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Menores siguen siendo el principal blanco de bandas criminales en Honduras

Tegucigalpa – Los niños y jóvenes de Honduras siguen siendo las principales víctimas de la gran variedad de formas de violencia que semanifiestan en este país centroamericano, donde los tentáculos del crimen organizado han corroído enormes estructuras sociales.

En agosto serepor lamuerteviolenta de280 personas,loquerepresentaunacifra denueve muertesviolentasdiarias, de las cuales 84 eran menores de 23 años.

– Los departamentos de Cortés y Francisco Morazán, son los que registran el mayor índice de violencia contra de los menores, según el informe mensual de Casa Alianza.

Esta semana ocurrió un hecho violento que ha consternado al país y particularmente a la población de la norteña San Pedro Sula, donde un menor de 11 años fue torturado, asfixiado y tirado en un potero en la colonia Fesitranh de la norteña ciudad. Las primeras versiones establecen que habría sido asesinado por el robo de un aparato celular.

Muertes violentas de menores se registran con frecuencia  en  este país, en donde el crimen organizado toca las puertas de los diferentes centros educativos para incorporar a los pequeños en sus filas y mandarlos a cometer todo tipo de actos ilícitos, según reveló el portavoz de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) en Tegucigalpa, mayor Santos Nolasco.

Informó que se están realizando investigaciones y análisis ya que se tienen denuncias que menores de centros educativos podrían estar siendo reclutados para operar en bandas criminales.

Como mecanismo profiláctico, dijo el vocero de Fusina, se están impartiendo charlas en los diferentes centros educativos para que los menores vayan concientizándose que al integrar una pandilla o una organización criminal sólo les traerá problemas en sus vidas.

El militar señaló que en cada operación que Fusina lleva a cabo a nivel nacional se observa la captura de menores de edad.

Nolasco también hizo un llamado de atención a los padres de familia para que estén más pendientes de sus hijos.

Agregó que las ciudades en las que más menores se capturan son Tegucigalpa, San Pedro Sula y La Ceiba.

Emergencia real

El director nacional de la organización no gubernamental Casa Alianza, José Guadalupe Rúelas, señaló en el informe mensual del agosto presentado en las últimas horas que las ejecuciones, castigos crueles y humillantes, malostratos, la negligencia, el abandono, abuso sexual y otras formas de violencia conspiran a diario contra la integridad física y emocional de ese segmento de la población.

Las esperanzas y expectativas de los niños y jóvenes exigen que el gobierno, como garante de sus derechos, actué, respecto a ese segmento de la población, indicó.

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Agregó que no sólo los gobiernos, sino también los adultos, las familias y la sociedad en su conjunto deben darse cuenta y aceptar el mensaje que durante mucho se ha venido repitiendo: “que ninguna forma de violencia en contra de los niños y jóvenes es justificable, todas las formas de violencia son prevenibles y toda forma de violencia contra estos seres humanos se constituye en una violación de sus derechos, al respeto por su dignidad humana e integridad física”.

A criterio de Ruelas, la violencia en contra de la niñez y la juventud es una emergencia real, aunque no es una emergencia nueva, ya que durante muchas décadas, los niños y jóvenes han sufrido violencia de parte de los adultos, de las instituciones y de la sociedad en general.

84 menores de 23 años murieron en agosto

Según el último reporte de Casa Alianza, en agosto pasado se reportó la muerte en forma violenta de 280 personas, lo que representa una cifra de nueve muertes violentas diarias.

Según el reporte de la organización, del total de las muertes, 247 fueron del sexo masculino y 32 del sexo femenino, en uno de los casos no se determinó el sexo de la persona. Mientras que 147 casos corresponden a niños y jóvenes menores de 30 años, representando el 52 por ciento de las víctimas, 84 de ellos son menores de 23 años. Los casos reportados están comprendidos en edades de entre los dos y 68 años.

La mayor parte de las muertes violentas durante agosto fueron ejecutadas con arma de fuego, en el 81 por ciento de los casos, luego las provocadas por heridas de arma blanca, con el seis por ciento, no determinadas seis por ciento y las provocadas por asfixia otro seis por ciento.

