El año 2024 llegó a su fin y, con él, finalizan todos los malos y los buenos momentos que vivimos. ¿Lo bueno?, Recibimos la llegada de un Año 2025 con todas nuestras esperanzas puestas en que viviremos 12 meses llenos de armonía, salud y, por qué no decirlo, más felices que los anteriores. Un año más hemos hecho balance de nuestras vidas, para darnos cuenta que hemos aprendido de todas aquellas pruebas que se nos han presentado.
Quiero iniciar con esta reflexión: Qué difícil es la sinceridad, el honor y la lealtad a lo largo de nuestra vida. Estamos pendientes de cómo vamos a conseguir lo necesario para sobrevivir. Un gran reto, sobre todo en un mundo tan volátil y repleto de mentiras y trampas disfrazadas de máscaras de nobleza como el que vivimos actualmente.
Pero, ¿profundizamos a conciencia qué significa eso? Sobrevivir significa tener lo básico de alimentación, cuidado médico, techo, relaciones personales que nos alienten, y sobre todo, el respeto para con los demás. Cuidar aquellas personas que nos necesitan, aunque sea en silencio.
¿Qué nadie se da cuenta? Mejor todavía. ¡Dios nos mira, y Él es el único que importa!
Eso es gratificante, y nos trae satisfacción a nuestras vidas y nos lleva a la tranquilidad mental. Pero lo significativo es cómo conseguimos todo eso, ¿con honor, o sin él? Es decir, trabajamos a conciencia, nos esforzamos lo suficiente por darle a nuestra familia lo necesario pero con la frente en alto de haber hecho lo correcto, o simplemente, tomamos lo que no nos corresponde, hacemos cosas indebidas, no nos importa el daño que causemos con nuestras acciones.
Antiguamente, el honor tenía un altísimo significado. Hoy en día, se ha ido perdiendo poco a poco. Pero la buena nueva es que existen aún personas con honor. Son altamente influenciadas por las enseñanzas de sus antepasados, donde valoran la naturaleza humana de comprensión, compasión y desprendimiento hacia los demás. Solamente nos preguntamos a qué grupo pertenecemos. Llevamos nuestra vida en ese rumbo, o nos hemos desviado totalmente de aquellos valores que solamente nosotros sabemos en nuestro interior, si los aplicamos, o somos una farsa pública.
Ciertas personas, diría en número extraordinario, se dan por entero al calor humano y de servicio a los demás. Aún existe la generosidad, tal vez muy desapercibidos, pero saben que tienen su conciencia tranquila por hacer lo correcto. Tal vez jamás se sabrá, pero lo tienen en un libro donde jamás se podrá borrar… En su destino final al rendir cuentas.
Te hace Héroe el simple hecho de regalar una sonrisa, una palabra amable, ser amigo ante cualquier circunstancia, una llamada, una ayuda en silencio.
Decía la madre Teresa de Calcuta: “la caridad es hasta que duela”. ¡No demos lo que nos sobra… démonos completamente por amor y generosidad! Que en este año 2024 podamos desarrollar un plan de armonía personal para contribuir con la sociedad, y así, poder poner en práctica la Sinceridad, el Honor y la Lealtad.