Shin Fujiyama: En carrera abierta por la Escuela en Honduras

Dr. Ignacio Alonzo

Una de las películas más laureadas en la historia de la Academia cinematográfica de Hollywood, es Forrest Gump, protagonizada por el famoso actor, Tom Hanks, quien según la película es el personaje, Forrest Gump, dirigida por Robert Zemeckis, esta gran película estrenada en 1994, con un presupuesto de 55 millones de dólares para su rodaje, recaudó US$ 700 millones, además ganó premios en 1995, como mejor director, película, actor, montaje, efectos visuales y guion.

Aún cuando fueron 13 nominaciones, al menos 6 estatuillas, fueron ganadas. La pregunta que nos hacemos y que le formularon a Forrest Gump, fue: ¿Por qué corrió?.

A lo mejor, hay razones más, razones menos, o nada, sin embargo, corrió porque su amada Jenny, le había destrozado el corazón y lo había abandonado. Forrest Gump, comienza a correr y según la cinta, corre tres años, dos meses, catorce días, dieciséis horas, y, cuando es entrevistado por periodistas, le preguntan: ¿por qué corre señor? ¿Corre por La Paz mundial? ¿Tiene un plan, un fin, un motivo para correr?.

¿corre por los derechos de la mujer?¿corre por el medioambiente?. De más de seis preguntas que le hacen los reporteros el corredor que nunca se detuvo, contestó: “No pudieran creer que alguien podría correr tanto sin una razón concreta”. Y, seguidamente, da otra respuesta: “Tenía ganas de correr”. Desde lo profundo del corazón del actor recuerda unas palabras que su madre le decía: “mamá siempre decía que tienes que dejar atrás el pasado antes de seguir adelante. Creo que por eso corrí tanto”. Seguramente sentía nostalgia por su madre, por Bubba, o por el Teniente Dan, lo asombroso de toda esta historia maravillosa es que, en la mente de Forrest, resonaban las frases que escucho de su amor de infancia,Jenny, cuando le gritaba “ corre, Forrest, corre”.

La condición de Forrest era de un niño con problemas para caminar teniendo que usar abrazaderas que daban estabilidad a sus extremidades inferiores, lo cual es seguro que su aventura de correr, era una mezcla entre huir, refugio, olvido, golpear el aire con su cuerpo en su carrera, inseguridades, temores, imponer un récord mundial, recorrer Estados Unidos, del Este a Oeste, de Norte a Sur, en fin, de ser recordado como alguien que corrió sin sentido.

A lo largo de la carrera de Forrest, se le va uniendo mucha gente, principalmente jóvenes, al llegar a cierto lugar, el líder de la maratónica se detiene y dice que está cansado, que quiere irse a su casa. La pregunta vino de un joven que corría: ¿Qué se supone que haremos ahora?. Forrest Gump cierra con la frase: “ y así, sin más, mis días de correr sé terminaron”.

Algunos críticos de cine y conocedores afirman que al final todos los personajes de la película, corren, aún Jenny que aborda un taxi y cuando el conductor le pregunta que para dónde va, ella le responde que no va a correr, no obstante, en el fondo si estaba huyendo del pasado y de no compartir la felicidad con Forrest Gump, y así el caso del Teniente Dan y del mismo Bubba.

Según se dice que Tom Hanks tuvo que pagar de su bolsillo, una de las escenas más memorables de la película, eso le permitió ganar al final 60 millones de dólares. Después de conocer o recordar esta linda historia, es interesante ver otra forma de ver oportunidades para hacer felices a miles y escribir una historia digna de imitar que hoy invita a unirse en una carrera que no es por el infortunio, o por exhibicionismo, sino que es por una causa noble, loable, y encomiable.

No se trata de una imitación, o de la filmación de una cinta cinematográfica, no es una maratón por ganar una medalla del primer lugar, tampoco es para salir en las portadas de los más prestigiosos diarios del Mundo. Se trata de un joven de ascendencia japonesa, educado en Estados Unidos, políglota, filántropo, emprendedor y forjador de futuros prometedores en Honduras.

A nuestro juicio y criterio certero, Shin Fujiyama, es un héroe, es un extraordinario ser humano, porque ha emprendido no solo una cruzada de amor por la educación en reconstruir, construir escuelas en Honduras, mediante una forma muy peculiar semejante al personaje de la película Forrest Gump, con la diferencia que esta historia de Fujiyama no tiene dobles, no tiene presupuesto, sólo sueños de que millones de filántropos, alrededor del Mundo corran con él para hacer felices a miles de niños catrachos, que no tienen techo, pupitres, material didáctico, pizarras, sanitarios, condiciones dignas pedagógicas donde recibir la iluminación del saber para ser mejores ciudadanos hondureños y por ende de este mundo que tanto necesita de hombres y mujeres que tomen la estafeta para que vengan mejores tiempos, oportunidades y una mejor calidad de vida para todos. Es admirable la obra que ha hecho Shin en Honduras, definitivamente, su nombre ya está en la historia de la Educación de este País.

