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Jóvenes bajo una realidad marcada por la violencia y la muerte

Tegucigalpa –  En Honduras, la violencia se ha convertido en una amenaza constante que acecha a los más jóvenes, particularmente a los estudiantes, quienes enfrentan un entorno hostil que pone en riesgo no solo su educación, sino también sus vidas. En ese contexto, los jóvenes en Honduras se encuentran bajo una realidad marcada por la sangre.

En un país donde las maras, el crimen organizado y la inseguridad estructural dominan amplias zonas urbanas y rurales, los jóvenes se han convertido en víctimas recurrentes de una crisis que parece no tener fin. Según datos estadísticos actuales, entre enero y julio de 2025, al menos 90 menores de edad fueron asesinados, de los cuales 11 eran estudiantes, una cifra que refleja la gravedad de la situación y la vulnerabilidad de este grupo.

En los últimos tres años, Honduras ha sido testigo de una alarmante ola de violencia que ha cobrado la vida de decenas de jóvenes estudiantes, dejando tras de sí familias destrozadas, comunidades en luto y un sistema educativo bajo amenaza.

La inseguridad, la impunidad y la acción de grupos criminales han convertido a los estudiantes, desde primaria hasta universidad, en blanco de una violencia que no discrimina edad ni sueños.

Estudiantes, un blanco de la violencia

En conversación con Proceso Digital, Grecia Moreno, coordinadora del Observatorio de Derechos Humanos de las niñas, niños y adolescentes de Casa Alianza Honduras, señaló que desde enero a julio de 2025 fueron asesinados en Honduras 90 menores de edad, de ellos 11 estudiantes.

Sin embargo, la cifra dicta que desde 2013 a la fecha (julio de 2025) se han registrado 4 mil 423 asesinatos de adolescentes, niños y niñas en Honduras, detalló la defensora de derechos humanos.

La mayoría de estos asesinatos fueron cometidos con arma de fuego, y arma blanca tipo machete, precisó al tiempo que dijo que los departamentos de Cortés y Francisco Morazán concentran los mayores casos de asesinatos de menores de edad.

Más del 90 % de estos casos permanecen en la impunidad, lamentó Moreno.

Enfatizó que Honduras carece de investigación y de instrumentalización de los entes encargados de dar seguimientos a los casos de violencia, por lo que urgió a emplear políticas públicas con un enfoque de derechos humanos.

Acotó que corresponde a todos actuar, y  no solo a las autoridades, para poder frenar la violencia en contra de los menores de edad y poder fomentar una cultura de paz en el país.

Un panorama alarmante

Honduras ostenta una de las tasas de homicidios de jóvenes más altas del mundo. Según la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ, en promedio, los niños que viven en Honduras tienen 10 veces más probabilidades de ser asesinados que un niño que vive en los Estados Unidos, una estadística estremecedora que subraya la magnitud del problema.

Los jóvenes entre 18 y 30 años representan el 36 % de las víctimas de homicidio, y las armas de fuego son el medio predominante, utilizadas en el 75.3% de los casos contra hombres y el 72.3% contra mujeres.

Las principales ciudades de los departamentos de Cortés y Francisco Morazán concentran los mayores casos de violencia contra los menores de edad.

Casos de impacto

El caso reciente de Bryan Josué Núñez Pineda y Luis Eduardo Cardona Miranda, dos estudiantes asesinados en la colonia La Pradera de San Pedro Sula, ha conmocionado a la sociedad hondureña. Un tercer estudiante resultó gravemente herido en el mismo incidente, lo que ha reavivado el debate sobre la ineficacia de medidas como el estado de excepción para garantizar la seguridad de los jóvenes.

Otro caso es el de Wilson Ariel Pérez, un joven asesinado en 2022 en un supuesto enfrentamiento con la Fuerza Anti Maras y Pandillas, ilustra la brutalidad y la falta de políticas públicas con enfoque de derechos humanos. Un informe forense reveló que Wilson no murió en un enfrentamiento, sino que fue víctima de una paliza por parte de sus captores, lo que llevó a organizaciones como Cáritas Honduras a exigir investigaciones independientes.

En junio de 2024 fue asesinado Richard David Ávila Nieto, de 14 años, en el Instituto Jesús Milla Selva de Tegucigalpa, un hecho que aún sigue sin tener respuestas concretas.

Los anteriores solo son algunos casos mediáticos, pero para Grecia Moreno son mucho los casos invisibilizados a causa de una carente cultura de la denuncia y al constante temor que fomentan las pandillas y maras en el país.

Cifras que duelen

Según estadísticas del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), alrededor de 678 niños y adolescentes menores de 18 años perdieron la vida violentamente  entre el 2022 y junio del 2025, de los cuales 78 perdieron la vida en el primer semestre del año en curso.

En ese orden, el Conadeh instó hoy a las autoridades hondureñas a dejar a un lado su papel de simples “espectadores” y adopte medidas preventivas y de protección, en todos los espacios, para hacerle frente a las amenazas  serias que se ciernen sobre la niñez y la adolescencia, uno de los sectores más vulnerables de la violencia generalizada que azota el país.

Cándida Maradiaga, coordinadora de la Defensoría de la Niñez y Familia del Conadeh, declaró que la falta de protección y el acceso a oportunidades educativas son el caldo de cultivo para el reclutamiento forzado de los adolescentes.

Señaló que la muerte violenta de niños y adolescentes es un “tema de interés nacional” que para enfrentarlo se requiere de la participación activa de todos  los sectores de la sociedad hondureña.

La respuesta debe ser multisectorial con la participación de secretarías como la de Seguridad, Educación, Niñez, Adolescencia y Familia, Salud  y todos los que trabajamos en pro de la defensa  de los niños y las niñas en nuestro país, porque estamos ante un “problema grave”  que ha rebasado las capacidades del Estado en los centros educativos y en todos los espacios públicos.

Causas

Las causas que contribuyen a tanta violencia en este grupo etario, no son desconocidas, por el contrario, resultan repetitivas, dijo a Proceso Digital la coordinadora del Observatorio de derechos de las niñas y niños de Casa Alianza Honduras.

Si bien las cifras solo reportan una disminución de cuatro homicidios en promedio respecto a años pasados, las causas y la violencia misma permanecen.

Falta de acceso a la educación, normalización de la violencia, falta de políticas públicas con enfoque de derechos humanos y un abordaje integral resaltan entre las diversas causas que propician la violencia en Honduras, reflexionó.

Mientras Honduras no deje de pensar en este grupo etario (jóvenes) como cifras y tenga un abordaje integral hacia el tema, los resultados seguirán siendo los mismos, zanjó.

Nadie piensa en los menores

De su lado, el presidente del Comité para la Defensa de Derechos Humanos, Hugo Maldonado, reprochó la violencia en contra de los menores de edad en Honduras.

Recordó que varios menores también han muerto en distintas masacres en el país.

Lamentó que no exista una política encaminada a la protección de la niñez en el país.

Nos da tristeza por los miles de niños que caminan en Honduras sin ninguna protección.

Cuestionó qué en Honduras nadie piensa en la protección de los menores de edad. (RO)

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