Es tiempo de historias: ANNIE JUMP CANNON y su vida a las estrellas

Chasty Fernández López

Annie Jump Cannon nació el 11 de diciembre de 1863 en Delaware. Su padre, Wilson Cannon, era senador que vivía con su segunda esposa, Mary Jump. Fue precisamente Mary quien le enseñó a Annie sobre las constelaciones a una edad temprana y encendió su interés en las estrellas. Era una niña cuando descubrió las constelaciones y decidió dejar a un lado sus muñecas para luego apasionarse por la astronomía.

En 1880 viajó a Massachusetts a estudiar matemáticas, biología y física, cuatro años después se graduó en física. Poco tiempo después, Annie enfermó de escarlatina, cuya principal consecuencia fue una sordera aguda que la aisló del mundo e hizo de ella una mujer introvertida que solamente era feliz con sus estrellas. En 1894 falleció su madre, por lo tanto, decidió volver a Massachusetts y continuar estudiando sobre medidas espectroscópicas. En 1896, Cannon fue contratada como asistente en el Observatorio de Harvard en donde se unió a un grupo de astrónomas llamadas “las calculadoras de Harvard”. No tardó mucho en idear una especie de código que emergía de cada estrella, de esta manera, se dio cuenta que había distintos tipos de estrellas y que necesitaba un método para clasificarlas.

Existen tres factores para clasificar las estrellas: la clase espectral, el color y la magnitud absoluta. Cannon se centró en la primera, que consiste en analizar la luz que emiten. La radiación electromagnética que procede de la estrella se analiza mediante su división por un prisma (un objeto que descompone la luz en colores) y esta muestra el arcoíris de colores, además de las llamadas líneas de absorción, unos “saltos” en esa gradación que impiden que el espectro sea continuo.

Cannon observaba con increíble habilidad y rapidez esa especie de código que emergió de cada estrella. No tardó mucho en idear y fijar lo que ahora se conoce como “Sistema de clasificación de Harvard”: dividió las clases espectrales en siete categorías alfabéticas que daban una secuencia de temperaturas: O, B, A, F, G, K, M, donde la letra O correspondía a las estrellas más calientes (muy raras de encontrar, y son a su vez, muy brillantes) y las del grupo M, las más frías (y las más abundantes) inventando una regla nemotécnica que ayudó a muchas generaciones de astrónomas y astrónomos venideros: “Oh, Be A Fine Girl–Kiss Me” en donde logró clasificar más de 300,000 cuerpos estelares, descubrió 300 estrellas variables, cinco novas y una binaria espectroscópica.

En 1901 Annie Jump Cannon publicó su primer catálogo estelar. Fue la primera mujer en recibir la medalla Henry Draper (1931), también en ser elegida miembro de la Sociedad Astronómica Estadounidense y bautizaron un cráter lunar con su nombre. Cannon falleció el 13 de abril de 1941, dejando atrás toda una vida dedicada a la ciencia y a la reivindicación de la mujer en el mundo de la astronomía, luchando para que ellas también puedan recibir el mismo respeto que los hombres. Les comparto una frase famosa de Cannon: “una vida pasada en la rutina de la ciencia no necesita destruir el atractivo elemento humano de la naturaleza de una mujer”.

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