Tegucigalpa – Las autoridades de la Penitenciaría Nacional han redoblado la vigilancia de dos reos estadounidenses por temor a represalias en caso de que el hondureño Heliberto Chi, condenado a pena de muerte en EE.UU., sea ejecutado.
Así lo informó hoy el ministro hondureño de Seguridad, Álvaro Romero, quien indicó que al parecer los reos de la Penitenciaría Nacional se sienten «agredidos» porque en Honduras no hay pena de muerte, pero en Estados Unidos sí la aplican a hondureños.
El alto funcionario confirmó una versión del diario «La Tribuna», que se edita en Tegucigalpa, que ayer informó de que reclusos hondureños pretendían asesinar a dos estadounidenses que están presos en la Penitenciaría Nacional.
Se trata de Andrew Stephen Gole, acusado de haber descuartizado a una hondureña que era su mujer, y Daniel Luque, por violación de una niña de 10 años de edad.
El plan de los reos de la Penitenciaría Nacional de asesinar el miércoles a los dos estadounidenses habría quedado en suspenso, luego de que las autoridades de Texas no ejecutaron ayer, como estaba previsto, al hondureño Heliberto Chi.
La decisión se tomó después de que el Tribunal de Apelaciones Penales del estado de Texas ordenara el martes detener la muerte de Chi por inyección letal.
Chi, de 28 años, fue condenado a la pena de muerte hace seis años y medio por el asesinato del gerente de una tienda de ropa.
El ministro de Seguridad de Honduras indicó que ya se han tomado todas las medidas de seguridad necesarias con los dos reos estadounidenses, para evitar una eventual represalia.
En lo que va de año, en la Penitenciaría Nacional han sido asesinados al menos 29 reos, cuatro de los cuales, además, han sido quemados en los mismos patios de la principal prisión del país centroamericano.
La embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa también ha intercedido para que a los dos reos norteamericanos se les brinde seguridad en la prisión hondureña.
El encargado de Negocios de la legación diplomática estadounidense, James Williar, expresó que confían en que la Policía y la Secretaría de Seguridad le garanticen seguridad a los norteamericanos.
La ejecución de Chi fue aplazada después de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos aceptó la semana pasada evaluar si la inyección letal es un sistema cruel y por lo tanto inconstitucional en respuesta a la demanda planteada por dos reclusos de Kentucky.
Una comisión oficial de Honduras, encabezada por el embajador de este país en Washington, Roberto Flores, también ha intercedido ante las autoridades del estado de Texas a favor de Chi.
La ejecución de Chi habría sido la número 27 en Texas este año, el Estado en donde se aplica con mayor frecuencia la pena capital.
El tribunal de apelaciones de Texas dio a los abogados del estado un plazo de 30 días para revisar «si el actual método de administrar la inyección letal en Texas constituye un castigo inusual y cruel», lo que violaría la octava enmienda de la Constitución de EE.UU.
El alto funcionario confirmó una versión del diario «La Tribuna», que se edita en Tegucigalpa, que ayer informó de que reclusos hondureños pretendían asesinar a dos estadounidenses que están presos en la Penitenciaría Nacional.
Se trata de Andrew Stephen Gole, acusado de haber descuartizado a una hondureña que era su mujer, y Daniel Luque, por violación de una niña de 10 años de edad.
El plan de los reos de la Penitenciaría Nacional de asesinar el miércoles a los dos estadounidenses habría quedado en suspenso, luego de que las autoridades de Texas no ejecutaron ayer, como estaba previsto, al hondureño Heliberto Chi.
La decisión se tomó después de que el Tribunal de Apelaciones Penales del estado de Texas ordenara el martes detener la muerte de Chi por inyección letal.
Chi, de 28 años, fue condenado a la pena de muerte hace seis años y medio por el asesinato del gerente de una tienda de ropa.
El ministro de Seguridad de Honduras indicó que ya se han tomado todas las medidas de seguridad necesarias con los dos reos estadounidenses, para evitar una eventual represalia.
En lo que va de año, en la Penitenciaría Nacional han sido asesinados al menos 29 reos, cuatro de los cuales, además, han sido quemados en los mismos patios de la principal prisión del país centroamericano.
La embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa también ha intercedido para que a los dos reos norteamericanos se les brinde seguridad en la prisión hondureña.
El encargado de Negocios de la legación diplomática estadounidense, James Williar, expresó que confían en que la Policía y la Secretaría de Seguridad le garanticen seguridad a los norteamericanos.
La ejecución de Chi fue aplazada después de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos aceptó la semana pasada evaluar si la inyección letal es un sistema cruel y por lo tanto inconstitucional en respuesta a la demanda planteada por dos reclusos de Kentucky.
Una comisión oficial de Honduras, encabezada por el embajador de este país en Washington, Roberto Flores, también ha intercedido ante las autoridades del estado de Texas a favor de Chi.
La ejecución de Chi habría sido la número 27 en Texas este año, el Estado en donde se aplica con mayor frecuencia la pena capital.
El tribunal de apelaciones de Texas dio a los abogados del estado un plazo de 30 días para revisar «si el actual método de administrar la inyección letal en Texas constituye un castigo inusual y cruel», lo que violaría la octava enmienda de la Constitución de EE.UU.