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La magia  de los hilos, sus figuras y el arte de Carmen Gamero

Tegucigalpa – Lo que comenzó como un pasatiempo para canalizar el estrés del encierro obligado a raíz de la pandemia sanitaria de coronavirus, se ha convertido en un emprendimiento con muchas posibilidades de crecimiento, para Carmen Gamero.

En sus manos, los hilos y los clavos, son transformados en piezas de arte.

Para Carmen, una profesional de la ingeniería de negocios, la técnica de tensar hilos con la ayuda de clavos sobre una tabla de madera, se convirtió en su tabla de salvación. “Yo no soy una persona paciente, al contrario, soy una persona desesperada que me gustan las cosas para ya, pero mis cuadros se han convertido en mi escape”, confiesa la joven danlidense.

Aunque no tuvo formación artística, a Carmen siempre le llamó la atención la técnica del dibujo en carboncillo, así que, en los primeros meses de la pandemia, cuando el estrés de permanecer inactiva le estaba causando estrés, buscó sacar a flote su creatividad.

Inicios

“Cuando empezamos pandemia, yo empecé dibujando, pero en mi familia hay un problema que nos tiemblan las manos, y yo ya no tengo el mismo pulso que tenía antes, así que me metí a Pinterest a buscar videos para ver opciones de qué poder hacer para mantenerme ocupada y fue así como llegué a un video de hilorama”, relata al contar sus inicios en esta técnica que hoy ocupa el 50 por ciento de quehacer diario.

Su primer cuadro fue un cactus que copió de la red y que hoy afirma, salió de la nada. “Compré hilos y clavos. La tabla ya la tenía, porque las había mandado a hacer varias tablas para pintar, no para hacer hilorama, o sea que el hilorama salió de la nada”.

Ese primer trabajo fue publicado por la joven en la red social Facebook, en el espacio de Marketplace y aunque no se lo compraron, fue el enganche para que le pidieran cuadros personalizados.

“Me pidieron un carro, me mandaron la foto y la verdad es uno de los trabajos que me han gustado, porque a pesar de que fue el tercer hilorama que hice, estoy satisfecha con el resultado, me quedó bien bonito”, recuerda.

Esa venta fue la que motivó a la joven a dedicarse a elaborar cuadros personalizados y expuso sus obras en otras redes sociales bajo lo que hoy es su negocio White Lilies HN, comenzó a pagar publicidad y sumado a las recomendaciones, los clientes comenzaron a llegar cada vez más.

Hoy, Carmen divide su tiempo entre el negocio familiar y su pasión por crear cuadros personalizados usando hilos y clavos, combinados con otras técnicas que dan como resultados, obras de arte únicas.

Poco apoyo

El hilorama requiere precisión, paciencia y dedicación, pero en Honduras los trabajos hechos a mano no son valorados. “Aquí hay un problema, la gente no valora mucho las cosas hechas a mano, lo quieren regalado y eso no es justo”, lamentó la emprendedora.

Los precios de los trabajos personalizados elaborados por Carmen entre van desde los 800 lempiras y aumenta dependiendo del tamaño y detalle del mismo.

“Mis papás, quienes siempre andaban pidiendo rebaja por trabajos hechos a mano, muchas veces me dicen que doy mis cuadros muy baratos y me da risa ver cómo ahora que yo hago este tipo de trabajos, ellos valoran todo el trabajo que requiere una pieza”, comenta.

Planes a futuro

Si bien no todo ha sido color de rosa, entre los hilos y los clavos, Carmen siente que su negocio va creciendo y que, en algún momento, no tan lejano, tendrá que dejar la administración del negocio familiar y dedicarse al cien por ciento a White Lilies HN.

“Estoy incorporando nuevas técnicas en mis cuadros, no solo quedarme con los hiloramas, entonces eso requerirá que me dedique al cien por ciento a mi negocio”, afirma.

Otros de los planes de la joven visionaria es dar un taller para compartir sus conocimientos en esta técnica. Hasta ahora, su único apoyo ha sido su hijo mayor, pero solo con cuadros de baja dificultad.

En mayo de 2021, Carmen tuvo un accidente al cortarse la mano. “Yo no lloraba porque me doliera sino porque tenía aquel montón de trabajo y no sabía cómo iba hacer y fue así como mi hijo empezó a ayudarme, aunque no le gusta”, relata.

Carmen anima a las personas que están comenzando algún emprendimiento a que no se rindan. “No hagan caso a las personas negativas, yo tuve ese problema, encontré gente que me decía no vas hacer nada, eso es solo un pasatiempo que no te va dejar nada, pero aquí estoy, tres años después, con más ánimos que nunca”, concluyó. (VC)

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