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Wendy, la vendedora que lucha en medio de la desesperanza en los políticos

Tegucigalpa (Proceso Digital /Por Alejandro García) – Wendy Johana Hernández es una capitalina que se dedica a la venta ambulante de comida y que afirma que está cansada de la clase política señalando que solo buscan el “beneficio para ellos”.

 “Yo no creo en la política, la mayoría solo buscan beneficios para ellos y para el pueblo nada”, dijo en una conversación con Proceso Digital.

Wendy Johana Hernández es una ciudadana de 42 años, madre de tres hijos, dos mayores y una niña. Ella se gana la vida desempeñando varios menesteres, en una de sus ocupaciones, trabaja los martes y jueves atiendo un negocio ambulante de carritos de hot dogs en la esquina de un reconocido centro comercial en el bulevar Morazán en la capital hondureña.

Esta mujer trabaja de las 4:00 de la tarde hasta la medianoche para ofrecer hot dogs con precio de 30 a 35 lempiras con la esperanza de lograr un sustento que pueda llevar a su vivienda en la colonia Nueva Suyapa.

En este puesto rara vez se habla de política ya que los clientes, algunos que se paran a pedir desde su vehículo y otros que rodean el negocio a donde llegan caminando, apenas esperan que se le prepare su perro caliente, y una vez entregado el producto, se van a su destino.

Esta es parte de la rutina que lleva Wendy Johana Hernández por 10 años, desde que el propietario del carrito de hot dog le asignó este puesto, en la que ha experimentado días buenos y malos en venta.

Wendy Johana Hernández lleva vendiendo hot dogs por 10 años en el bulevar Morazán

Pero los quehaceres de Wendy Johana también incluyen su actividad de lunes, miércoles y viernes cuando atiende otro negocio donde vende tajadas de plátano, en las cercanías del campo de la Asociación de Ganaderos y Agricultores (Agafam), allí sus jornadas laborales son similares.

“Con estos trabajos pudo sacar adelante a mis tres hijos, una de 20 años que es bachiller en ciencias y está desempleada, su muchacho de 24 años que es discapacitado y su pequeña hija de 12 que está en el sexto grado de la primaria.

Para ella los días más difíciles en ambos puestos son cuando llueve en la capital hondureña señalando que la gente no quiere salir a mojarse, por lo tanto, las ventas son bajas.

Las ventas en los dos puestos son modestas y su salario semanal es raquítico, muy por debajo del mínimo aprobado. Su precariedad es visible. Ella vive en la Nueva Suyapa, una zona difícil de Tegucigalpa, en un país donde las cifras oficiales indican que la pobreza ha bajado en los últimos dos años 11. 8 puntos en una cifra envidiable aun para los países más desarrollados del mundo.  

Esta vendedora, de carácter tímido, destacó que con estos negocios ha podido sacar adelante a su familia, logró que su hija mayor finalizara sus estudios en un centro educativo medio, ha lidiado con el problema de su hijo y la menor está en la escuela.

Wendy Johana es madre soltera, desconoce el destino del padre de sus hijos, y tampoco recibe apoyo de ningún familiar.

Por esa soledad, rechazó la idea de emprender la ruta migratoria hacia Estados Unidos admitiendo que no tiene a nadie en el país para dejar a sus hijos.

Con el tiempo, la vendedora de hot dogs ha entendido que ella y que ninguna otra persona debería confiar ni tener esperanza en la clase política, advirtiendo que “quien les crea se llevará una decepción por el incumplimiento de sus promesas”.

Recordó que cuando era joven, los políticos llegaban a la colonia Nueva Suyapa a pedir el voto en el año electoral, a ofrecerle variedad de promesas y que ella se hacía presente en los eventos, los acompañaba en las caminatas y recorridos, pero que nunca le ayudaron.

“Me han decepcionado en el pasado, y también ahora, de todos los partidos políticos, Xiomara (la presidenta) no ha hecho nada”, De igual manera, comparte la misma postura y opinión acerca de los diputados al Congreso Nacional.

Incluso confesó que no tiene planeado ejercer el sufragio en las elecciones generales del 30 de noviembre porque no tiene confianza en la clase política y no posee documento nacional de identificación (DNI). Seguidamente, manifestó que hay un error en su DNI ya que en el sistema del Registro Nacional de las Personas (RNP) aparece que es procedente del municipio de Alubarén siendo ella capitalina.

Por otro lado, expresó su desconfianza del servicio de seguridad que brinda la Policía Nacional, sus experiencias le han marcado y sus palabras parecen contenerse.

Así discurren los días para Wendy Johana, quien en las horas en que no atiende las ventas, se dedica a procurar bienestar a su hijo especial, atender las tareas domésticas y compartir con sus hijos quienes por ahora no tienen claridad de un futuro esperanzados. AG

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