Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – El dólar estadounidense se encamina a perforar esta semana la barrera de la tasa de cambio de 26 lempiras por unidad de la divisa verde, provocando una presión en la economía hondureña por el incremento de los precios de los bienes y servicios importados.
La tasa de cambio para este lunes es de 25.8581 lempiras para la venta y para la compra es de 25.9874 lempiras, que es el utilizado para adquirir la divisa estadounidense y comprar las cruciales importaciones de combustibles, medicamentos, materias primas, fertilizantes y otros bienes prioritarios para que la rueda de la economía se mantenga en marcha.
Al inicio del gobierno de la presidenta Xiomara Castro se mantuvo una tasa mínima de devaluación del lempira frente al dólar, pero tras la presión en las reservas internacionales netas y un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) la tasa de cambio se ha corrido a favor del dólar en más de 1.10 lempiras desde septiembre del 2024 a mayo de 2025.
Los economistas, académicos y empresarios señalan que la represión inicial de mover la tasa de cambio, ahora afecta la economía, porque la tasa de devaluación es más rápida, afectando a consumidores y empresas.

En abril pasado, una misión técnica del FMI señaló en su informe sobre el cumplimiento de Honduras del Programa Económico que permitió los “ajustes decisivos en las políticas monetarias y cambiaria”.
Y el deslizamiento de la moneda hondureña frente a la divisa norteamericana se incrementó a pesar de que el ingreso de divisas creció por la colocación de un bono soberano emitido por el gobierno, el incremento de las divisas por exportación de café debido a sus altos precios y los mayores niveles de remesas enviadas por los migrantes en el primer trimestre del presente año, destaca el FMI en su informe de misión técnica.
El economista y académico Ricardo Lagos señaló que “el tiempo y los datos dan la razón” sobre la necesidad de una corrección cambiaria que, según él, fue postergada innecesariamente.
A través de su cuenta en X, Lagos advirtió que el Gobierno hondureño se ha visto obligado a tomar medidas impopulares para sostener el acuerdo con el FMI, entre ellas: corregir el atraso cambiario mediante la devaluación del lempira, continuar elevando la tasa de interés de referencia, y revisar el sistema de subasta de divisas, el cual calificó como “un desastre”.
Según el economista, con estas medidas se buscaba alcanzar las dos primeras revisiones del acuerdo con el FMI. Sin embargo, cuestionó el momento en que se implementaron.
“¿Por qué se negaron a cumplir con medidas que hubieran tenido un mayor impacto a inicios de 2023?”, escribió. Y agregó: “Este es un claro ejemplo de inconsistencia y de falta de sincronización”.
Lagos advirtió que aplicar correctivos a destiempo tiene consecuencias: “No hay almuerzo gratis (there is no free lunch) — alguien siempre paga el impacto de aplicar medidas tarde”.
Por su lado el economista Martín Barahona también señaló que el “Banco Central cedió a la pretensiones del FMI en el sentido que la moneda se devaluara de una manera más rápida, entonces se dejó de utilizar reservas para satisfacer la demanda de divisas”.

Estancado creciente
A la devaluación más rápida del lempira se suma que el crecimiento económico del país se mantiene estancado, ya que no sale del rango 3.5-4.0 %, de acuerdo al Programa Monetario del Banco Central de Honduras que fue revelado recientemente.
El año pasado fue de 3.6 % y casi ha sido el registrado en los últimos años, lejos del 6 % que señalan economistas y empresarios que necesita el país de crecimiento económico para poder vencer los altos niveles de pobreza y miseria que afectan a la población.
La falta de incremento de inversión extranjera directa, especialmente la nueva, ya que la mayor parte es reinversión, y un clima de negocios enrarecido hacia el sector privado impiden que el país crezca a tasas mayores al rango de 3.5-4.0%.
Mientras los hondureños deben esperar que la tasa de 26 lempiras por dólar que seguro seguirá aumentando la brecha cambiaria, solo le generará mayor inflación en los bienes y servicios que adquieran, deteriorando el poder adquisitivo de los hogares y empresas. (PD).