Tegucigalpa (Proceso Digital) – ¿Quién es el Mine?, un joven de 35 años que, con su sonrisa y rostro casi infantil, no parece tener en su haber una orden de captura por narcotráfico agravado, todo ello vinculado con el extraditado Bayrón Ruíz, un temido capo que operaba desde La Mosquitia hondureña, Olancho y el corredor atlántico del país hasta llegar a Guatemala, un corredor de la droga que llega desde el sur del continente en su ruta hacia los Estados Unidos.
En contraste, mientras Mine, originario de Atlántida y cuyo nombre de pila es Wilmer Barahona Irías, cae en las manos de la justicia hondureña e inicia el proceso respectivo, su jefe Bayrón Ruíz está a apenas tres años de recobrar su libertad tras cumplir una condena de cinco años en los Estados Unidos.
A Mine, un juzgado de Tegucigalpa le emitió la orden de captura con fecha 26 de marzo de 2019, según consta en el expediente 20-2019 y agentes de seguridad la ejecutaron cuando el joven mafioso retornó al país en un vuelo de deportados desde los Estados Unidos.
Un agente que ha seguido la pista de “Mine”, dijo a Proceso Digital que su vínculo directo con Bayrón Ruíz le convirtió una pieza clave de una organización especializada el traficar cocaína y ejecutar otras acciones de criminalidad organizada en esa vasta región hondureña.
Bayrón Ruíz, el jefe de Mine, es un narco olanchano, cuya captura se produjo en Guatemala en 2018, bajo el cargo de conspirar para introducir cocaína en los Estados Unidos y en Honduras con un rosario de otros crímenes que forman parte de la voz popular en diversas comunidades de Gracias a Dios, Colón y Olancho. Ruíz fue extraditado a Nueva York desde Guatemala.
El 4 de octubre de Bayrón Ruiz logró un acuerdo de culpabilidad con la justicia estadounidense, convirtiéndose en un colaborador que recobrará su libertad en 2026, dentro de unos tres años.
Su sentencia de 60 meses, dictada por el juez Leo Galsser, de la Corte Federal del Distrito Sur de NY, dice que Ruíz fue «sentenciado en los tres cargos a 60 meses de prisión. Las sentencias de cada cargo se ejecutarán al mismo tiempo y no se impondrá un término de libertad supervisada”.
Los acuerdos del capo con la justicia también incluyen el decomiso de 500 mil dólares que redituó de sus actividades como traficante.
En ese sentido, parte de la sentencia del tribunal federal indica que “el demandado entregará a los Estados Unidos el monto total de la sentencia de confiscación de dinero y todos los pagos se realizarán mediante un giro postal o cheque bancario certificado a nombre del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos”.
Los arreglos del mafioso olanchano le llevaron a declinar ir a juicio e iniciar las conversaciones hasta que logró acuerdos de colaboración eficaz con los fiscales lo que le redituó en una pena baja, en proporción del delito imputado. Las acusaciones de la agencia antidrogas de los Estados Unidos le responsabilizan de participar directamente en el aterrizaje de cargamentos de avionetas procedentes de Colombia y Venezuela a Gracias a Dios, Olancho y Colón, con significativas cantidades de cocaína.
Su pacto le obliga a declarar y atestiguar en casos de otros hondureños que sean enjuiciados por tráfico de drogas en tribunales de los Estados Unidos.
También en Honduras Bayrón Ruíz enfrenta cargos por tráfico de drogas y al menos medio docena de colaboradores y parientes tienen cargos formales muchos ya enjuiciados y declarados culpables presentados por la Fiscalía del país.
Hace apenas unos días la captura de Mine, volvió a poner a Bayrón Ruíz y su banda criminal en la perspectiva pública. El joven capturado enfrentará cargos puntuales en Honduras, mientras en los Estados Unidos a su jefe le quedan apenas tres años, como máximo para recobrar su libertad. De ser retornado a Honduras, deberá en este país también enfrentar las causas de las que se le acusa. (PD)