Tegucigalpa – La lucha contra la corrupción y la impunidad en Honduras poco a poco va conformando una especie de «triángulo anticorrupción» encabezado por el Ministerio Público, la MACCIH y la vigilancia internacional, en especial Estados Unidos, cuyos mensajes son cada vez más directos en cuanto a la necesidad de transparencia y rendición de cuentas como mecanismos para incentivar la inversión y la seguridad jurídica y ciudadana.
Este triángulo anticorrupción parece entrar a una etapa decisiva en una nueva fase de lucha, que será complementada con las acciones que desde la ciudadanía han venido realizando instancias civiles como la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ) y el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), entre otras.
En ese cartabón tiene un papel esencial el Ministerio Público y su Unidad Fiscal Especial Contra la Impunidad y la Corrupción (UFECIC), que junto a la MACCIH han entablado de momento en los tribunales de justicia cuatro grandes casos de corrupción: Red de Diputados, Pacto de Impunidad, Caja Chica de la Dama y Pandora, todos ellos ligados a la clase política hondureña representada una, en el Parlamento, y la otra, en la administración pública.
A esos casos se suman otros también desenredados por el Ministerio Público, que son de gran significado, como el del megafraude contra el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) y un abanico de casos que tienen en ver con narcotráfico y cuyas ramificaciones han tocado estructuras del Estado y por ende han derivado en corrupción y otros delitos que involucran al poder público, tal como ocurrió con Los Cachiros.
Otros casos, incluso los vinculados con quienes se arropan en el acuerdo de Cartagena, suscrito para blindar a los involucrados en delitos de orden político durante la crisis institucional de 2009, no debe usarse para proteger a corruptos, cuya impunidad podría estar por llegar a su fin.
Todo apunta a nuevas fases en la lucha contra la impunidad y son dos designaciones las que pueden avizorar la víspera. La primera es la llegada del nuevo vocero de la MACCIH, el brasileño Luis Guimarães, quien ya se encuentra en el país para asumir sus nuevas funciones, destacando su compromiso contra la corrupción y la impunidad. Las expectativas sobre su llegada son enormes entre la ciudadanía y las élites políticas en cuestión.
Un vocero y un embajador
El otro es la nominación de quien sería el nuevo embajador de Estados Unidos en Honduras, Francisco Palmieri, un destacado diplomático de carrera quien ya estuvo en Honduras y conoce al dedillo la idiosincrasia de los hondureños, solo que ahora regresa, no como consejero político, sino en su calidad de embajador.
Palmieri viene a continuar el trabajo trazado por los Estados Unidos a través de sus últimos embajadores Lisa Kubiske y James Nealon, además de las acciones hechas por la encargada de negocios, Heide Fulton, quien ostenta la representación interina de esa sede diplomática, luego que el embajador Nealon culminara su período en Tegucigalpa.
En ese contexto y en uno de los últimos actos protocolarios relacionados con su función diplomática, Heide Fulton, resaltó tres cosas: que la lucha contra la corrupción y la impunidad sigue siendo prioritaria para Washington, que vendrán tiempos complicados pero Estados Unidos estará solidario con los hondureños y que no puede haber inversión sin seguridad jurídica, ciudadana y sin un ambiente de mayor transparencia de frente al combate de la corrupción.
“Los Estados Unidos continuará abogando por el progreso en la lucha contra la corrupción, y debemos estar vigilantes para asegurarnos que sigamos adelante en esta tarea”, dijo Fulton.
“Un ambiente económico más seguro no es posible sin esfuerzos en la lucha contra la corrupción que permitan iguales oportunidades y que combatan la impunidad en todos los niveles”, acotó.
Binomio MP- MACCIH
La representante diplomática dijo que la democracia es un trabajo arduo, que puede ser complicado y “requiere la discusión de temas difíciles y hacer concesiones, pero todo ello se hace para lograr consensos y seguir hacia adelante. En el futuro, habrá retos complejos en Honduras, y los Estados Unidos estará listo para apoyar las soluciones hondureñas a esos problemas. Y junto con nuestros socios hondureños, continuaremos trabajando de la mano para alcanzar nuestras metas comunes”.
Fulton destacó así el papel de la UFECIC bajo el liderazgo del fiscal Óscar Chinchilla, cuya reelección saludó nuevamente y le exhortó a continuar obteniendo logros y avances en el Ministerio Público en esta nueva etapa.
Etapa que contará con el apoyo de la MACCIH cuyo nuevo y fuerte vocero, Luiz Guimarães, como lo catalogó Heide Fulton, viene a terminar de impulsar los casos judicializados, escoger otros de alto impacto y dar las batallas legales en los tribunales que se puedan venir a la Misión.
La alianza entre la MACCIH y el Ministerio Público deberá escalar otro nivel, máxime tras el fallo de la Sala Constitucional del Poder Judicial, que por un lado afirma que la Misión es legal y constitucional, y de otro, indica que la UFECIC no lo es tanto, busca poner límite, así como visualizar al futuro el papel de la Misión como un ente que recomienda y aconseja.
Tanto la Misión como el propio Ministerio Público han dejado claro que seguirán trabajando como hasta ahora, y en el caso de la UFECIC un dictamen de la Fiscalía General señala que, si la MACCIH es constitucional y legal, la UFECIC por ende lo es también pues su creación se desprende del convenio que dio vida a la Misión. “Si el árbol se encuentra sano y robusto (convenio MACCIH) es constitucional, el fruto del mismo (Mecanismo de Cooperación OEA-MACCIH-MP) no puede estar envenenado”.
El binomio MP-MACCIH, más el apoyo decidido de Washington de empujar y ahondar aún más los esfuerzos anticorrupción, parecen una señal inequívoca que un potente triángulo contra la impunidad y la lucha anticorrupción se ha afincado en Honduras.
En sus primeras y escuetas declaraciones, Guimarães ha dicho que su compromiso es la lucha contra la impunidad y los corruptos; su trayectoria le respalda en este aspecto, y, para ahondar en sus pesquisas tendrá como mano derecha a la que fuera la vocera interina, Ana María Calderón, una fiscal de carrera que ya conoce cómo opera y funciona la legislación hondureña.