Tegucigalpa– El Partido Nacional de Honduras rechazó la pretensión del candidato Salvador Nasralla de anular las elecciones generales, una postura que —según el instituto político— evidencia una alianza política con el expresidente Manuel Zelaya y sectores que buscan desconocer la voluntad expresada por el pueblo hondureño en las urnas el pasado 30 de noviembre.
A través de su vocera oficial y candidata a designada presidencial, María Antonieta Mejía, el Partido Nacional denunció que desde el Congreso Nacional se han impulsado acciones irregulares, entre ellas la juramentación de consejeros suplentes del Consejo Nacional Electoral (CNE) como propietarios, utilizando un recurso de habeas corpus como mecanismo para intentar bloquear a las consejeras Cossette López y Ana Paola Hall e impedir la firma de la declaratoria oficial de elecciones.
El Partido Nacional calificó estas acciones como parte de una crisis fabricada, cuyo objetivo es retrasar y entorpecer el proceso electoral, pese a que los datos disponibles, las actas y la tendencia de los resultados continúan favoreciendo al partido. En ese sentido, se reiteró que el proceso electoral ya fue decidido por los hondureños en las urnas y que corresponde a las instituciones respetar y formalizar esa decisión conforme a la ley.
Asimismo, se cuestionó la exigencia de un conteo voto por voto planteada por Nasralla, señalando que dicha pretensión responde más a una estrategia política que a un verdadero interés por la transparencia del proceso.
El Partido Nacional sostuvo que la Ley Electoral es clara respecto a los mecanismos de revisión y escrutinio, y que cualquier actuación fuera de ese marco constituye una violación al orden democrático.
La institución política reafirmó que el Partido Nacional se mantendrá firme en la defensa de la democracia, la institucionalidad y el respeto al voto ciudadano, advirtiendo que no permitirá que intereses personales o familiares mantengan al país en una incertidumbre innecesaria.
El llamado final fue a preservar la paz, la tranquilidad y el respeto a la voluntad soberana del pueblo hondureño. IR








