El cabeza de familia, Cornelio Ferrera, de 80 años, murió el martes en un centro asistencial de La Unión, en el departamento oriental de Olancho, según publica hoy el diario local La Tribuna.
La esposa, Tomasa Munguía, de 89 años, cocinó el martes el desayuno -fríjoles, queso, huevos y repollo- sin percatarse de que la manteca que utilizó había sido mezclada por uno de sus hijos con un veneno para ratas que aparecieron en la casa.
Además de la pareja de octogenarios, resultaron envenenados sus nietos Richard (29), Olga (27) y Larissa Ferrera (19).
Todos fueron trasladados al hospital con náuseas, mareos, dolor estomacal y otros síntomas, pero Cornelio Ferrera murió a pesar del esfuerzo de los médicos.
De los otros cuatro hospitalizados, la abuela ya fue dada de alta y los tres nietos siguen bajo cuidado médico.