Además, estoy seguro que los miles de niños, padres de familia, maestros y autoridades escolares lo admiran y lo respetan. ¿Cómo rinde el dinero cuando nadie se lo roba y es bien administrado y usado de forma racional en beneficio de la población que lo necesita?. ¿Será que Shin quiere ser diputado o presidente de Honduras, Alcalde o conseguir ser ministro de una Secretaria de Estado que le cambie la vida en cuatro años?.

Estamos seguros que no. Nuestra percepción y óptica de este fenómeno es que este japonés, hondureño de corazón, comprometido con la hondureñidad y con el mundo, lo hace no porque es un youtuber, oficio que ya se ha convertido en profesión para miles en el planeta. Sin duda alguna, Shin Fujiyama, lo hace por Amor, compromiso, solidaridad, altruismo, y bondad.

He observado sus videos cuando entrevista a los niños y niñas que están recibiendo clases, debajo de árboles, en espacios abiertos es decir a la intemperie, en disque galeras a merced del tiempo que haya, sea calor o lluvia. Las preguntas de Shin, son muy sencillas, pero contundentes, a los niños los pone a soñar y a pensar en su presente y futuro de lo que serán y básicamente les da aliento cuando les dice que la condición de su escuela será diferente por la construcción o mejoras que se harán.

Son bellos los testimonios y las aspiraciones de los niños y niñas de Honduras. La sinceridad de los niños es tal, que cuando Fujiyama les consulta sobre el trabajo de los padres, responden con orgullo de las ocupaciones, empleos de cómo se ganan el pan de cada día. Estos testimonios, aspiraciones y necesidades que oye y ve, son las que hace que Shin Fujiyama, esté en este momento y no se sabe cuánto tiempo más, en carrera abierta por la Escuela de Honduras en favor de miles de nuestros niños. Corre no solo 125, 200, 250, su última apuesta es por 3000 kilómetros, en los que corre por lugares difíciles, desiertos, pueblos, caseríos, aldeas, laderas y montañas, tres países.

La carrera de Shin Fujiyama, es por la luz, por el saber, por el presente y el futuro, es por los niños y niñas, educadores y padres de familia de Honduras. ¿No les parece,
estraordinario?. ¿Cómo responderán los niños que sean beneficiados con la construcción y reconstrucción de estos edificios y santuarios de la luz y el saber?. Me imagino que su respuesta será: Un hombre creyó en nosotros, corrió abiertamente por la Escuela y ahora soy un profesional y quiero hacer o devolver algo del ejemplo de este héroe. Esto es para meditar y examinar las conductas que por años han tenido postergado a los niños de recibir dignamente su educación en las mejores condiciones para aprender y ser feliz en la Escuela, no importa, si es urbana, rural o está en el rincón más apartado de Honduras.

Esta es una gran lección, para emular y no criticar de manera destructiva, al contrario, para construir una mejor sociedad en la que nuestros niños, no estén pensando en ser sicarios, traficantes de sustancias prohibidas, delincuentes o emigrar en forma irregular ya sea a Estados Unidos o España.

Este es un desafío que ya no requiere de tanta retórica, es simplemente el llamado a implementar las políticas educativas que tenemos y a formular las que hagan falta, a efecto de que tengamos y pongamos a la educación como prioridad y no adoptando resignación diciendo que el Sistema Educativo Nacional no tiene arreglo. Nos negamos a esa conducta pesimista y fatalista, ¿porque como es posible que alguien que no nació en Honduras, pero que ama a los niños de este País, nos esté dando esta gran lección de CREER una vez más y las que sean necesarias, a fin de que los educandos y educadores disfruten del acto educativo y que en pocos años, y más temprano que tarde, nos volvamos con mejores calificaciones internacionales en Matemáticas y Español, en los primeros Ciclos, y que tanto la infraestructura escolar mejore ostensiblemente y que cada ciudadano de este País se sienta preparado para competir y compararse no con los fracasados y atrasados, sino con los mejores y más competitivos del Mundo Globalizado?

Shin Fujiyama ya eres historia, construyes Patria, forjas destinos, marcas sendas increíbles y le devuelves a los niños el aprender con alegría en una Escuela bien construida, mejorada, alegre, organizada, equipada y administrada, por docentes con vocación y formación, con estudiantes con dedicación absoluta. Corramos todos los hondureños y amigos alrededor del Mundo por una mejor Escuela en Honduras. Apostemos todos los actores educativos por la Educación de Calidad.

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