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Un sistema financiero sano ayudará a la recuperación económica

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Tegucigalpa – Se debe evitar que la actual crisis de salud provocada por la pandemia del COVID-19 y que se ha traducido en una crisis económica, se transforme posteriormente en una crisis financiera, ya que retrasaría la recuperación económica, fue la principal recomendación de expertos en un conferencia virtual organizada por el BID y la AHIBA.

Los expertos señalaron que es importante mantener la salud del sistema bancario y financiero del país, ya que será clave para la recuperación económica, especialmente de las empresas, una vez que concluya la crisis de salud.

En la conferencia participaron los expertos Liliana Rojas-Suárez y Andrew Powell, autores del estudio “Bancos sólidos para la recuperación económica: Recomendaciones de política en tiempos de coronavirus en América Latina y el Caribe”, que fue publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Center for Global Development (CGD).

La experta Rojas-Suárez destacó que el rol de los bancos es apoyar a las empresas y familias para la recuperación económica, por ello es crucial la estabilidad y buena salud de dichas instituciones.

Indicó que antes de la pandemia la banca regional y la hondureña estaba sólida, pero señaló que tras la aparición del virus los ingresos de las familias y de las empresas han caído y con ello cae el pago de sus obligaciones y de su calidad crediticia.

Rojas-Suárez destacó que todavía no se sabe cuán profunda será la recesión y por lo tanto cuándo será la recuperación de la economía.

En ese sentido dijo que es importante el papel que juegan los supervisores del sistema, así como los bancos centrales, pidiendo por ello mayor independencia para dichos organismos claves en este periodo especial.

La experta señaló que una vez que pase la pandemia, la actual política expansiva de los bancos centrales deberá contraerse en cierto momento y los bancos deben tener la independencia para tomar dichas decisiones libres de las intervenciones políticas.

Pidió que los bancos centrales no adquieran bonos gubernamentales, señalando que los gobiernos mejor deben acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras instancias internacionales.

Indicó que uno de los riesgos de la actual crisis es la deuda externa de parte del sector financiero, así como de empresas que aunque tenían acceso a monedas extranjeras, pero las mismas perdieron sus mercados con la actual pandemia.

Antes de la pandemia el calce de deuda era normal, pero ahora los bancos deberán enfrentarse al problema de pagos de sus clientes.

Por ello sugirieron que se realicen pruebas de stress o resistencia de los riesgos de las corporaciones.

En cuanto a que en muchas naciones se están postergando los pagos y dando alivio a las empresas y familias por las deudas contraídas, Rojas-Suárez recomendó que se deben seguir haciendo reportes de los créditos, aunque no se deteriore la calidad deudora de las instituciones y las personas.

Lo anterior para ver si se necesita hacer provisiones por dichos créditos por parte de los bancos. Asimismo, planteó que todo alivio debe ser temporal, para evitar posteriormente grandes reestructuraciones de deuda.

Prioridad estabilidad financiera

Andrew Powell, asesor principal del Departamento de Investigación del BID, enfatizó que la prioridad es la estabilidad financiera, ya que “una crisis de los bancos, que se suma a una actual crisis sanitaria, haría que la recesión sea todavía más profunda y retrasaría considerablemente la recuperación nacional, impactando aún más fuerte a las familias más pobres del país”.

Powell apuntó que existe mucha incertidumbre, ya que las empresas se han endeudado, detallando que los ratios de deuda sobre activos son altos.

Sobre los programas de alivio de deuda, el investigador dijo que si hay espacio suficiente, recomendó que los programas fiscales puedan ayudar directamente a las familias y a las empresas.

Sobre los programas de garantía, indicó que los mismos deben ser manejados con eficiencia y transparencia, ya que una garantía del 100 por ciento podría presionar las finanzas estatales y relajaría a los bancos en cuanto a la concesión de los mismos.

Destacó que los bancos son los que conocen mejor a los clientes y son capaces de manejar los programas de garantía, los cuales señaló deben ser parciales.

Indicó que las garantías deben ser para ciertas empresas, no deben ser generalizadas, detallando que otras empresas pueden recibir otro tipo de estímulos, especialmente las pequeñas que pueden ser vía transferencias.

Señaló que es importante que el Estados sea protegido, que los recursos que pone a disposición de las empresas, ya que si no son devueltos los pagarían los contribuyentes.

Sobre el alivio a los clientes, familias y empresas, valoró que deberían buscar opciones no invasivas para reestructuras préstamos.

María Lydia Solano, directora ejecutiva de la Asociación Hondureña de Instituciones Bancarias (AHIBA), señaló  que el sector bancario nacional está completamente comprometido con las familias hondureñas y trabajando arduamente para construir las mejores condiciones que permitan avanzar a paso seguro por el camino de la reactivación económica.

“Debemos poner la mirada en el futuro y comprender que mientras mejor preparados estemos hoy, mejor será el rebote económico que vendrá”, apuntó Solano.

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