Madrid.- Herido en su orgullo tras escuchar silbidos en sus dos últimos partidos en el estadio Santiago Bernabéu, el brasileño Vinícius Junior recuperó la imagen que le hizo acariciar el último Balón de Oro, para sacar al Real Madrid junto a Fede Valverde del momento repleto de irregularidad que costó la Liga de Campeones y casi entierra las opciones ligueras.
No marcó, cuando lo hizo fue anulado desde el VAR. Tampoco asistió, por la falta de acierto en el remate de Jude Bellingham a varios pases medidos. Y no fue necesario para la exhibición de personalidad que dio Vinícius en el Bernabéu ante el Athletic Club para silenciar al sector crítico que había surgido.
Las malas rachas, las eliminaciones europeas en un club especialista en ganar la ‘Champions’ como el Real Madrid, suelen provocar la búsqueda de culpables por el aficionado. Tras el capítulo repleto de frustración que vivió el madridismo ante el Arsenal, lejos de aumentar la crispación con reproches, dejó un apoyo que se ganó ‘Vini’ desde el primer balón que tocó.
Su actitud, el continuo esfuerzo en la banda izquierda aumentando los metros recorridos, la gesticulación del delantero brasileño que mostraba el sentimiento que digiere en días difíciles de un mes de marzo de malos resultados para el Real Madrid, cambiaron el paso. Con Kylian Mbappé en la grada por un esguince de tobillo sufrido ante el Arsenal, ‘Vini’ asumió que era el jugador que debía dar un paso al frente en liderazgo.
Y logró su triunfo 200 con el Real Madrid en 311 partidos oficiales, firmando una de sus mejores actuaciones del curso tras la protagonizada con un triplete al Borussia Dortmund, en la que era reedición de la última final de la ‘Champions’. Frente al Athletic intentó 17 regates y dejó su segundo mejor dato del curso con 11 completados.
También fue su segundo partido del curso con más centro intentados (10), de los que uno fue pase clave. En su red de pases, con un total de 40 en el partido, hasta 19 fueron en zona de peligro sumando a los diez centros hasta nueve conexiones en área rival. Un peligro constante que dio la noche a Gorosabel.
Lo ocurrido en un Balón de Oro que esperaba ganar y fue a manos de Rodri Hernández, más las propuestas mareantes multimillonarias que ha recibido de Arabia Saudí, marcaron una temporada en la que Vinícius ha rebajado su regularidad en el rendimiento pero no sus números. Acabó encontrando el gol y pese a no subir al marcador por fuera de juego previo de Endrick, la ausencia de celebración pese a la importancia que adquiría el tanto en el minuto 80, fue un mensaje del brasileño a sus aficionados.
El regreso de la imagen más desequilibrante de Vinícius llegó en el inicio de una semana clave para el Real Madrid. Encara la visita al Getafe el miércoles y tres días después un clásico que decide un título, la Copa del Rey, con las ganas del brasileño de volver a brillar en los días señalados.
El Barcelona es el rival al que más se ha enfrentado en su carrera, 19 partidos, con un balance de 10 triunfos, 1 empate y 9 derrotas. Librándose de marcajes que lograron ponerle freno de Araujo la pasada temporada, cuando dejó un triplete decisivo en la final de la Supercopa de España y marcó también de penalti en el triunfo en el Bernabéu en la jornada 32 para sentenciar definitivamente el pulso por LaLiga.
En esta ocasión la situación es la contraria. El Real Madrid necesita a un Vinícius decisivo para poner la pelea por el título en un puño y el brasileño tiene ganas de revancha tras no aparecer en los dos clásicos del curso que acabaron con goleadas azulgranas, 0-4 en el Bernabéu en Liga y 2-5 en la final de la Supercopa de España. EFE/ir