Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – Su origen religioso como un convento de la Iglesia Católica, ser la segunda sede de la universidad hondureña, casi durante un siglo, y ahora un bastión de la cultura hondureña en sus diferentes manifestaciones al convertirse en el segundo centro universitario de conservación de arte, este ha sido el recorrido del Paraninfo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), testigo los últimos 375 años de lo que ha ocurrido en el país.
Este histórico inmueble está localizado en el centro de Tegucigalpa, en el parque La Merced, a la par de la iglesia del mismo nombre y de la sede del Congreso Nacional. A pocos pasos se encontraban las antiguas sedes de la Casa Presidencial y el Banco Central de Honduras (BCH).
El Paraninfo Universitario se convirtió en la segunda sede del Centro Cultural y de Arte de la UNAH, convirtiéndose en una alternativa para Tegucigalpa al local que se encuentra en la ciudad de Comayagüela.
A partir del año pasado, el Paraninfo Universitario entró en un proceso de renovación para funcionar como sede en Tegucigalpa del Centro de Cultura y de Arte, y fue habilitado al público general a partir del 4 de abril.

Historia
El edificio de lo que hoy es el Paraninfo de la UNAH fue construido en 1650 por la orden de los Mercedarios en Tegucigalpa con el fin de tener el convento de “La Merced”. Las únicas órdenes religiosas que operaron en los primeros años de la época colonial fueron los mercedarios y los franciscanos.
Para 1857, el entonces rector de la Universidad de Honduras (en la actualidad la UNAH), Hipólito Matute, gestionó el traspaso de la propiedad del convento, propiedad del Estado de Honduras tras su incautación en1829, para que fuese la segunda sede de la Universidad, la primera había sido el convento de San Francisco.



En 1884, nacen las facultades de Jurisprudencia y Ciencias Políticas, Medicina y Cirugía; y de Ciencia como las primeras carreras donde los estudiantes acudían para recibir sus clases en el Paraninfo.
En 1969, ya la entonces Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) decidió mover su principal sede a la recién construida Ciudad Universitaria, trasladando todas las facultades y las actividades administrativas, por lo que tricentenario edificio quedó sin actividad por un gran tiempo hasta que la UNAH lo retomó para restaurarlo y ampliar la oferta cultural en el casco histórico de la capital hondureña.
Colección de principales maestros plásticos
En el Paraninfo Universitario se pueden apreciar distintas obras que forman parte de una colección de grandes artistas exponentes de la cultura hondureñas que son exhibidas para conocer una parte de la historia e identidad del país.
Como parte de su colección, el Paraninfo cuenta con obras de los grandes maestros de la plástica hondureña: Max Euceda, Tersa Fortín, Álvaro Canales, Dante Lazzaroni, Moisés Becerra, Arturo López Rodezno, Allan Caicedo, Dino Mario Fanconi, Ezequiel Padilla Ayestas, la brasileña Sonia Ribeiro (residente en Honduras), y otros.
El Paraninfo Universitario está abierto para el público general de lunes a sábado, desde las 9:00 de la mañana hasta las 3:00 de la tarde, y la entrada es gratis.






Los encargados señalan que la disposición de acceso al público del Paraninfo para los sábados permite visitas de escuelas del interior del país así como la gran afluencia de turistas extranjeros.
Cada semana, el Paraninfo Universitario realiza eventos culturales y aprendizajes como talleres y presentaciones que son publicados en las redes sociales y página web.
El Paraninfo forma parte del paquete cultural que ofrece la UNAH a la comunidad universitaria y público general, como son el Museo de Historia Natural, el Centro de Arte y Cultura de Comayagüela y el Observatorio Astronómico.
Entre las obras destacadas se encuentran retratos de las primeras mujeres estudiantes universitarias de las carreras de Medicina, Ingeniería Civil, y Medicina y Cirugía.
Actualidad
Actualmente, el Paraninfo es la segunda sede del Centro de Cultura y Arte de la UNAH, que ejerce esa función a partir del 4 de abril del presente año.
La sede del Paraninfo Universitario cuenta con una fachada que fue realizada durante el período colonial y constituye una obra de arte propio del arte barroco y neoclásico.


El inmueble consta de nueve salas distribuidas en dos pisos, de las cuales cada una tiene su función: algunas son para uso permanente donde muestra exposiciones que son parte de su colección, y las temporales, que sirven para eventos de organizaciones o celebraciones específicas como fechas o exposiciones de nuevos artistas.
La colección con la que cuenta el Paraninfo Universitario son de autores que trascendieron desde la década de los 50’s del siglo pasado en adelante y que la UNAH los ha adquirido en bienales o mediante donaciones.
Hay una sala especializada en las obras de Ezequiel Padilla Ayestas, conocido como uno de los grandes exponentes de las artes plásticas de Honduras, con una propuesta influenciado por el expresionismo y sus trabajos denotan una clara atracción por la estética del horror y lo monstruoso.

Uno de los encargados del Paraninfo Universitario, Luis Lozano, manifestó a Proceso Digital que también se realizan recorridos guiados a las salas multigráficas que comprende parte de las colecciones que preserva la UNAH y las exposiciones temporales.
Explicó que las exposiciones temporales consisten en las efemérides de personas históricas o festividades, así como para promover artistas emergentes.
Otra tarea poco conocida que el Paraninfo Universitario realiza son los recorridos guiados en el Cementerio General de Tegucigalpa, señalando que es atractivo para los visitantes.


Igualmente, destacó que el Paraninfo realiza distintos talleres para atender tres públicos: los alumnos de centros educativos, estudiantes universitarios y público general.
Lozano reveló que la colección del Paraninfo Universitario es de 520 obras, y que el ingreso promedio mensual de visitas es de mil 800 personas, siendo el sábado el día con mayor afluencia.
Así es el Paraninfo Universitario, un edificio emblemático con 375 años y que forma parte del casco histórico de la capital hondureña ha pasado de ser una sede de un convento religioso a un centro de conservación y exhibición de la cultura, y que tiene una “declaratoria A” de patrimonio nacional emitida por el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH). (PD)









