Tegucigalpa – La reciente extradición desde Costa Rica del capo Wilter Neptaly Blanco Ruiz hacia Estados Unidos, abre otro capítulo en la lucha contra la narcoactividad y el crimen organizado puesto que se trata de un narcotraficante con amplios tentáculos y ramificaciones en la región, además de ser la cabeza de un imperio del crimen.
– Dos capos hondureños esperan en Guatemala ser llevados a EEUU.
Su traslado a La Florida, EEUU, desde Costa Rica, genera expectativa en Honduras ya que sus lazos con el poder mafioso, económico y político podrían forjar el destape los lazos que fortalecieron su imperio criminal y le ayudaron a actuar impunemente por largos años.
Por ello, la extradición de este hombre, perteneciente a la etnia misquita, es una especie de dolor de cabeza para quienes en algún episodio o en muchos de su vida delictuosa, se aliaron con él para permitir el paso de toneladas de droga por este país centroamericano.
A la extradición de Blanco Ruiz se le agregan 18 hondureños, la mayoría de ellos extraditados, que enfrentan juicios en los Estados Unidos por tráfico de cocaína, lavado de dinero y otros delitos asociados.
Investigaciones periodísticas y declaraciones de otros capos como Devis Leonel Rivera Maradiaga, cabecilla del poderoso cartel de los Cachiros, brindada recientemente en una corte federal de Nueva York, donde sirvió de testigo en un juicio contra Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo, que Wilter Blanco fue, junto a otros jefes de la mafia, uno de los que planificó y ordenó el asesinato del zar antidrogas, jefe de la lucha contra el narcotráfico, Julián Arístides González, a finales de 2009.
Blanco Ruiz fue extraditado, el miércoles de esta semana, desde Costa Rica hacia EEUU. El capo hondureño es considerado el líder del Cartel del Atlántico, responsable del trasiego de cientos de toneladas de drogas.
Con una fortuna estimada en 300 millones de dólares, Wilter Neptalí Blanco Ruiz, es vinculado por la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) de Honduras, con varios homicidios y el pago de sobornos a policías y políticos.
Desde aquel 22 de noviembre hasta el 15 de marzo de este 2017, es decir 114 días, se consumó la extradición de Blanco.
También es importante mencionar que en Guatemala otros dos capos hondureños esperan turno para ser entregados a la justicia, tras ser detenidos por fuerzas del orden hace unas semanas.
Se trata de Víctor Hugo Díaz Morales, alias “El Rojo”, y Willian Reynieri Medina Escobar, uno ligado al extraditado “Don H” y el otro a Los Cachiros. Ambos también son solicitados por EEUU y se prevé “soltarán” importante información de sus socios y personajes involucrados con ellos.
Vida de placeres de Blanco
El jefe del Cartel del Atlántico, Wilter Blanco, fue detenido en noviembre de 2016 en Costa Rica, tras huir de un cerco de seguridad que le tendieron en Honduras, pese a que trascendió pagó a autoridades las oportunidades que fue detenido en retenes.
De acuerdo a investigaciones de inteligencia, Blanco Ruiz fue localizado por el exceso de placeres que gozaba. Disfrutaba de la compañía de una atractiva joven costarricense, así como del consumo de exquisitas comidas y bebidas, hechos que lo delataron ante las autoridades costarricenses.
Fue aprehendido tras un desliz de su seguridad cuando salió al parqueo de un hostal en Ciudad Cariari, en Belén, Costa Rica.
Vestía sandalias, pantaloneta y una camiseta muy sencilla. No ofreció resistencia ni tampoco sus dos guardaespaldas, ambos extranjeros, que estaban dentro del sitio de hospedaje.
Cálculo
De acuerdo a la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos, los nuevos extraditados que lleguen a EEUU y que testifiquen ante un juez harán sus cálculos para no “quemar” toda la estructura del narcotráfico.
“No quiero hacer planteamientos especulativos, no procede que los haga, pero sería de estarse esperando que puedan surgir otros nombres, para el caso hasta ahora estamos teniendo el cartel que ha estado funcionando en la zona nororiente, parte de Colón, pero también hay personas que estaban en el occidente de Honduras”, señaló.
La socióloga y experta en temas de seguridad adicionó que “estas personas van a ir poniendo los nombres que ellas consideren que sus penas se las van a reducir, obviamente ellos van a hacer sus cálculos, no van a pelearse con toda la clase, ni van a pelearse con todo el sector empresarial, van a estar dirigiendo sus señalamientos a los sectores que estén pensando de mayor riesgo. Ellos son estrategas y estratégicamente no es inteligente pelearse con todos”, explicó.
Castellanos arguyó que tanto los extraditados como los que se han entregado están viendo reducir sus penas, y la información o lo que les pueda servir para su propósito, la van a utilizar.
“Esto será una situación donde, a mi criterio, van a verse involucradas o señaladas personas de diferentes sectores, no solamente políticos, ojalá que no, pero el crimen organizado no puede funcionar si no es con personas que le lavan activos, por ahí se pueden ver empresarios que se miren comprometidos, políticos también, porque el crimen ocupa que el poder lo apoye para poder funcionar”, desglosó la académica.
Señalamientos tenebrosos
De su lado, Arabesca Sánchez, mencionó que tras la declaración del Cachiro Devis Leonel Rivera Maradiaga, en la que mencionó a personajes de la vida política que se aliaron con capos de la droga para llevar a cabo sus operaciones ilegales, muchos en el país “han perdido el sueño.
“Muchos han perdido el sueño, revisando las 84 páginas del testimonio del exjefe cachiro, de verdad que a cualquiera deja helado”, mencionó la experta en temas de seguridad.
Aseveró que la mención de exfuncionarios, diputados, alcaldes, y policías con nombres y apellidos, es algo tenebroso que debe llamar a la reflexión.
Por lo anterior -concluyó- se avecinan fuertes procesos de extradición de nuevas figuras hondureñas que no habían asomado en estos procesos judiciales.
En medio de ese entorno, el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ha reafirmado públicamente su voluntad de mantener firme su lucha contra el crimen organizado y como señaló explícitamente en una de sus redes sociales, extraditarlos o enviarlos a “El Pozo”, refiriéndose a una cárcel de máxima seguridad que ha puesto a funcionar en el occidente hondureño para colocar en ella a los peores y más peligrosos criminales.