El funcionario es del criterio que el destino del pueblo hondureño lo tiene que definir el pueblo hondureño y que “resulta incomodo y hasta ofensivo tener que escuchar una opinión internacional que hable utilizando verbos imperativos”.
Según Custodio no es lo mismo decirle a un pueblo, vamos a ayudarles a encontrar una solución, como ocurrió con los acuerdos de paz de Esquipulas, que venirle a decir a un pueblo, ustedes aceptan estos siete puntos o de lo contrario desaparecen como Estado para el mundo y no se les va a reconocer sus elecciones aunque sean genuinas y transparentes.
Añadió que tampoco se puede comparar lo que ocurrió con los acuerdos de paz de Esquipulas, a que vengan a decirnos, ustedes están condenados, de aquí en adelante, a que si no aceptan lo que les ordenamos nosotros, desaparecen como país, como pueblo y como nación.
El defensor de los derechos humanos admitió que ese tipo de actitudes, de algunos gobiernos “como que nos reta a ponernos de pie a no aceptar ningún yugo”.
Custodio considera que es desorientador y hasta causa desconfianza, los intereses contrapuestos que se ha desatado a raíz de la crisis.
En todo esto hay intereses contrapuestos, hay intereses estratégicos tan diferentes como los de Estados Unidos y Venezuela y que eso, de alguna manera, desorienta y me hace ser desconfiado, expresó.
“Le pido al pueblo hondureño que tenga mucha sensatez y mucha claridad en cuanto a lo que vamos a aceptar, escrito, no se si en Washington, en Caracas o en ambas ciudades”, indicó.
Custodio cuestionó que Oscar Arias, que fue nombrado mediador, está actuando como un arbitro y como tal está ordenando el cumplimiento de cada uno de los puntos del llamado “Acuerdo de San José”.
Se refirió a que una de las recomendaciones empieza por el retorno de Manuel Zelaya al poder, como que si no hubiera pasado nada, a pesar de que ha pasado tanto.
Además, se nos quiso imponer que las elecciones se realizaran en forma anticipada, sin tomar en cuenta que, de esa manera, se estaría irrespetando el calendario cívico institucional de un Estado de derecho y, esas cosas realmente preocupan.
El defensor del pueblo afirmó que “los hondureños tenemos una identidad nacional y que esta crisis más bien ha servido para definir esa identidad”.
Advirtió, a los gobiernos del mundo, que Honduras es un país soberano, que el pueblo hondureño se está auto-determinando y que nadie le va a impedir ir a votar a las urnas.
Recordó, que el 28 de junio, recién pasado, lo que se defendió fue la democracia hondureña porque la otra “democracia” que nos quería imponer Manuel Zelaya y su pequeño grupo de radicales hondureños, era una democracia sin libertad de expresión y sin libertad de sufragio.
