spot_img

El lunes se conocerá si aceptan pedido de clemencia para Heliberto Chi

Texas.-Hasta el lunes se conocerá si el Estado de Texas aceptará la solicitud de clemencia hecha por Honduras a favor del compatriota Heliberto Chi, cuya ejecución a la pena de muerte está programada para el próximo 3 de octubre.
 

Una delegación del gobierno de Honduras se reunió con funcionarios de la oficina del gobernador Rick Perry y de la Secretaría de Estado de Texas para pedir que se detenga la ejecución de Heliberto Chi, un ciudadano hondureño condenado a muerte por el asesinato de Armand Paliotta, ocurrido en marzo de 2001.

Lastenia Pineda, cónsul de Honduras en Texas dijo que las autoridades texanas se mostraron «receptivas» y «muy amables», y escucharon con atención su solicitud de clemencia.

«Las autoridades con las que nos reunimos prometieron darnos una respuesta definitiva el próximo lunes, 1 de octubre, estamos muy agradecidos con el gobierno texano», dijo Pineda, quien tiene su oficina en Houston. La oficina de prensa del gobernador no pudo confirmar la versión antes del cierre de esta edición.

La ejecución de Chi está programada para el miércoles 3 de octubre y los funcionarios hondureños, encabezados por el embajador de Honduras en Washington, Roberto Flores, solicitaron la clemencia de Perry argumentando que, tras la detención de Chi, se violaron sus derechos de acuerdo con el artículo 36 de la Convención de Viena.

Ese convenio internacional, ratificado por Estados Unidos en 1969, requiere a los gobiernos de los países firmantes que garanticen el derecho de los extranjeros a recibir la asistencia de sus autoridades consulares en caso de ser detenidos.

«Ese tratado también establece que el detenido tiene derecho a un abogado y a no hacer declaraciones. En el caso de Chi todo eso se violó», dijo Pineda.

De acuerdo con Pineda, la delegación también apoyó su solicitud de clemencia en el hecho de que en Honduras no existe la pena de muerte, porque ese país considera que ese castigo viola el derecho universal a la vida.

Otro de sus argumentos fue que la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos ordenó recién el aplazamiento de la ejecución de Carlton Turner, un residente de Irving que fue condenado a la pena capital por el asesinato de sus padres adoptivos y cuya ejecución estaba programada para el jueves pasado.

La corte aplazó la ejecución de Turner mientras determina si la inyección letal, método de ejecución utilizado en Texas, ocasiona al condenado un castigo cruel e inusual y, por ello, quedaría prohibido por la Constitución.

Chi fue sentenciado a morir por inyección letal el 14 de noviembre de 2002 después de que un jurado lo encontró culpable de asesinar de un disparo por la espalda a Armand Paliotta, durante un robo a la tienda de ropa para caballeros que la víctima administraba en Arlington.

Uno de los testigos clave de la fiscalía durante el juicio fue Adrian Riojas, un empleado de la tienda contra el que Chi también disparó pero que sobrevivio al ataque.

Riojas testificó que el día del crimen, cuando cerraban el local, Chi se apareció diciendo que más temprano el mismo día, había olvidado su billetera dentro la tienda y pidió permiso a Paliotta para buscarla.

Después de unos minutos de hurgar en los anaqueles, Chi sacó una pistola calibre .38, apuntó al administrador y le exigió que le entregara todo el dinero que tuviera.

De acuerdo con Riojas, Paliotta entregó algo de dinero a Chi, pero el hondureño le exigió más dinero.

«De pronto Armand (Palliota) lo empujó y empezó a correr hacia la puerta de la tienda. Chi le disparó por la espalda, Armand cayó, y yo empecé a correr».

Riojas intentó salir del establecimiento por la bodega posterior de la tienda pero encontró que la salida de emergencia estaba bloqueada.

«Estapa atrapado, voltee hacia atrás y vi a Chi. Hicimos contacto visual, corrí, pero realmente no tenía para donde ir. De pronto sentí el disparó en mi espalda, caí al suelo. Él se acercó, lo oí reírse y sólo me dijo ‘quédate apagado’ (en español)».

Riojas dijo al jurado que Chi seguramente pensó que lo había matado, y por eso no le disparó nuevamente. La bala que hirió a Riojas atravesó el músculo de su espalda sin lastimar huesos o arterias. Fue atendido en el hospital y dado de alta. Paliotta no tuvo la misma suerte.

Aunque Riojas no tiene ninguna duda de quién jaló el gatillo, la familia del hondureño alega que el juicio contra Chi estuvo lleno de irregularidades que permitieron que se le condenara a muerte.

«Él (Chi) no pide perdón ni clemencia, pide un nuevo juicio. Si en un juicio sin trampas se demuestra que es culpable, que lo castiguen, pero no con la pena de muerte», dijo José Hernán Aceituno, hermano de Chi.

Vida afectada para siempre

Acela Paliotta, viuda de la víctima, dijo que si las autoridades ejecutan a Chi o suspenden su ejecución, de cualquier forma su vida ya fue afectada para siempre.

«No le deseo la muerte a este muchacho (Chi), tampoco lo odio y siento mucha pena por su familia, pero sí me cambió la vida, afectó mi futuro, el futuro de mis hijos porque los dejó sin su padre», dijo Acela Paliotta, una inmigrante de origen cubano que llegó a Estados Unidos en 1962 y que se dedicó por años a educar a niños inmigrantes y a sus padres.

Para Paliotta, la tragedia que provocó Chi no comenzará con su ejecución, si es que ocurre, sino que empezó desde el momento en que tomó la decisión equivocada.

«Ojalá la gente viera esta historia para que entienda que en un pestañeo, con una sola decisión equivocada, puede cambiar la vida propia y la de muchas personas», dijo Acela Paliotta.

Minerva Suyapa Aceituno, la madre de Chi, es otra de las víctimas de la tragedia. «Después de que sentenciaron a mi hermano se ha ido desmoronando día con día. Ya son casi cinco años y cada día lo ha vivido contando el tiempo que falta para que le maten a su hijo», dijo José Hernán Aceituno.

Adrian Riojas dijo que, como cristiano que es, no puede justificar que se responda a un asesinato con otro asesinato, pero dijo que Chi tuvo un juicio justo y al momento del crimen tenía edad suficiente (tenía 22 años) para saber la diferencia entre el bien y el mal y tomó la segunda opción.

Si lo ejecutan, Riojas dijo que sentiría mucha pena por la familia de Chi y desearía que haya encontrado a Dios y su perdón antes de morir.

Si no lo ejecutan, Riojas dijo que Chi estaría recibiendo una nueva oportunidad para encontrar a Dios.

spot_img
spot_img

Noticias recientes

spot_img
spot_imgspot_img