Tegucigalpa.- Legisladores de la oposición de Venezuela, entre los que figura el portavoz del grupo parlamentario, Julio Borges, han sido agredidos este jueves ante la sede del Poder Electoral en Caracas cuando participaban en una protesta para reclamar que se autorice el referéndum revocatorio contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
El diputado Borges, herido en el rostro, además, recibió varios golpes por parte de presuntos partidarios del chavismo cuando encabezaba la concentración convocada frente a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE), la institución que debe revisar las firmas presentadas por la oposición y permitir así que el trámite para la celebración del revocatorio siga su curso.
La violencia se desató cuando los opositores intentaron superar la barricada de la Policía y la Guardia Nacional.
SOS Internacional
Ante la gravedad de la crisis, la alianza opositora venezolana Mesa de la Unidad Democrática (MUD) llamó a la comunidad internacional a que atienda «con renovada preocupación» la evolución de la crisis en el país, y rechazó la «criminal agresión» contra diputados que protestaban en Caracas para exigir el referéndum revocatorio.
«Hacemos un llamado a los mediadores invitados por Unasur, a los embajadores que dentro de pocos días se reunirán en el Consejo Permanente de la OEA y a todos los demás voceros e instituciones internacionales, a que atiendan con renovada preocupación la evolución de la crisis política, económica y social que atraviesa Venezuela», señaló en un comunicado la MUD.
La plataforma opositora señaló que «ante la falta de apoyo popular, el régimen de Nicolás Maduro ha optado por seguir obstaculizando la solución electoral y continuar incrementando el uso de la violencia».
La Carta Democrática
Mientras tanto, la Carta Democrática Interamericana, aprobada en septiembre de 2001 para fortalecer la institucionalidad democrática en los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), se vuelve en la principal arma en contra del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al ser invocada por el secretario general del organismo, Luís Almagro, por considerar que en ese país se están violando una serie de derechos y principios democráticos.
Esa misma carta que Nicolás Maduro, siendo canciller, invocara en junio de 2009 para suspender a Hondurasdel seno de la OEA por la crisis política que dejó fuera del poder al entonces presidente, Manuel Zelaya, ahora intenta ser desconocida por el líder del chavismo que en aquel entonces puso a Honduras como un país sin principios ni legitimidad.
Pero el tiempo se ha encargado de recordarle a Maduro que podría estar a punto de beber de su propia medicina.
La iniciativa de redactar un documento que implicara el compromiso de los gobernantes con la democracia se produjo en el contexto del gobierno de Alberto Fujimori en Perú. Fujimori fue condenado a prisión por haber violado derechos humanos durante sus mandatos (1990-2000).
Nicolás Maduro, oriundo de Caracas en donde nació el 23 de noviembre de 1962, perteneció a la Liga Socialista de Venezuela y su carrera fue un tanto meteórica al pasar de ser un joven conductor del Metro de Caracas—con muchas multas acumuladas por infracciones según informes de inteligencia de la CIA de Estados Unidos—a convertirse en el brazo derecho del extinto ex presidente Hugo Chávez Frías hasta que éste antes de su muerte lo ungió como su sucesor.
No bastó la bendición
Casado con la procuradora general de la República de Venezuela, Cilia Flores, la historia de Nicolás Maduro ha estado marcada por su incursión en el Movimiento Quinta República de Hugo Chávez, de quien se ganó su confianza tras la asonada que fuera objeto el extinto gobernante. Maduro y su esposa, mostraron lealtad al entonces mandatario Chávez Frías.
Pero esa ascendencia meteórica en la política dentro del chavismo y la bendición de Chávez, antes de morir, no bastaron a Nicolás Maduro para liderar uno de los gobiernos más desastrosos de Caracas y del chavismo mismo, al tener al país sumido en una crisis sin precedentes en donde hay fuertes problemas de alimentos e incluso de papel higiénico, por graficar un par de hechos.
Al par de esos problemas que tocan el bolsillo y las necesidades de los venezolanos, tampoco hay medicinas y de remate, la violencia, la hiperinflación, las violaciones a los derechos humanos, el encarcelamiento de presos políticos y las violaciones a la libertad de expresión, configuran un país ingobernable en donde se estarían violentando casi todos los principios democráticos.
Estas acciones, a criterio del secretario general de la OEA, Luís Almagro, son condiciones suficientes para invocar el artículo 20 de la Carta Democrática. El artículo especifica que: “En caso de que en un Estado Miembro se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático, cualquier Estado Miembro o el Secretario General podrá solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y adoptar las decisiones que estime conveniente”.
