Tegucigalpa – Miles de personas en el Corredor Seco de Honduras están en necesidad de asistencia humanitaria para afrontar los efectos de una prolongada sequía e inseguridad alimentaria debido a los efectos del fenómeno de El Niño agravada por el cambio climático.
Unas 250 mil personas son afectadas debido al fenómeno de El niño.
Por ese motivo Mary Robinson, Enviada Especial de las Naciones Unidas para El Niño y el Cambio Climático, visitó los municipios de Pespire y Langue (en los departamentos de Choluteca y Valle, respectivamente), donde constató la magnitud de la crisis humanitaria.
“Las comunidades se han visto afectadas por la deforestación y la sequía durante 10 años. Los pequeños productores son los más afectados. La sequía ha mermado sus medios de vida, se ha incrementado la pobreza y la migración forzada hacia centros urbanos ya sobrepoblados”, dijo Robinson.
Y agregó que “las mujeres y los niños están sufriendo especialmente, a pesar de los esfuerzos para mejorar la resiliencia”.
Mary Robinson asegura que las personas del Corredor Seco de Honduras ya no pueden esperar más tiempo para recibir asistencia y que la ayuda debe ser urgente.
“La situación requiere también un enfoque más integrado a largo plazo. Los impactos del cambio climático están disminuyendo la producción agrícola y agotando las reservas de alimentos, provocando que las familias sean cada vez más vulnerables a El Niño. Este fenómeno, que será constante, precisa de una nueva orientación multifacética para hacer frente a los impactos del cambio climático”, explicó.
Durante su misión, la Enviada Especial para El Niño y el Cambio Climático se reunió con altos representantes del Gobierno de Honduras para brindar su apoyo al desarrollo e implementación de estrategias de resiliencia al Cambio Climático, a través de la movilización de las partes interesadas, incluyendo las poblaciones afectadas, los socios humanitarios y el sector privado.
A inicios de 2016, las Naciones Unidas y sus socios presentaron un Plan de Respuesta Humanitaria para Honduras que espera reunir 44 millones de dólares para asistir a 250 mil personas con alimentos, nutrición, cuidados en salud, agua, saneamiento e higiene y protección de sus medios de vida.
“Hasta hoy, el Plan de Respuesta está financiado en un 12 %, por lo que las necesidades persisten para la población afectada. La necesidad de mayores donaciones es urgente. Apelamos a la comunidad internacional para continuar apoyando el plan y así lograr asistir a las personas en situación de necesidad. No podemos permitir que este se convierta en un desastre olvidado”, alertó Robinson.
La situación humanitaria en el Corredor Seco de Centroamérica ha alcanzado niveles de crisis, con más de 3,5 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria en El Salvador, Guatemala y Honduras.
La sequía de 2015 fue más grave en comparación con el año anterior, y el efecto acumulativo se agrava aún más por las condiciones de El Niño. A lo largo del Corredor Seco, las comunidades enfrentan una de las peores crisis en décadas.