Conmemora La Luz del Mundo Santa Cena en Honduras 

Tegucigalpa – En un ambiente fraterno y de júbilo espiritual, La Luz del Mundo en Honduras conmemoró el sacrificio redentor de Jesucristo mediante la Santa Cena, el acto sagrado más solemne para los fieles de esta Iglesia.

Las sedes de celebración nacional se establecieron en San Pedro Sula, Tegucigalpa, Catacamas y Las Lajas, lugares en los que se impartieron enseñanzas basadas en la doctrina apostólica, y donde los coros del país tuvieron una participación activa de alabanzas a Dios por su infinita bondad.

La alegría se incrementó el día 11 de agosto con la ceremonia de bienvenida, un acto en el que se hicieron presentes valores como la fraternidad, el amor, el respeto y la inclusión. Con la emoción reflejada en el rostro, las delegaciones avanzaron por el pasillo central mientras el delegado apostólico les decía: “Sean todos bienvenidos”.

“Nos sentimos inmensamente felices por esta celebración que reúne hermanos de todos los departamentos de Honduras en una sola fe y como una sola familia», señaló emocionada la licenciada Nidia Alexia Sánchez. 

En los tres días de celebración se montaron en las sedes exposiciones fotográficas que evidencian el crecimiento de La Luz del Mundo en temas como la evangelización, la infraestructura en templos y la celebración de santas cenas en diversas partes de Honduras y el mundo. En San Pedro Sula la galería se tituló “La comunión de los hijos de Dios”. 

El 14 de agosto, en el día grande de la Santa Cena, el ambiente de alegría, paz y devoción comenzó desde las primeras horas del día. En el servicio de adoración celebrado por la tarde de ese día, en los cánticos de los coros y de la feligresía se recordó con piedad y en unidad la muerte, pasión y resurrección de Jesucristo, en memoria de quien se llevó a cabo este magno evento.

Al término de la lectura del mensaje apostólico llegó el momento de la impartición del pan y el vino, elementos que tras ser bendecidos con autoridad apostólica, fueron de fortaleza y bendición para todos los participantes. 

En la ceremonia de despedida los fieles se fundieron en un abrazo fraternal, así como la expresión de deseos de bendición y prosperidad de los unos a los otros.

“Nos vamos fortalecidos por la bendición que hemos recibido. Regresaremos a nuestros lugares para seguir predicando el evangelio de Cristo, sabemos que hace falta luz en el mundo, pero aquí estamos nosotros para llevarla”, dijo el maestro Ángel Dávila Osorio. 

En la parte final de las cuatro reuniones multitudinarias se agradeció a las autoridades de Honduras el apoyo y facilidades para la celebración de la Santa Cena, refrendando ante ellos el compromiso de seguir siendo buenos cristianos para Dios y buenos ciudadanos para la sociedad.

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