Ciudad del Vaticano – El pontificado de Francisco entra en «nueva etapa» y ahora su gran reforma se implementará «con el cambio de las personas», con los nombramientos en los diferentes dicasterios y a pesar de las «resistencias», explica en una entrevista a EFE el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa (Honduras) y coordinador del Consejo de cardenales que ayudó al papa a elaborar la Constitución para reorganizar la Curia.
Aunque no quiere profundizar mucho sobre de dónde llegan las «resistencias» a esta nueva Constitución, asegura que el papa sigue adelante, pues «no está muerto, está muy vivo y muy activo», y que no se trata de la etapa final de su pontificado sino de «una nueva etapa».
Maradiaga habla con EFE tras la presentación de su libro entrevista con el sacerdote claretiano español Fernando Prado en el que se desgranan todas las novedades de la nueva Constitución «Praedicate Evangelium» que reorganiza los diferentes «ministerios» del Gobierno de la Iglesia, que entrará en vigor el 6 de junio y que es la gran reforma del pontificado de Francisco.
Este cardenal hondureño, muy cercano al papa y que ha seguido como coordinador del consejo de cardenales, el grupo creado para asesorar al pontífice, todo el trabajo de estos nueve años, destaca que «la principal novedad ha sido considerar que la Curia vaticana no era sólo burocracia sino que es un servicio. Un servicio al papa y a las conferencias episcopales y por consecuencia a todo el pueblo de Dios».
Para dibujar este nuevo organigrama de la Curia se han necesitado nueve años de arduo trabajo. «Hacer las cosas bien toma su tiempo y esta es una de las cualidades del Santo Padre que no tenía alguna prisa con tal de que se hicieran bien y yo creo que se han hecho bien», aunque «habrá quien encontrará defectos», añade.
Y es que Maradiaga reconoce que en esta nueva Constitución para esta nueva Curia donde el principal dicasterio será el de la Evangelización y no el hasta ahora poderosísimo Doctrina de la Fe, ha sufrido «resistencias».
«Lógicamente las personas que llevaban muchos años en la Curia pensaban quiénes son estos que acaban de llegar y vienen a cambiarlo todo», explica el cardenal, que confiesa: «un venerable prelado me dijo, ustedes son unos advenedizos que vienen aquí y creen que van a saber todo lo que nosotros sabemos».
«Ha habido resistencias y las habrá y hay alguno que no les gusta esta Constitución, pero llega el momento en el que el papa tiene que tomar decisiones y lo ha hecho», destaca.
Además de la nueva estructura, la Constitución deja claro que «el criterio no tiene que ser el poder sino el servicio y por eso no será necesario que los dicasterios sean dirigidos por un cardenal o por un obispo, pues podrán estar en manos de una laica un laico o simplemente por un religioso y esto no es populismo. Es identificar que la vocación de un cardenal es ser consejero de un papa y su elector y no jefe de un dicasterio».
Por ello Maradiaga asegura que la gran reforma llegará cuando se cambien a las personas.» Sí, creo que sería así porque (esta reforma) no la podrá aplicar con personas que ya cumplieron su ministerio porque ya tras cinco años se tendrá que dejar el cargo, con la posibilidad de renovar por otros cinco, pero creo que sí, para aplicar la nueva Constitución se van a necesitar nuevas personas».
A la pregunta de si con esta reforma el pontificado de Francisco ha llegado a su etapa final, Maradiaga, que acaba de estar con el pontífice, asegura: «El papa no está muerto, está muy vivo y muy activo. No es su etapa final, eso solo Dios los sabe, es una nueva etapa del pontificado».
Y sobre la preocupación de que el dolor en la rodilla comprometa al papa para seguir con su agenda, Maradiaga responde convencido: «Es la cruz que tiene en este momento, pero no le impide hacer nada, sobre todo ahora que aceptó la silla de ruedas». JS