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Guggenheim Bilbao expone 67 obras de Vieira da Silva centradas en espacio arquitectónico

Bilbao (España) – El Museo Guggenheim Bilbao, en el norte de España, expone 67 obras de la artista francoportuguesa María Helena Vieira da Silva, que con el título ‘Anatomía del espacio’ se centran en su interés por el espacio arquitectónico.

Vieira da Silva (Lisboa 1908-París 1992) desarrolló un lenguaje pictórico propio en el que «desdibujó las fronteras entre paisajes reales e imaginarios» y «cruzó la frontera entre el espacio bidimensional y tridimensional», explicó la comisaria de la muestra, Flavia Frigeri, en la conferencia de prensa de presentación de la misma.

La exposición

La exposición, que se inaugura el próximo jueves y permanecerá en el museo hasta el 22 de febrero, está organizada de forma cronológica en ocho secciones temáticas, que abarcan sus obras clave desde la década de 1930 hasta finales de 1980.

La primera explora la relación con su marido, el pintor húngaro Arpad Szenes, a través de retratos recíprocos, y la segunda profundiza en el estudio-taller donde trabajaba con cuadros como ‘Composition’ (1936), en los que las formas esqueléticas asemejan a «estudios anatómicos del espacio».

Obras de bailarines y jugadores de ajedrez, cuyas bases parecen azulejos de su Portugal natal, componen la tercera sección, mientras que la cuarta y quinta reflejan su exilio a Brasil durante la II Guerra Mundial, con cuadros que reflejan dolor y tensión, como ‘Les Noyes’ (Los ahogados, 1938), y su vuelta a París en 1947 con celebraciones de libertad como ‘Fêtes à Paris’ (Fiestas en París, 1950).

Posteriormente convirtió la ciudad en objeto de estudio visual, con la representación fiel de los lugares supeditada a la captación de la atmósfera como ‘Fête venitienne’ (Fiesta veneciana, 1949), y también pintó exteriores e interiores como ‘Chantier’ (Sitio en obras, 1950) agrupados en el séptimo bloque.

La última sección de la exposición muestra obras de diversas fases de la carrera de la artista unidas por el color blanco y el viaje hacia la abstracción.

Nacida en Lisboa, Vieira da Silva se formó entre esta ciudad y París, donde conoció a su marido.

Frigeri resaltó que la artista «nunca quedó ensombrecida» por su pareja, y expuso con éxito en eventos internacionales como la Bienal de Venecia.

También mantuvo una «conexión muy temprana con la constelación Guggenheim», un apoyo que resultó «muy significativo». La artista mantuvo vínculos tanto con Peggy Guggenheim como con su tío Solomon R. Guggenheim a través de Hilla Rebay, la primera directora del Museum of Non-Objetive Painting, precursor del Guggenheim de Nueva York.

La comisaria relató que la artista «absorbió» influencias del cubismo, de Cézanne, del futurismo o de la pintura del renacimiento, pero nunca formó parte de ningún grupo artístico. También estaba «obsesionada» con la anatomía humana, pese a ser una pintora abstracta.

«Vieira da Silva no socializaba mucho, era individualista y estaba totalmente dedicada a la práctica artística», dijo. EFE

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