Tegucigalpa – La depuración en la Policía hondureña ha tenido que enfrentar múltiples valladares. Las máximas autoridades de la Dirección de Investigación y Evaluación de la Carrera Policial (DIECP) dicen que se han sentido solas en determinados momentos para impulsar esta transformación que demanda la mayoría de la sociedad.
– Villanueva criticó que la aplicación del polígrafo no se aplica a jueces, magistrados y fiscales de la misma forma que a los policías.
El titular de la DIECP, Eduardo Villanueva, en entrevista con Proceso Digital aseguró que trabajan fuertemente en el fortalecimiento de la Policía Nacional, solamente este año se incorporarán tres mil 400 agentes nuevos al cuerpo del orden.
“Ya 800 (nuevos policías) están terminando de formarse en los centros de capacitación policial, porque la Policía Nacional requiere recurso humano calificado, ahora los nuevos miembros que se están formando en la concepción de Policía Comunitaria son egresados de educación segundaria todos, es la DIECP la que certifica que son idóneos para integrarse a la Carrera Policial”, reveló Villanueva.
Explicó que para graduar a estos tres mil 400 policías serán evaluados más de cinco mil aspirantes que deberán clausurar una preparación de once meses y egresarán como agentes policiales orientados en Policía Comunitaria.
La DIECP, creada en noviembre de 2011, goza de un presupuesto anual de 49 millones de lempiras y tiene 112 empleados en funciones, de los que algunos son miembros de la Policía Nacional debidamente certificados y que realizan tareas investigativas e institucionales.
La institución policial hace esfuerzos para abrir la oficina regional noroccidental, aunque existe una pequeña sede en El Progreso, Yoro.
Con la calma que lo caracteriza, Eduardo Villanueva escuchó las interrogantes de Proceso Digital y sin ambages las contestó.
Proceso Digital: ¿En qué quedó el decreto que le daba el tiro de gracia a la DIECP?
Eduardo Villanueva: Nunca existió un decreto que desaparecía la DIECP, algunas personas se confundieron sobre ese tema cuando se emitió la ley que creó la Ley de Superintendencia Nacional de Pruebas de Confianza. Esta entidad no ha funcionado desde su creación el año pasado, sin embargo no ha tenido funcionamiento y no ha entrado en vigencia.
La que sí desapareció fue la Comisión de Reforma a la Seguridad Pública (CRSP) porque el Congreso Nacional estimó que había cumplido con las funciones para las que fue creada, ya que era un órgano con vigencia temporal.
La DIECP es un cuerpo de carácter permanente, desconcentrado de la Secretaría de Seguridad y tenemos independencia funcional, operativa, presupuestaria y administrativa, no sujeta a las jerarquías ni mandos policiales.
PD: ¿Qué tan desgastantes han sido estos años al frente de la DIECP, ha recibido amenazas de algún tipo?
EV: No he recibido amenazas, excepto en alguna oportunidad que un alto oficial que expresó que actividades como las que nosotros desempeñábamos traían consecuencias. Pienso que se refirió a consecuencias de tipo legal en tanto que me acusaron en los tribunales de la República de cometer algunos delitos en el desempeño de mi trabajo, porque circularon algunos nombres de personas y eso no lo hice yo ni nadie de la DIECP, si no que se trató de pesquisa periodística que afectó la imagen y el honor de policía mencionados.
Personalmente he sufrido la crítica de sectores sociales que con criterio vengativo arremetieron contra la Policía Nacional porque siempre expresé que el derecho al honor, el derecho a la imagen, al debido proceso y al principio de legalidad, son cosas fundamentales para que la depuración pueda ser un proceso efectivo y respetuoso de la legalidad.
Llama la atención que la DIECP ha practicado pruebas de confianza a ministros de Seguridad, así como a jefes de la cúpula policial, ¿nunca reprueban estos instrumentos a estos funcionarios?
Hemos practicado los mecanismos de evaluación de confianza que usted menciona, pero hay que recordar que son instrumentos para acreditar confiabilidad, no los utilizamos como mecanismos para investigar culpabilidad de delitos porque pruebas como el polígrafo no se pueden utilizar para investigar estos extremos, sí para determinar confiabilidad o no de una persona para tipificar su idoneidad en el cargo.
PD: Es decir que sólo es un requisito más de estos altos cargos, pero su resultado no determina si la persona está apta para el puesto.
EV: Con los policías, y me refiero a todos los miembros de la carrera policial, no tiene equidad con respecto a otras leyes que rigen a los jueces y a los fiscales. Para jueces y fiscales la aplicación del polígrafo no es causal de separación de las instituciones a las que pertenecen, en cambio para policías cuando lo que estamos haciendo es un proceso de evaluación para realizar depuración sí es causal de separación.
