Tegucigalpa – La primera Semana Santa más parecida a la época previo a la pandemia, debido a la relajación de medidas de bioseguridad, presenta la oportunidad para que los hondureños se acerquen al prójimo, y refuercen la fe y el amor a Dios.
Desde su hogar, siempre en la arquidiócesis de San Pedro Sula donde sirve como misionero y guía espiritual, el obispo emérito Ángel Garachana Pérez extendió una invitación, a través de Proceso Digital, a los hondureños para que este Domingo de Ramos levanten las palmas y den gloria a Jesús para comenzar a vivir una Semana Santa con gratitud y amor.
La Semana Santa tiene un origen específicamente cristiano, ese es el sentido propio y verdadero, recordó el clérigo, al señalar que, aunque con la evolución del tiempo y los cambios culturales, esta festividad ha adquirido un sentido de unas fiestas de verano o una oportunidad de vacaciones o encuentro familiar, lo cierto es que “lo propio de la Semana Santa es su sentido cristiano, el centro de la Semana Santa es la persona de Jesucristo”.
En ese sentido, dijo que “para quienes creemos en Él, lo recordamos, renovamos nuestra fe y nuestro amor, y lo recordamos sobre todo en el momento cumbre de su vida, pasión, muerte y resurrección, por eso la llamamos Santa, por los misterios que recordamos, que celebramos y que vivimos”.
“Esta es la invitación que hago a todos: que entremos en el espíritu propio de esta semana, de manera que al terminar podamos decir; de verdad hemos vivido una Semana Santa, y por lo tanto una semana que me ha plenificado humanamente, familiarmente y espiritualmente”, puntualizó.
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El obispo emérito confía que “este año, puesto que ya no hay restricciones especiales como otros años, aunque sí hemos de tener cuidado, se nos ofrece la oportunidad de participar activamente en las celebraciones litúrgicas y en las celebraciones populares”.
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Para el padre Garachana, al participar en las actividades religiosas, incluyendo las eucaristías, especialmente el Domingo de Ramos, el Jueves Santo y el gran Domingo de Resurrección, sería la mejor expresión, en comunión con los hermanos y Cristo, de acción de gracias a Dios Padre.
Más cerca de Dios
A criterio del obispo emérito, después de la experiencia del COVID, que para muchos fue traumatizantes, y su impacto en todos los aspectos de la vida, no solo los cristianos católicos y evangélicos, sino que, en todas las personas, “como que se ha despertado el sentido religioso”.
Esta situación ha dado paso a que hayan resurgido preguntas radicales como: ¿Cuál es el sentido de mi vida? ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué valor tiene? ¿Todo termina con la muerte? ¿Domina la enfermedad o hay una esperanza o un sentido último? ¿Dios, el dios del amor y de la vida es vencedor de la muerte, es vencedor de la injusticia, del pecado, de la enfermedad?
Aunque Garachana considera que siempre hay personas que tapan con vicios estas consultas, al querer evitar que surjan en su conciencia.
Esas preguntas radicales, observó el guía espiritual, como que han surgido y han brotado en esta etapa postpandemia, donde sin duda, “el cristianismo y especialmente la Semana Santa siempre da respuesta a esas preguntas sobre la vida, el dolor, la muerte y el más allá. Y la respuesta es Jesucristo, el hijo de Dios que asumió nuestra condición humana, de dolor hasta la muerte, para hacernos partícipes de la vida plena de resucitado”.
Semana Mayor desde La Ceiba
El obispo emérito relató que, después de casi 29 años como arzobispo de la diócesis de San Pedro Sula, vivirá está Semana Santa entre la feligresía ceibeña.
Explicó que en La Ceiba, al quedarse sin obispo ya que monseñor Miguel Lenihan ha sido nombrado por el papa, arzobispo de San Pedro Sula, se queda sin obispo, “eligieron a un sacerdote como administrador diocesano, el padre René Flores, y en cuando fue elegido en ese cargo se apresuró a llamarme a pasar en La Ceiba la Semana Santa”, comentó.
“Yo estaré viajando a La Ceiba, los acompañaré toda la semana hasta el lunes de pascua que compartiré con sacerdotes, seminaristas y feligreses y luego ya regresaré a arquidiócesis de San Pedro Sula”, indicó al declarar que está listo para agitar las palmas para proclamar a Jesús como el salvador del mundo desde el malecón de La Ceiba. VC