En lo que respecta a las edades, entre los 0 y 17 años, se reportó un total de 18 víctimas y entre los 18 y 23 años, 66 muertes.

Para el grupo de edad entre los 0 y 17 años, las víctimas de sexo masculino fueron 16 y las de sexo femenino dos. En las edades entre 18 y 23 años, las muertes de sexo masculino fueron 58 y de sexo femenino, se registraron un total de ocho casos.

Si se compara el registro de muertes de julio (87 casos), con las de agosto (84 casos), se constata que hay una leve disminución de tres casos. Las muertes violentas de menores de 17 años se redujeron en ocho, mientras que las muertes de jóvenes entre los 18 y los 23 años aumentaron en cinco casos con respecto al mes anterior.

Cortés y Francisco Morazán los más violentos

Los departamentos del país en los que se registró un mayor número de muertes violentas de menores de 23 años son Cortés con 36 casos y Francisco Morazán con 30 casos, concentrando entre los dos departamentos el 80 por ciento a nivel nacional.

Los municipios que presentan la mayor cantidad de casos de muertes violentas de menores de 23 años son el Distrito Central con 30 casos, seguido por San Pedro Sula con 24 casos.

Las muertes violentas de menores de 23 años por departamento de incidencia en agosto de 2014, se registraron de la siguiente manera: Cortés 36; Francisco Morazán 30; Atlántida seis casos; Comayagua cinco; Colón, Santa Bárbara y Yoro con dos; Intibucá y Olancho con uno, para hacer un total de 84 muertes violentas a menores.

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Causas de muerte y arma utilizadas

De los 84 casos registrados en agosto, la principal causa de muerte es la provocada por heridas de bala (arma de fuego) con el 79 por ciento de los casos, luego las muertes por arma blanca, con seis por ciento y las muertes provocadas por asfixia, con el cinco por ciento, refleja el estudio de Casa Alianza.

Es importante resaltar que se evidencia un incremento de casos en los cuales se encuentran los cuerpos con señales de tortura previa a la ejecución, introducidos dentro de sacos, bolsas plásticas, amarrados con sogas o envueltos en sábanas y las víctimas son estranguladas hasta la muerte.

Durante agosto también se presentaron casos de muertes en grupo, donde dos o más jóvenes fueron asesinados, ya sea que hayan sido privados de su libertad y llevados a zonas retiradas de la ciudad o en las calles de los barrios y colonias, en canchas de fútbol e incluso dentro de sus propias casas.

Presuntos responsables

Según la información recopilada durante agosto, en el 85 por ciento de los casos se desconoce la identidad del responsable de las muertes.

Solamente en un seis por ciento de los casos se ha identificado a los supuestos responsables. Según información proporcionada por testigos y familiares en las respectivas escenas del crimen, un significativo porcentaje se ligan a miembros de las maras o pandillas.

El informe señala que existe la percepción en la ciudadanía que la policía de investigación solamente recaba algunas evidencias y colabora en el levantamiento del cuerpo que luego es entregado a sus familiares si éstos lo reclaman, mientras que la muerte del niño o la niña solamente representa un expediente más en los archivos judiciales.

Muertes violentas en los últimos 16 años en Honduras

Casa Alianza Honduras lleva un registro de las muertes violentas desde 1998. Esos registros se han clasificado según las diferentes administraciones de gobierno que se han sucedido desde entonces. El propósito es reflejar la evolución de la problemática del derecho a la vida de los niños y jóvenes en el país en el transcurso del tiempo.

Durante los últimos 16 años, particularmente entre febrero de 1998 a agosto de 2014 se han registrado en el país nueve mil 725 casos muertes violentas de niños, niñas y jóvenes menores de 23 años.

Este registro se basa solamente en los datos obtenidos mediante el monitoreo de los medios de comunicación escrita del país, por lo que la cifra puede por debajo de todos los casos que realmente han sucedido.

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