La mayor parte de las víctimas murieron al colapsar sus casas o enterradas por corrimientos de tierra que ocurrieron tras el seísmo.
Además, al menos 110 personas están hospitalizadas y 10 de ellas se encuentran en situación crítica, según el portavoz del centro de desastres, Priyadi Kardono.
Cerca de 30 de las 42 personas desaparecidas fueron sepultadas por los escombros de sus casas en una aldea de la zona Takikmalaya.
Los habitantes de la zona trabajan a contra reloj para encontrar supervivientes entre los restos de los edificios, mientras que el Gobierno ha comenzado a distribuir tiendas, ropa, alimentos y agua entre los que se han quedado sin hogar.
Las agencias de la ONU presentes en el país también se preparan contribuir a las labores de atención a los afectados, sin embargo, la ayuda no ha llegado aún a muchos de los distritos sacudidos por el temblor.
Es el caso de Cipatujah, un distrito montañoso a ocho horas en coche de Yakarta y punto más cercano al epicentro del seísmo.
Al menos 345 casas han sido destruidas en Cipatujah y otras 1.245 han quedado dañadas, lo que ha dejado centenares de familias sin hogar, aunque no se han producido víctimas mortales debido a que las construcciones locales son chamizos.
«Muchos de los que se han quedado sin hogar tras el terremoto se han marchado a casa de sus familiares o han ido a dormir a las mezquitas», dijo a Efe Taufik, un indonesio que regenta un restaurante a escasos metros de la costa donde se registró el seísmo.
«Al principio nos asustamos mucho y pensamos que podría venirnos encima un tsunami. Pero pasó el tiempo y no pasó nada», dijo Taufik.
El terremoto se sintió a las 14.55 hora local (07.55 GMT) de ayer, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, que vigila la actividad sísmica mundial y que situó su epicentro en la costa al suroeste de Java.
Además de las víctimas mortales, el temblor destrozó unas 1.300 casas, según cifras oficiales, aunque los medios de comunicación locales elevan esta cifra a 3.500.
El de ayer fue el mayor seísmo vivido en Java desde el ocurrido en Yogyakarta en 2006, que alcanzó los 6,2 grados de magnitud en la escala abierta de Richter y mató a unas 6.000 personas.
Indonesia se asienta sobre el llamado «Anillo de Fuego del Pacífico», una zona con gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida por unos 7.000 temblores al año, la mayoría moderados.
El 26 de diciembre del 2004, de 9 grados de magnitud, generó un tsunami que azotó una docena de países bañados por el océano Índico y causó 226.000 muertos, 170.000 de ellos en Indonesia.