Tegucigalpa – El Cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga criticó en la homilía de este domingo a las redes sociales a las cuales denominó “redes fecales” por transmitir “basura”.
– “¿Quién será grato a tus ojos Señor? el que es sincero en sus palabras y con su lengua a nadie desprestigia”, cuestionó el líder espiritual.
“Se preguntaba el salmista quién será grato a tus ojos Señor y respondía el que procede honradamente, el que obra con justicia, el que es sincero con palabras y con su lengua a nadie desprestigia. Parece que este Salmo lo compusieron para Honduras, donde cualquiera en un medio de comunicación o en unas llamadas redes sociales que muchas veces podrían ser llamadas redes fecales porque solo transmiten basura, aquí está muy claro en la palabra de Dios ¿quién será grato a tus ojos Señor? el que es sincero en sus palabras y con su lengua a nadie desprestigia”, reflexionó el cardenal hondureño.
Acto seguido, también se refirió a las instituciones financieras a las que instó a prestar sin usura y no aceptar sobornos en perjuicio del inocente.
Aunque recordó que la palabra de Dios de hace siglos parece que en esta ocasión fue compuesta para “la Honduras de hoy”, insistió.
En ese orden, caviló que la sociedad hondureña “ensalza la apariencia física” y vive en una cultura de la imagen.
“Hasta para lo político existe un asesor de imagen, ¿qué significa eso? uno que le aconseja al candidato que sea como no es, sino como es más importante para ganar adeptos”, añadió.
“Los mensajes con los que la propaganda nos bombardea se preocupa de la fachada, pero descuida el corazón”, prosiguió.
El líder de la Iglesia Católica de Honduras también aprovechó el espacio de la homilía dominical para hablar del Diálogo Político que se suscita en Honduras luego de una crisis socio-política a causa de los resultados de las elecciones generales de noviembre de 2017 que dieron la reelección a Juan Orlando Hernández como presidente de la República.
“No podemos avanzar en nuestro país con los mismos vicios del pasado como estamos, enrollados completamente en un pantano en arenas movedizas de la falta de un corazón abierto para que incluso el diálogo pueda llegar a conclusiones positivas”, apostilló.
A renglón seguido, señaló que el Dialogo no es reunirse para que cada quien imponga su manera de pensar “para eso no perdamos el tiempo”.
Al respectó, instó ver a la luz de Dios y no a la luz de los intereses de cada uno para ver de qué manera consigue más poder.
“El poder es para servirnos nos ha dicho Jesús y servir significa amar” acentuó.
Finalmente, agradeció a la Congregación de las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo, conocidas como Scalabrinianas, quienes dedican su apostolado a la atención de los migrantes hondureños.
Defendió que los hondureños deportados no son delincuentes sino hermanos.
A continuación Proceso Digital reproduce la lectura de este domingo.
Lectura del santo evangelio según san Marcos (7,1-8.14-15.21-23): En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas). Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: «¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?» Él les contestó: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: «Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.» Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.» Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.» |
