Tegucigalpa (Proceso Digital / Por Isis Rubio) – Su amor por El Jícaro, emblemático árbol del sur del país y su sello personal con las monedas extranjeras distinguen al pintor y escritor hondureño Jaime Vallardo Chávez.
-Las obras de Jaime son muy alegres y coloridas, están en diferentes partes del mundo y en diferentes museos.
-Ha hecho exposiciones individuales en Francia, Perú, Argentina y Brasil.
Jaime Vallardo Chávez ama con pasión su arte, no tiene escuela, pero sus obras son más que expresivas y hermosas; usa sus acuarelas y además acrílicos con matices alegres, vitales, transmite vida y sus obras están por el mundo entre las piezas de grandes museos y de coleccionistas que encuentran sus pinturas la profundidad de una identidad trascendente.
El Jícaro para este artista representa identidad y amor por su tierra. Lo describe como lo que es, un árbol de tradición, capaz de superar la centuria, verde aun en temperaturas cercanas a los 40 grados, decorativo, comestible, y multiusos, especialmente vital y emblemático.
El artista nació en 1976, es originario de Goascorán, Valle, sur de Honduras, sus padres fueron doña Elvia Chávez y Domingo Reyes ambos ya gozan de la gloria de Dios, relató en una conversación con Proceso Digital.
Además de artista es museólogo y escritor, se decanta por el periodismo cultural y entre sus publicaciones destacan Autoridad y revelación apostólica y Traspaso de Mando y Toma de Posesión.
De familia humilde
“Vengo de una familia humilde, muy humilde, pero siempre tuve una mentalidad superior. Siempre he tenido una mentalidad de crecimiento y opté por más, de tal manera que yo fui libre o tuve la libertad desde mis diez años, no libertad para andar en la calle, sino libertad para ser independiente, para generar recursos”, relató.
Jaime estudió en el instituto Terencio Sierra de Nacaome, posteriormente se trasladó a seguir sus estudios en Choluteca y se graduó de maestro.
Posteriormente, salió del país para hacer un doctorado en España, y una maestría en Periodismo Cultural por la Universidad Tecnológica de España y también director y gestor de museos con una maestría en Gestión y Dirección de Museos.
Un artista naif
En el 2008 y hasta la fecha me quedé apasionado por el arte y “mi arte es totalmente naif”, es un artista sin técnica y sin influencia, su tema son los árboles de Jícaro en diferentes expresiones, formas y colores.
“Un buen día en París, después de una reunión, me fui a tomar un café y a comer algo con el grupo y ahí bueno, vi unas acuarelas, unas cosas entonces fui y le pregunté al artista para comprarle, esta persona me preguntó qué iba hacer con tanto lienzo, con las piezas…”, manifestó.
Agregó que algo dentro de él le dijo pinta y nació aquella voz interna hablándole que pintara. Es parte de los inicios describió.
Sostuvo que por su trabajo vinculado a las letras y al arte, ha viajado a diferentes conferencias mundiales a más de 150 países en el mundo, esto a lo largo de 30 años, un experiencia que también le ha permitido abrir puertas.
Su primera obra y su relación con las monedas
El pintor hondureño sostuvo que su primera obra de arte se quedó en París, lugar donde descubrió esa faceta de su vida.
Relató que como parte de su sello personal y como una forma de código y mostrar que las obras son únicas coloca en un costado el recorte de un billete
“Yo soy la parte de las monedas mundiales, porque en cada país donde voy recortó billetes y coloco el billete sobre esa obra o el número del billete sobre esa obra para generar un tipo que la consagra como una pieza única. Y mi primera pieza, en París, tiene un billete de 500 euros recortado”, manifestó.
El Jícaro significa identidad
El Jícaro significa identidad y algo maravilloso, “soy de la zona sur y ese árbol siempre está verde y el verde es esperanza por eso lo pinto de diferentes formas”, manifestó el artista hondureño.
Jaime dijo que él pinta los jícaros en diferentes formas, colores, tamaño, porque El Jícaro para él tiene un significado maravilloso.
“Tal vez los del sur no le den tanta importancia porque lo tienen siempre y aparte del morro que se hace valer en la horchata. Pero lo que yo amo de ese árbol es que no hay lluvia, no hay agua, la tierra está reventada y él está verde y tiene frutos todo el tiempo, entonces esa fuerza de ese árbol, esa potencia me recuerda que somos hijos de Dios y que, aunque los caminos se pongan duros hay esperanza, por eso yo amo ese árbol y lo pinto”, detalló.
La movilidad de arte y la inherente necesidad de migrar
Jaime se ha destacado por sus exposiciones tanto de pintura, como de escritor y expositor en diferentes partes del mundo.
Este sureño vinculó la migración con la movilidad de los artistas y dijo que él ha tenido la oportunidad de conocer muchos países y con ello artistas internacionales, comprar arte, ser un coleccionista y tener esa cultura que representa a cada artista, lo mismo pasa cuando uno sale de este país, se convierte en un representante de la identidad hondureña y se debe de dejar la mejor versión del país.
“Entonces de esa forma que yo salí de Honduras, bueno, no me fui a vivir a otro país, siempre fui y vine, toda mi vida ha estado marcada por mi tierra, a pesar de que he tenido oportunidad de quedarme fuera y tengo tal vez cosas en otro país”, detalló.
En ese sentido, dijo que la migración es algo histórico en todos los tiempos, se ha dado en todos los países, nosotros los humanos por naturaleza, queremos siempre experimentar cosas nuevas, queremos mejorar nuestras vidas y las de nuestra familia.
“Entonces la migración es una necesidad inherente, es algo que forma parte de una cultura, del ser humano el querer experimentar, el querer caminar, el querer conocer, el querer viajar, es por ello por lo que la migración ocurre de siempre, se está dando y se va a dar y no va a parar”.
Sus obras han sido expuestas en muestras en Francia, Brasil, Argentina y Brasil para citar algunos países.
Durante la pandemia el escritor y pintor hondureño se quedó varado en Perú, por lo que aprovechó para realizar exposiciones virtuales en Perú, China, La India, Europa, Argentina, Brasil, Ecuador, Venezuela, México, Colombia, Siria, Bangladesh, Corea del Sur.
Asimismo, de crear el proyecto El Bicentenario de América, donde une alrededor de 500 artistas de todos los países para hacer exposiciones sobre el tema.
Los sueños son alcanzables
El artista hondureño hizo un llamado a los jóvenes que tienen talento en el país a no dejar de soñar ya que los sueños son alcanzables.
“Yo soy un artista naif, no fui a una escuela de artes, aunque tengo títulos, pero en el tema del arte soy un naif, mi arte es ingenuo y yo intenté hacerlo y pude hacerlo y lo logré, por lo que ustedes jóvenes que tienen proyectos en su vida, que tienen sueños háganlo valer, no tengan miedo, peleen por lo que les gusta”, sostuvo.
Agregó que, si un joven quiere ser futbolista, pintor, actor, cantante, estudiar cualquier profesión no se deben de detener por miedo, el esfuerzo al final tiene una recompensa y siempre que uno hace lo que le gusta verá la vida de forma diferente, dijo al concluir su conversación. (ir)