En ese sentido, hemos sostenido que la ley debe ser equitativa para todos. En la Policía Nacional cuando hacemos un proceso para depurar como lo hicimos en la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) y como lo hemos practicado en otros casos especiales, hemos utilizado ese instrumento con el propósito de eso (depurar) y se han emitido las resoluciones correspondientes que en nuestro caso se llaman dictámenes técnicos, aquí se determina si una persona es idónea o no para el ejercicio de su cargo o función policial.
PD: ¿Cómo avanza la depuración, lenta, rápida o a paso firme?
EV: Quisiera primero decirle que en la DIECP nos hemos sentido relativamente solos en este esfuerzo en algún momento de los últimos años. Primero, nos tocó una crítica permanente en contra de la DIECP porque se pensó que era un instrumento de venganza que no iba a ser respetuoso de la legalidad y que iba a cortar la cabeza de los policías sin cumplir los procedimientos del debido proceso.
Algunos políticos y críticos de nuestro trabajo concibieron una depuración a su gusto, algo así como en la mitología griega del ‘lecho de Procusto’ en el que había una cama de hierro en la que se acostaba a una persona y el que no cabía se le cortaba los miembros que quedaban fuera.
Los críticos siempre quisieron una depuración a su gusto, pero la depuración no se puede hacer a gusto de una persona o sector, ya sea con criterios progresista o conservadores, la depuración debe ser un proceso continuo, permanente, selectivo en el que se califica el desempeño y la calidad que las personas mantienen en su oficio y eso es lo que hemos hecho.
Los críticos permanentemente pensaron que aquí teníamos un discurso contemporizador con la Policía, pero no es así porque no somos complacientes ni amigos de los policías que les vamos a tolerar la comisión de delitos. Es un discurso respetuoso de la legalidad y respetuoso de los derechos humanos de los agentes.
Podemos decir que en el transcurso de este año debe quedar concluida la evaluación de confiabilidad de todos los policías de Honduras (arriba de los 12 mil) incluyendo el personal auxiliar.
PD: ¿Por qué cuando la Policía captura a un sospechoso de cometer un ilícito es presentado ante los medios de comunicación, pero no pasa lo mismo con elementos de la Carrera Policial que la misma DIECP ha señalado por corrupción?
EV: Es una práctica que tiene que ver de repente con la presión que la Policía se ve sometida para presentar resultados de sus operaciones, sin embargo es algo que tiene restricciones en las leyes del país.
PD: Cuando un agente sale de la Carrera Policial por corrupción u otro ilícito, ¿qué seguimiento les da la DIECP?
EV: En la DIECP tenemos concebida una estructura de inteligencia y contrainteligencia que es un mecanismo que nos permite, con apoyo de la Policía Nacional, saber dónde están, a qué se dedican y darle seguimiento a los ex miembros de la Carrera Policial que han salido de la institución por una u otra circunstancia. Ese trabajo está en proceso de consolidación y para mí es fundamental que en la estructura de la DIECP se consolide de manera efectiva.
PD: Los críticos dicen que a usted nadie le saca carrera por su apariencia y talante y que urge acelerar el paso de la depuración ¿Qué les tiene que decir?
EV: En el transcurso de este año la DIECP debe concluir el proceso de certificación de la Policía Nacional, pero la depuración para que tenga la efectividad que los críticos consideran debe de tener una interinstitucionalidad; el Ministerio Público debe radicar las acciones penales, la Secretaría de Seguridad debe realizar las separaciones de policías y el Tribunal Superior de Cuentas debe continuar las investigaciones de los delitos y remitirlos a la Fiscalía.
Evidentemente aquí tenemos absoluta claridad en que las cosas deben hacerse siguiendo estrictamente los procesos legales, es más cuando estuvo vigente la ley especial para la depuración de la Policía que duró seis meses, nosotros emitimos 230 resoluciones para que se separaran a otros tantos policías en ese período, sin embargo no es la DIECP que separa los policías, no es la DIECP la que asciende a los policías, no es la DIECP la que cancela miembros de la institución… somos un órgano técnico que lo que hace es proporcionar los instrumentos correspondientes a los niveles que toman las determinaciones.
PD: ¿Han sido congruentes las acciones de la DIECP con las de la Secretaría de Seguridad?
EV: Sí lo ha sido, recuerde que la Secretaría de Seguridad ha retirado más de mil miembros de la Carrera Policial por razones derivadas de la depuración.
PD: ¿Cómo es posible que asciendan oficiales de Policía que tienen pendientes resoluciones en los tribunales de la República?
EV: En el caso específico de algún oficial que ha sido denunciado por esos hechos y que ha tenido la promoción ordenada por el Congreso Nacional a propuesta del Presidente de la República, a través del secretario de Estado en los despachos de Seguridad, ese hombre fue absuelto por los tribunales de la República de responsabilidad penal en la comisión de los ilícitos por los que se le siguió proceso y aquí tuvimos a la vista esa sentencia, sin embargo quiero establecer que nosotros no aprobamos los ascensos.
Uno debe tener en cuenta que un conjunto de cosas están determinadas por la confiabilidad que el Presidente de la República tiene con respecto a los que nos desempeñamos en estos cargos.