Tegucigalpa– Tras una de las peores crisis que ha sacudido sus cimientos, el Partido Liberal de Honduras, el más antiguo de los institutos políticos del país, hace esfuerzos por reanimarse.
– En las elecciones generales de 2013 el Partido Liberal acumuló 632 mil 320 votos, posicionándose como la tercera fuerza política.
Fundado hace 125 años, marcados por una presencia notable en la vida hondureña, los liberales afrontaron la crisis política de 2009, de la cual fueron protagonistas centrales. Estos hechos hirieron profundamente las entrañas de su organización.
El 28 de junio de 2009, cuando Manuel Zelaya, electo presidente de Honduras en 2006 por el Partido Liberal, fue defenestrado del poder tras intentar desobedecer la orden de un juez que le prohibía realizar una encuesta con miras a perpetuarse en el poder, el liberalismo se convirtió en uno de los actores centrales en una jornada que le baldó en su seno.
Liberales tras reanimar sus huestes
Actualmente, frente al proceso electoral general que se realizará en noviembre de 2017, los liberales buscan reavivar sus fuerzas y muestran un entusiasmo que se había alejado de sus huestes.
Durante una de las jornadas más hostiles en la vida política hondureña, en 2009, el poder fue asumido por otro liberal, Roberto Micheletti, quien pasó de ostentar la titularidad del legislativo a convertirse en presidente interino del país.
Los rescoldos de la crisis que produjo una división social profunda en Honduras, se ensañó entonces con los liberales que desde entonces han pagado un precio alto por aquellos hechos y todo indica que a partir de este último trimestre de 2016, comienzan a dar asomos de querer recomponerse.
Surgen los movimientos
De tal suerte que presentan cuatro movimientos internos, encabezados por variadas figuras, desde caudillos un tanto en el desfase histórico como renovados cuadros, pasando por relevantes figuras, capaz de concitar voluntades.
La mayor fuerza liberal se vislumbra en dos movimientos, uno encabezado por la actual diputada y exfuncionaria de gobierno, quien desempeñó los más altos cargos en temas de finanzas, Gabriela Núñezy la figura de Luis Zelaya, un académico de carrera, ex rector de una universidad capitalina, de tradición liberal, pero sin actividad proselitista en su haber.
En las últimas elecciones generales efectuadas en noviembre de 2013, en las que resultó ganador el Partido Nacional de Honduras, los liberales pasaron a ser la tercera fuerza política, por debajo del partido Libertad y Refundación (Libre), fundado por el expresidente Manuel Zelaya y una especie híbrido en el que también concita un desmembramiento liberal.
Pero en la medida que los tiempos políticos se aproximan, de cara al proceso primario e interno, programado para marzo del año entrante, en el Partido Liberal, los movimientos dirigidos por Gabriela Núñez, Luis Zelaya, Carlos Montoya, Enrique Ortez y Eduardo Martell , mantienen una efervescencia que hace bastante se había alejado de los liberales.
Martell recibió la adhesión del diputado Ramiro Chacón Ferrufino, que declino seguir en la contienda por la candidatura presidencial del liberalismo.
Gabriela Núñez, ex funcionaria en los gobiernos de Carlos Flores, Manuel Zelaya y Roberto Micheletti, es actualmente una de las diputadas más activas en el Congreso hondureño donde ha concentrado su trabajo en temas fiscales y económicos, así como en defensa de los derechos de las mujeres y otros grupos vulnerables. Le apoyan el líder liberal Elvin Santos, la mayoría de sus colegas mujeres en el Congreso, así como una importante parte de líderes jóvenes y alcaldes prominentes, entre ellos Quintín Soriano, de Choluteca y Carlos Miranda, de Comayagua.
Luis Zelaya, ex rector de una prestigiosa universidad privada hondureña, decidió hace escasos meses dejar la academia y tomar la bandera rojo, blanco y rojo para buscar levantar a su partido. Ha iniciado una serie de visitas al interior del país y a las grandes ciudades, despertando entusiasmo. Le apoyan, sobresalientemente, el expresidente Micheletti, el presidente del partido Mauricio Villeda, diputados como Alfredo Saavedra, Marlon Lara y Yuri Sabas.
Otros candidatos también hacen sus intentos por entusiasmar al liberalismo, alguno de ellos con simpatías manifiestas en favor de potenciar una alianza con el expresidente Manuel Zelaya.
Desafíos
Observadores de la política hondureña son del criterio que el Partido Liberal de Honduras podría situarse nuevamente como la segunda fuerza política del país.
El analista político Miguel Cálix considera que la actividad generada por los movimientos internos dinamiza al PL.
Cálix reflexionó sobre los desafíos que aún sufre el PL y citó el caso del exministro de la Presidencia en el gobierno de Manuel Zelaya e importante empresario hondureño Yani Rosenthal, quien enfrenta un proceso judicial en los Estados Unidos tras ser vinculado, el pasado 7 de octubre de 2015, por el departamento del Tesoro de EEUU, en el delito de lavado de activos en base a la Ley Kingpin.