Informe que avala invocación
“El Consejo Permanente, según la situación, podrá disponer la realización de las gestiones diplomáticas necesarias, incluidos los buenos oficios, para promover la normalización de la institucionalidad democrática. Si las gestiones diplomáticas resultaren infructuosas o si la urgencia del caso lo aconsejare, el Consejo Permanente convocará de inmediato un período extraordinario de sesiones de la Asamblea General para que ésta adopte las decisiones que estime apropiadas, incluyendo gestiones diplomáticas, conforme a la Carta de la Organización, el derecho internacional y las disposiciones de la presente Carta Democrática”, señala el artículo.
El secretario general de la OEA acompañó la invocación de un informe en el que consigna que Venezuela atraviesa una crisis multidimensional que “desde la precariedad de la situación económica y financiera, compromete su futuro social y político”.
“La situación de un país con las reservas más grandes de petróleo del planeta es crítica desde el punto de vista económico, social y humanitario”, indica el documento, tras destacar que “se estima que la inflación es del 700%, el déficit fiscal del 17% del PIB y la deuda externa es de 130 mil millones dólares o 6 años de exportación de petróleo”.
Almagro convocó para una sesión extraordinaria al Consejo Permanente para mediados del mes de junio, y antes de ello, en el seno de la OEA se dieron las primeras discusiones en donde se llama a Caracas a buscar una salida negociada a la crisis mediante un diálogo político, que Nicolás Maduro ha aceptado, a medias, pues mientras llama a la oposición para dialogar, entabla en paralelo un juicio político a la directiva del Congreso Nacional por pedir la intermediación de la OEA.
La decisión de Almagro de invocar la carta democrática, que de tener éxito, podría traer consigo la suspensión de Venezuela del seno de la OEA, trajo a colación la situación que vivió Honduras en el 2009 cuando fue expulsada del concierto de naciones por la crisis política que terminó con la salida del poder del entonces presidente, Manuel Zelaya.
Micheletti a Maduro
El analista político, Raúl Pineda Alvarado, dijo que uno de los que encabezaron la salida de Honduras de la OEA, fue el ahora presidente Nicolás Maduro, que en ese entonces era canciller y llevó la voz cantante contra Honduras.
Pero ha sido el ex presidente interino Roberto Micheletti, el que mejor recordó ese momento: “hoy tenemos la oportunidad de ver a aquel individuo (Nicolás Maduro, presidente de Venezuela) que en un momento determinado pidió la Carta Democrática contra nosotros”. “Lo hicieron con una rapidez increíble y ni siquiera consultaron nada a Honduras”, dijo.
“Yo creo que hoy él está sintiendo lo que nosotros los hondureños sentimos en aquel momento”, dijo Micheletti, quien recordó que cuando ocurrieron los incidentes políticos del 2009 que el mundo entero los había abandonado. “Es un sentimiento que es indescriptible sentirse que el mundo entero está contra uno”, acotó.
Honduras ha sido el único país en donde la aplicación de la carta democrática impuso un su aislamientopor un poco más de seis meses.
Los países a los cuales se han invocado la carta democrática, pero sin ser suspendidos de la OEA, han sido en 2002 durante la salida momentánea del gobierno del extinto presidente Hugo Chávez en el 2002.
Otros países a los que se ha invocado el documento son Ecuador en el 2005 y 2010; Bolivia en los años 2003, 2005 y 2008; Nicaragua en el 2004 y 2005; así como Perú en el 2004.
Pero solo Honduras, en el 2009, fue suspendida de la OEA y aislada del mundo. Y curiosamente, su principal dedo acusador, Nicolás Maduro de Venezuela, se encuentra en este momento en el centro de la presión internacional por sus malas ejecutorias producto de un modelo que ha colapsado según los expertos.
De acuerdo al intelectual de izquierda, el estadounidense Noam Chomsky, Venezuela, como el resto de varios países sudamericanos, es víctima de la corrupción, la cual, asegura, “fue tan grande en Sudamérica que se desacreditaron a sí mismos y desperdiciaron grandes oportunidades”.
Si de aquí a la reunión del Consejo Permanente de la OEA, que coincidirá con la reunión formal también de la asamblea general, la tensión sube en Venezuela, las protestas aumentan y los países sienten que el diálogo diplomático se agota, Nicolás Maduro podría tomar de la misma medicina que recetó a Honduras.
El artículo 19 de esa carta democrática, señala que en caso de que ese mecanismo se active y se concluya que en Venezuela “hay un hecho de ruptura del orden democrático o una alteración del orden constitucional”, ese país no podría seguir participando de las sesiones, reuniones, asambleas y comisiones de la OEA. Es decir, podría ser suspendido como ocurrió con Honduras.