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Alfareros hondureños crecen con un proyecto auspiciado por Taiwán

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Valle de Ángeles (Honduras) – Decenas de alfareros de Valle de Ángeles, un pintoresco pueblo cercano a Tegucigalpa, han venido creciendo en los últimos tres años con un proyecto de cooperación entre el Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán y la Secretaría de la Presidencia de Honduras.
 

El proyecto «Otop» (Un pueblo, un producto, por su sigla en inglés) comenzó hace dos años y medio con el fin de preservar, desarrollar y promover la industria local de Valle de Ángeles, un pueblo de artesanos que ofrece a nacionales y extranjeros una variedad de artículos en barro, madera, metal y cuero, entre otros.

La idea del proyecto fue tomada «de modelos desarrollados en diferentes pueblos de Taiwán para resaltar las características de sus productos», indicó la portavoz de la embajada del país asiático en Tegucigalpa, Carolina Lin.

«El de Valle de Ángeles es el primer proyecto que traemos desde Taiwán para Centroamérica, mientras que un segundo se está empezando en El Salvador», añadió Lin.

El gerente del proyecto «Otop», Chen Yu-Jen, calificó como «una experiencia interesante» lo que ha vivido en Valle de Ángeles, pueblo de 22,000 habitantes, donde los alfareros que han sido capacitados «no sabían apreciar el valor verdadero de su propio trabajo como la originalidad» y otros aspectos.

Añadió que la mayor parte de la capacitación, que se ha extendido a unos 200 alfareros de Valle de Ángeles y otros pueblos de artesanos colindantes con Tegucigalpa, se ha hecho aquí, mientras que para culminar con el proceso seis de ellos viajaron en septiembre de 2013 a Taiwán.

«Lo que aprendí en Taiwán ha sido muy valioso, ahora hago mejor el trabajo de cerámica como el vidriado y esmaltado, además de que puedo quemar en hornos eléctricos», dijo Adonay Salgado, de 26 años, uno de los alfareros que el año pasado viajó al país asiático como parte de su formación a través del proyecto «Otop».

Salgado, quien se inició en la alfarería a los quince años, proviene de una familia de artesanos del sector de Valle de Ángeles.

El objetivo del proyecto, que fue conocido a finales de enero pasado por el presidente de Taiwán, Ma Ying-jeou, es que los artesanos organizados que se capaciten se logren posicionar en el mercado, garantizándoles prosperidad económica y la reconstrucción de su identidad cultural y local.

El proyecto «Otop» fue conocido la semana pasadas por un equipo del Canal Formosa, privado, de la televisión de Taiwán, que además visitó otras regiones turísticas del centro, occidente y norte de Honduras.

El equipo de televisión hará un reportaje sobre Honduras que incluirá, además, la actividad cafetalera en Santa Bárbara (occidente) y destinos turísticos como la isla caribeña de Roatán, el refugio de vida silvestre Cuero y Salado, y el jardín botánico de Lancetilla, los dos últimos en el departamento de Atlántida, norte.

La coordinadora del proyecto «Otop» por la Secretaría de la Presidencia de Honduras, Rosario Ramírez, dijo que aunque el programa está por concluir este año, se extenderá a otras comunidades de artesanos porque ha logrado «construir los pilares del desarrollo mano a mano».

«La gente ha participado desde el primer momento, cuando se elige qué producto quieren impulsar en el municipio, aquí lo discuten y lo aprueban», indicó Ramírez al explicar sobre los cuatro iconos escogidos por los alfareros para identificar el proyecto.

Los iconos son un ángel, por el nombre del pueblo; la flor del cartucho, una planta que abunda en la zona; el café, que representa el primer producto de exportación de Honduras, y la cultura maya que, en Honduras, tuvo su asiento en Copán, occidente del país.

Los cuatro símbolos resaltan individualmente en cada una de las obras que elaboran los alfareros capacitados con el proyecto «Otop».

La secretaria ejecutiva del Foro Nacional de Convergencia, Soledad de Ramírez, otra iniciativa que acompaña el proyecto, destacó lo «exitoso» que ha sido el programa y agradeció el apoyo de Taiwán a favor de los alfareros hondureños.

El proyecto también fue elogiado por el alcalde de Valle de Ángeles, Wilfredo Ponce, quien enfatizó que los alfareros están elaborando mejores piezas, abriendo nuevos mercados y mejorando su calidad de vida.

Dinora Isabel Ponce, una de las alfareras capacitadas con el proyecto «Otop», indicó mientras pintaba una taza, que ahora trabaja mejor en lo que más le gusta elaborar, «las vajillas» y otras piezas», lo que disfruta de «principio a fin».

«Hago desde el trabajo de recolección del barro, después le doy forma a las piezas, las pinto, y les hago el vidriado y esmaltado», dijo Ponce, madre de cuatro hijos, de los que el mayor, de trece años, ya se está formando como artesano de la alfarería.

«Hay que dejar un legado de nuestro trabajo a la familia», añadió Ponce, quien a los 17 años se inició como alfarera y ya lleva 20 en un trabajo que calificó como «muy bonito», además de ser «un orgullo para nosotros como familia y para Valle de Ángeles».

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