Tegucigalpa – Un reencuentro agridulce protagonizaron en la ciudad de San Pedro Sula la madre hondureña Adalicia Montecino y su hijo Johan Bueso Montecinos de apenas un año de edad quien no reconoció a sus padres tras cinco meses separados por la “tolerancia cero” de Estados Unido hacia la inmigración irregular.
– Honduras elevó esta semana a 600 los núcleos familiares y a 459 los menores separados de sus padres bajo el programa “tolerancia cero”.
Johan es un bebé hondureño de solo quince meses de edad que, por culpa del programa tolerancia cero que se promueve desde la Casa Blanca, ha pasado los últimos cinco meses -un tercio de su corta vida- separado de sus padres.
En las últimas horas fue deportado y el anhelado reencuentro con sus padres se tornó en llanto del infante por abrazar a personas casi desconocidas para él, algo que seguramente ningún padre quisiera experimentar.
En ese orden, Adalicia Montecinos, señaló que su hijo había «sufrido todo lo que ellos habían estado sufriendo» después de pasar cinco meses en un refugio en Arizona, en la frontera de Texas, separado de su padre, que fue deportado. «Yo decía, Johan, Johan y él empezó a llorar», contó su madre respecto al momento en que volvió a ver a su hijo.
Sin embargo, Johan se entusiasmó rápido de nuevo con sus padres, riéndose mientras recibía besos fuera del centro donde tramitaron su documentación antes de volver a casa.
Pese a la alegría que expresó por volver a ver a Johan, Montecinos recordó que durante cinco meses tuvo que ver a su hijo crecer a través de una cámara de vídeo. «Nunca veré a mi hijo caminar por primera vez o celebrar su primer cumpleaños. Eso es lo que perdí, esos recuerdos que toda mamá aprecia y que les cuenta a sus hijos años después «, apostilló.
Por su parte, el padre del bebé, Rolando Antonio Bueso Castillo, de 37 años, confesó que nunca creyó que «podrían ser tan crueles». Bueso decidió emigrar a EEUU en busca de una vida mejor, para que sus hijos no sufrieran la misma pobreza que él.
Reencontrarse con un hijo luego de haber estado separados durante meses debido al programa tolerancia cero que impulsa el presidente estadounidense Donald Trump, debería ser un momento de felicidad plena, pero no siempre es el caso.
Ahora que los anhelados reencuentros han comenzado, los padres comienzan a notar las profundas heridas del trauma que han atravesado sus pequeños.
El no reconocerlos es solo una de varias secuelas que deben de vivir cientos de padres hondureños separados de sus hijos bajo esta normativa estadounidense que se aplica tras cruzar la frontera sur de este país.
Cabe señalar que el gobierno de Honduras a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional elevó esta semana a 600 los núcleos familiares y a 459 los menores separados de sus padres bajo dicho programa.
Por su parte, el gobierno estadounidense informó hoy que ha reunificado a 450 niños entre 5 y 17 años de edad que fueron separados de sus padres en la frontera. Un juez determinó conceder hasta el 26 de julio para reunir a un total de 2 mil 500 menores.
Durante una audiencia en una corte federal de San Diego (California), donde se sigue una demanda entablada contra la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, abogados del Gobierno señalaron que de un total de 2 mil 551 niños identificados en esa franja de edad solo son elegibles para la reunificación mil 606 niños.
Hasta la fecha, el gobierno ha devuelto a sus padres a 450 menores en esa franja de edad, cuando falta menos de una semana de que venza el plazo, un proceso que ha sido visto por el juez federal Dana Sabraw como un «gran progreso» al menos entre los menores elegibles.
El juez, que en anteriores sesiones había sido duro y enfático con los abogados del Departamento de Justicia, manifestó incluso que ve un panorama «prometedor» para que se realice el total de reunificaciones en tiempo y de manera segura para los menores.
No obstante, el pasado martes se cumplió la primera parte del plazo dado por el magistrado al Gobierno para reunificar a las familias de los niños más pequeños.
El gobierno debía entregar a 103 menores de 5 años, aunque finalmente esa cifra quedó reducida a poco menos de 60 debido, según el Ejecutivo, a medidas de seguridad con los niños, entre otros motivos.