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La caja chica del alcalde

Por Yanivis Melissa Izaguirre | Periodista, Honduras

Tegucigalpa, Honduras. Explicación detallada sobre el término “carrera política”:

Durante las campañas electorales, los políticos persiguen a la gente; mientras son funcionarios y servidores públicos, la gente persigue a los políticos; cuando salen de sus funciones, quienes los persiguen son los fiscales del Ministerio Público. Y cuando esto pasa se auto nombran perseguidos políticos (se ganan una estrella y mención summa cumme laude).

Pero, por más carrera que haya, nadie alcanza a nadie.

La justicia y los políticos son incompatibles; la primera no existe y los segundos tienen más vidas que un gato.

Desde 2021 se abrió el primer proceso contra el exalcalde Nasry Asfura, sin embargo, la Corte de Apelaciones lo declaró sin lugar.

¿De qué se le acusaba? De la supuesta comisión de cinco delitos en contra de la administración pública: lavado de activos, malversación de caudales públicos, fraude, uso de documentos públicos falsos y violación de los deberes de los funcionarios.

En 2022 se declaró sin lugar la acción de amparo, quedando firme. En 2023 se declaró sin lugar la privación de dominio sobre bienes. En 2024, el Ministerio Público presentó un requerimiento fiscal por la posible comisión de los mismos cinco delitos

de corrupción señalados en 2021. Y así avanza esta espiral de denuncias patrocinadas o por una fiscalía incompetente, o porque no había caso qué armar o por un juzgado permeado de corrupción, o por “A”, “B” y “C” son correctas. 

¿Es la misma causa sin causa? El fiscal de la Uferco dice que no. El abogado defensor dice que sí.

¿Qué dice el público?

Hay quienes hablan de persecución política, porque se trata del precandidato presidencial del Partido Nacional y principal contendor de la presidente Xiomara Castro en las elecciones pasadas.

Otros dicen que sí es persecución, pero penal, no política. 

En Libre parecen enviar el mensaje de que esto apenas empieza, que no es la tal persecución, porque cuando en verdad la haya, no dirán nada, pero habrá señales… 

(Por allí anda un general en condición de retiro con el sueño interrumpido).

Aquí solo se persiguen políticos para darles un “sustito”, luego se negocia y asunto arreglado. Si no lo creen, pregúntenle a la Rosa del expresidente, quien trastocó una caja chica en una causa que a la fiscalía le quedó grande.

Aun así, se le repitió el juicio, se le condenó dos veces y las dos veces ella terminó en su casa.

Más allá de ese caso y el de “Papi”, estilo “Atrápame si puedes”, ya sabemos lo fácil que es en Honduras escabullirse de la ley, pues esta solo ajusticia a los pequeños, aquellos que se difuminan en la sombra de la balanza de una diosa llamada Temis. 

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