras.
Espacio patrocinado