Yani Rosenthal se ha postulado, en el reciente pasado, a la presidencia del país y un importante grupo de parlamentarios, por lo menos 10, son sus seguidores.
Miguel Cálix también valoró la división que, a su juicio, aun enfrentan los liberales tras la crisis política de 2009. Para este analista, la existencia de varios movimientos muestra a un partido que busca recuperar la confianza de los votantes y obliga a ir a primarias, organizar sus cuadros y negociar posiciones.
En el camino, varios movimientos liberales se han ido adhiriendo a otros y según Cálix, estas acciones también fortalecen la democracia interna.
Reiteró que es positivo que el partido haya iniciado temprano esta reorganización interna.
¿Segunda fuerza o seguir vivos?
A criterio del analista político, el liberalismo está obligado a levantarse y situarse como segunda fuerza política, si no lo logra deberá de mantenerse en la tercera posición e igualar la misma cantidad de votos registrados en las últimas elecciones.
Señaló que el escenario quedó muy movido después de las elecciones de 2013, cuando el PL fue desplazado por Libre a la tercera posición.
“Actualmente en la gran mayoría de las encuestas que se realizan en el país se posiciona al PL en segundo lugar, pero recordemos que son encuestas de simpatías y no una intención de voto, recordemos que en cuanto a intención de voto hay otros partidos que tienen figuras más consolidadas y me refiero a Xiomara Castro por el partido Libertad y Refundación y Salvador Nasralla en el PAC, estos dos van a ir a primarias, pero ya tienen definido su candidato”, explicó.
“Lo que está claro es que el liberalismo está enfrentando una nueva realidad en la que busca aumentar su caudal de votos”, reafirmó.
Otro desafío que tienen los liberales es fortalecerse de estructuras a nivel interno y meterse en una elección que será dura en 2017, puntualizó el observador de la política Miguel Cálix.
Verdadera unidad…
Manifestó que el Partido Liberal tiene la tradición de saber superar sus diferencias en los procesos primarios y luego dar paso a los entendimientos.
“La unidad del partido no pasa por un candidato, el que crea que la unidad la puede generar un caudillo está equivocado, debe de sumar todos los liderazgos principalmente en las alcaldías”, argumentó.
Luego hizo énfasis en la importancia de crear estructuras sólidas más allá de las figuras caudillistas. “Lo que si debe de quedar claro es que ningún partido puede confiar que con solo la imagen de un candidato puede ganar una elección, es el trabajo de toda esa estructura, junto con una campaña que ofrezca alternativas para el votante, al final una campaña se gana con el voto de la gente, y a la gente no se le convence solo con discursitos o con novedades, se le tiene que movilizar a la urna, es por eso que insisto mucho en la estructura y por eso el Partido Liberal contando con varios movimientos puede sumar a su favor”, aseguró.
Por ética debemos renunciar: Víctor Cubas
Por su parte, el directivo del Consejo Central Ejecutivo del PL (CCEPL), Víctor Cubas, indicó que es público que el presidente del Partido Liberal está apoyando la candidatura de Luis Zelaya, ya que la esposa de él es una de las designadas presidenciales.
“Esto es incorrecto porque un presidente de partido y las otras autoridades lo que tenían que haber hecho era cobijarlos a todos y no parcializarse”, señaló.
“Lo más ético y moral sería el de retirarnos, que sean los suplentes los que sigan al frente de la institución, eso sería lo más correcto”, indicó.
Señaló que hace más de un año no son convocados a reunión por parte del presidente del CCEPL, “ahí toman las decisiones unas cinco personas nada más”, arguyó.
También representantes de movimientos a lo interno del liberalismo han pedido a Villeda que deje el cargo ante su inclinación por uno de los precandidatos presidenciales. La queja la inició el ex presidenciable Elvin Santos.
Posteriormente, la precandidata Gabriela Núñez, a través de sus redes sociales, recriminó el apoyo de Villeda a la candidatura de Luis Zelaya.
Mientras que el representante del movimiento Unámonos, Enrique Ortez Sequeira, manifestó que el candidato (Luis) Zelaya puso en serios problemas a Mauricio Villeda, al evidenciar un conflicto de intereses. “Villeda no puede ser juez y parte, él es un hombre que tiene talento para poder salirse de ese embrollo y demostrar ética y moral política”, indicó.
Por su parte, el aspirante presidencial Carlos Montoya dijo que el Consejo Central es un organismo “inoperante, totalmente desarticulado, tienen más de un año de no reunirse, el presidente ha abandonado totalmente sus funciones, están divididos, y no le hacen caso nada a nadie”, calificó.
En ese ambiente, los liberales con sus movimientos tratan de reavivar su partido, devolverle el esplendor que le ha permitido dirigir los destinos de Honduras en reiteradas ocasiones, desmarcarse de los vicios caudillistas e inyectarle brillos nuevos frente a un electorado ansioso de esperanzas en el cierre de un año que dará paso al proceso electoral de 2017, cuando nuevamente los hondureños elegirán a sus máximas autoridades.