Nuakchot – La Comisión Europea ha otorgado una subvención de 66 millones de euros a Mauritania y Senegal para crear en estos países oportunidades económicas para los jóvenes que actúen como incentivo para disuadirles de la idea de emigrar, así como para favorecer los retornos de sus nacionales desde territorio de la UE.
El programa fue hecho público hoy en Nuakchot por la delegación de la Comisión Europea, y a el se añade otro de tres millones de euros específico para la protección de los niños migrantes de la explotación y la trata de seres humanos.
Estas subvenciones forman parte de las veinte acciones anunciadas por la Comisión para la región del Sahel y del Lago Chad, dentro de un fondo fiduciario de urgencia para combatir «las causas profundas de la emigración irregular y el fenómeno de las personas desplazadas en África».
Las costas atlánticas de Mauritania y Senegal han sido utilizadas con frecuencia en la década pasada por redes de emigración que trataban de llegar a Europa por las islas Canarias mediante el uso de barcas conocidas como «cayucos».
Estos flujos migratorios, que alcanzaron cotas críticas en 2006, fueron desapareciendo progresivamente, en gran parte gracias al establecimiento en Mauritania y Senegal de patrullas marítimas de la Policía Nacional española y la Guardia Civil, presentes desde entonces en esas costas.
Las rutas de la emigración se desplazaron entonces hacia Marruecos, pero el control de las pateras primero, y el levantamiento de vallas en Ceuta y Melilla después, taponaron igualmente la vía marroquí, y ahora las mafias que transitan desde África eligen la vía libia para los trayectos a Europa.