Tegucigalpa – Un total de 95 privados de libertad considerados de alta peligrosidad fueron trasladados este martes desde distintos centros penales hacía las cárceles de máxima seguridad “El Pozo I” en Ilama, Santa Bárbara y “La Tolva», en Moroceli, El Paraíso.
Los privados de libertad considerados de alta peligrosidad estaban recluidos en distintos centros penales del país.
De manera simultánea se realizó la operación en cinco centros penales en la zona norte, sur, centro y oriente.
El Instituto Nacional Penitenciario (INP), coordinó el traslado de los reos para lo cual solicitó el apoyo de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), que a las 6:00 de la mañana, comenzó la operación de manera simultánea en cinco centros penales.
Las autoridades del INP informaron que desde el Centro Penal de San Pedro Sula, Cortés se trasladó a catorce privados de libertad hacía “El Pozo I”, en Ilama, Santa Bárbara, mientras 81 fueron trasladados a “El Pozo II”, en el departamento de El Paraíso.
Los nuevos inquilinos de El Pozo II, estaban recluidos en: seis en el centro penal de Juticalpa, Olancho; uno de Trujillo en el departamento de Colón; 22 de Choluteca y 52 de la Penitenciaria Nacional de Támara en Francisco Morazán.
Estos privados de libertad se suman a los dos mil 200 integrantes de maras y pandillas, así como vinculados a crímenes de alto impacto que ya guardan prisión en las cárceles de máxima seguridad en donde no cuentan con los privilegios que tenían en los otros centros penales donde estaban recluidos.
Los 95 reos tendrán que someterse a regímenes disciplinarios y de control de estas cárceles que cumplen estándares internaciones, representando la transformación del sistema penitenciario que impulsa el presidente Juan Orlando Hernández.
En estos centros penales los reclusos no cuentan con comodidades ni lujos, permanecerán en sus celdas durante 23 horas del día y por una hora podrán recibir la luz solar en una celda especial acondicionada con láminas traslucidas.
Los módulos cuentan con cámaras de seguridad por medio de las cuales se mantiene una vigilancia permanente las 24 horas del día, tanto a los privados de libertad como a los agentes penitenciarios y al resto del personal que labora en el centro penal.
Este mecanismos de control ha permitido la captura de varios empleados de estos centros penales a los cuales se les ha descubierto vinculados con los privados de libertad, siendo puestos a la orden de las autoridades competentes.
Según el INP al menos 18 mil 800 privados de libertad están recluidos en los centros penales del país.
Los 95 reos se suman a los dos mil 200 que ya guardan prisión en las dos cárceles de máxima seguridad.
