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Antañona Comayagua celebra 488 años de fundación

Tegucigalpa – La antañona Comayagua, celebra hoy 488 años de fundación como ciudad.

Este 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, patrona de esta urbe colonial, brinda a esta ciudad la oportunidad de celebrar al doble.

Han pasado 488 años desde que el capitán Alonso de Cáceres plantó la semilla de lo que sería la primera capital de Honduras, un enclave que hoy, con su casco histórico intacto, se erige como un testimonio vivo de la conquista, la fe y la resiliencia hondureña.

Fundada el 8 de diciembre de 1537 en nombre del rey Carlos I de España, Comayagua surgió sobre asentamientos lencas que ya habitaban el fértil valle, cuyo nombre indígena evoca «páramo de abundante agua» o «lugar de grandes comales». En 1543, Felipe II elevó su estatus al ordenar que la Real Audiencia de los Confines residiera allí, rebautizándola como Villa de la Nueva Valladolid de Comayagua. Durante tres siglos, fue el epicentro político y religioso de la provincia, albergando eventos que marcaron la historia centroamericana: desde la independencia de España en 1821 hasta la anexión al Imperio Mexicano y la efímera Federación de Centroamérica.

No fue hasta 1880, bajo el presidente Marco Aurelio Soto, que la capital se trasladó a Tegucigalpa, dejando a Comayagua como «La Antañona», la anciana guardiana de secretos coloniales.

Hoy, a sus 488 años, la ciudad no solo conmemora su nacimiento, sino que reafirma su vigencia como destino turístico y cultural.

El casco histórico, declarado monumento nacional en 1972, conserva el mejor conjunto colonial de Honduras. La Catedral de la Inmaculada Concepción, erigida entre 1685 y 1715 sobre los cimientos de una iglesia anterior, domina la plaza central con su fachada barroca y su interior rebosante de retablos dorados. Pero su joya es el reloj más antiguo de América, traído de España en 1620 y restaurado en 1850, que marca las horas con una precisión que ha presenciado desde bodas reales hasta la llegada de la independencia.

Para los turistas, Comayagua ofrece escapadas naturales como las Pozas del Volcán, con aguas turquesas a 15 minutos del centro, o las Cuevas de Taulabé, un laberinto subterráneo de 11 km. Desde el Parque Central, donde el sol besa las fuentes coloniales, hasta los senderos de Río Negro con sus cascadas, la ciudad invita a desconectar en un abrazo de historia.

A sus 488 años, Comayagua no envejece; se reinventa. En una Honduras que mira al futuro, La Antañona susurra: «Aquí empezó todo». Y mientras las campanas repican, el valle entero parece asentir, prometiendo que su legado perdurará, tan eterno como el tic-tac de su reloj milenario. (RO)

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